Bursitis de Hombro: Causas, Síntomas, Diagnóstico y Tratamiento

bursitis de hombro en ancianos

Es una inflamación o irritación de la bursa, generalmente acompañada de una acumulación de líquido con proteínas y partículas de sangre.

La bursa es una especie de saco que contiene líquido lubricante, ubicado entre los tejidos, el hueso, el músculo, los tendones y la piel. Su función es disminuir el roce, la fricción y la irritación.

La bursitis de hombro es común entre las personas que practican deportes a nivel profesional y aquellas cuya actividad implica soportar pesadas cargas sobre las articulaciones de sus hombros.

Causas

La bursitis de hombro puede ser causada por:

Un impacto repetitivo y leve en el hombro: El uso excesivo de la articulación del hombro en actividades como rastrillar, palear, pintar, tenis, golf, esquiar, lanzar, entre otras.

Por una lesión repentina y grave: La bursa del hombro puede desarrollarse e inflamarse debido a un daño en los tejidos blandos, después de una lesión o como consecuencia de una infección, pudiendo desarrollar una bursitis séptica.

Una afección reumática subyacente: Debido al estrés o a la inflamación de otras afecciones, como gota, artritis psoriásica y artritis reumatoide.

La edad: En la medida que los tendones se envejecen, toleran menos estrés, son menos elásticos y más fáciles de desgarrar. La bursitis de hombro aparece en personas después de los 50 años.

Una postura incorrecta: Adoptar una mala postura en el trabajo o en el hogar.

Mal estiramiento: Un acondicionamiento o estiramiento deficiente antes del ejercicio también pueden provocar bursitis de hombro.

Por causa de problemas metabólicos: Como por ejemplo la acumulación de calcio.

Síntomas de la bursitis de hombro

La bursitis de hombro es una enfermedad que en la etapa inicial no causa grandes problemas, pero a medida que progresa, se manifiesta con muchos síntomas.

Entre los más comunes están:

  • Como regla general el síntoma más común de la bursitis de hombro es el dolor. Este puede ser gradual o ser repentino y severo. La ubicación del dolor se encuentra en el hombro o en el área superior del brazo.
  • Pérdida de movilidad en el hombro, denominada «capsulitis adhesiva» u hombro congelado que generalmente va acompañada de un dolor agudo.
  • Hinchazón en la zona de la articulación del hombro.
  • Enrojecimiento de la piel y aumento de la temperatura corporal local en el área por encima de la articulación inflamada.
  • Procesos purulentos que provocan la intoxicación del cuerpo. En este caso, puede tener dolor de cabeza, escalofríos y fiebre.

Sin un tratamiento adecuado, se corre el riesgo de desarrollar una forma séptica de bursitis del hombro. En este caso, el dolor se vuelve fuerte y palpitante.

Diagnóstico

Los médicos pueden diagnosticar bursitis de hombro por lo general solo basándose en los historiales médicos y la realización de exámenes físicos.

Si es necesario se pueden realizar las siguientes pruebas:

Pruebas de imagen

Los rayos X no permiten diagnosticar la bursitis de hombro por si solos, pero ayudan a descartar el resto de las causas de su malestar.

También se utiliza resonancia magnética o ultrasonido en caso de que no pueda ser diagnosticada solo con un examen físico.

Pruebas de laboratorio

Cuando el paciente presenta bursitis de hombro se le puede ordenar o un análisis de líquido de la bolsa inflamada o análisis de sangre para la identificación del dolor en dicha articulación así como conocer la causa de la inflamación.

Tratamiento de la bursitis de hombro

La bursitis de hombro puede tratarse de varias formas y va a depender del grado y tipo de lesión:

Antiinflamatorios no esteroideos: Propuestos para el alivio del dolor y una reducción significativa de la inflamación, evitando los efectos secundarios por uso prolongado.

Administración de cortisona: La bursitis no infecciosa del hombro se puede tratar con cortisona que se inyecta en la bolsa inflamada. Esto generalmente se realiza al mismo tiempo que el procedimiento de aspiración.

Administración de geles y ungüentos: Usualmente en los casos leves de bursitis este puede ser un tratamiento muy efectivo, también se recomienda para la bursitis severa de la articulación, el tratamiento con ungüentos va acompañada de la inmovilización de la articulación afectada con un equipo ortopédico especial.

Administración de antibióticos: En la forma purulenta de bursitis, es necesaria la aplicación de antibióticos para combatir la infección.

Terapia física: Esta a menudo ayuda a reducir el dolor y evitar la hinchazón. Este tipo de tratamiento va dirigido al avance gradual de la actividad de los músculos del hombro, algunos de estos procedimientos son electroforesis con calcio, iontoforesis con hidrocortisona y tratamiento magnético.

La fisioterapia se utiliza en el tratamiento de la bursitis especialmente cuando está acompañada por un hombro congelado.

Masajes: El masaje, así como los procedimientos fisiológicos se deben realizar después de neutralizar la inflamación.

Cirugía: La forma crónica de bursitis de hombro requiere intervención quirúrgica en el 80% de los casos. La bursitis infecciosa o séptica, requiere de una evaluación más profunda y un tratamiento agresivo.

Una vez realizada la intervención, se toma una muestra para realizar una biopsia.

También se debe evitar actividades físicas que causen o agraven el problema y mantener en reposo el área lesionada.

En la bursitis séptica se utiliza una terapia con antibióticos orales o intravenosos. Puede requerirse una o más aspiraciones del líquido inflamado.

Usualmente, la articulación adyacente funciona normalmente después de que la herida quirúrgica sana.