
Es una enfermedad autoinmune y también es una enfermedad sistémica, lo que significa que afecta a todo el cuerpo.
Ocurre cuando el sistema inmunológico de una persona confunde los tejidos sanos del cuerpo con invasores extraños.
A medida que el sistema inmunitario responde, se produce una inflamación en el tejido u órgano objetivo.
En el caso de la Artritis Reumatoidea (AR), pueden ser las articulaciones, los pulmones, los ojos y el corazón.
Síntomas de la Artritis Reumatoidea
Los síntomas de la Artritis Reumatoidea incluyen:
- Dolor, hinchazón y rigidez en más de una articulación.
- Afectación articular simétrica.
- Deformidad articular.
- Inestabilidad al caminar.
- Una sensación general de malestar.
- Fiebre.
- Pérdida de función y movilidad.
- Pérdida de peso.
- Debilidad.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en ingles), los síntomas generalmente afectan las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo.
Los síntomas tienden a aparecer y desaparecer. Durante una remisión, pueden desaparecer o pueden ser leves. Sin embargo, durante un brote, pueden ser graves.
Causas
Nadie sabe qué causa el mal funcionamiento del sistema inmunológico.
Algunas personas parecen tener factores genéticos que aumentan las probabilidades. Una teoría es que las bacterias o un virus desencadenan la Artritis Reumatoidea en las personas que tienen esta característica genética.
En la AR, los anticuerpos del sistema inmunitario atacan la membrana sinovial, que es el revestimiento suave de una articulación. Cuando esto sucede, el dolor y la inflamación aparecen.
La inflamación hace que el sinovio se espese. Eventualmente, si no se trata, puede invadir y destruir el cartílago (el tejido conectivo que protege los extremos de los huesos).
Los tendones y ligamentos que mantienen unida la articulación también pueden debilitarse y estirarse. La articulación pierde finalmente su forma y configuración. El daño puede ser severo.
Factores de riesgo
Los CDC señalan que las personas con un mayor riesgo de desarrollar AR pueden incluir a quienes:
- Tienen 60 años o más.
- Son mujeres.
- Tienen rasgos genéticos específicos.
- Nunca he dado a luz.
- Tienen obesidad.
- Fuman tabaco o cuyos padres fumaban cuando eran niños.
Complicaciones
Las personas con Artritis Reumatoidea tienen un mayor riesgo de contraer otras condiciones, entre ellas:
- Enfermedades del corazón.
- Obesidad.
Las personas que tienen obesidad con Artritis Reumatoidea también tienen un mayor riesgo de diabetes y presión arterial alta.
El daño articular que se produce con la AR puede dificultar la realización de las actividades diarias. La Artritis Reumatoidea también puede ser impredecible. A menudo, una persona no sabe cuándo sucederá una llamarada.
Esta incertidumbre puede llevar a:
- Depresión, ansiedad y estrés.
- Dificultades de empleo.
También existe un mayor riesgo de desarrollar las siguientes condiciones:
Síndrome del túnel carpiano: este es un tipo de daño a los nervios que se debe a la compresión e irritación de un nervio en la muñeca. Los síntomas incluyen dolor, entumecimiento y hormigueo en los dedos, el pulgar y parte de la mano.
Inflamación: esto puede afectar los pulmones, el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos y otras partes del cuerpo.
Ruptura del tendón: la inflamación en los tendones puede llevar a la ruptura, especialmente en la parte posterior de los dedos.
Mielopatía cervical: la dislocación de las articulaciones en el cuello o la columna cervical puede agregar presión a la médula espinal.
Esto puede resultar en una disminución de la movilidad y dolor en el movimiento. A medida que avanza la Artritis Reumatoidea, aumenta el riesgo de mielopatía cervical.
Vasculitis: la inflamación de los vasos sanguíneos puede debilitarlos, engrosarlos, estrecharlos y cicatrizarlos. Esto puede afectar el flujo de sangre a los tejidos y la función del órgano puede verse afectada.
Susceptibilidad a las infecciones: existe un mayor riesgo de desarrollar resfriados, gripe, neumonía y otras enfermedades, especialmente si la persona está tomando medicamentos inmunosupresores para controlar la AR.
Las personas con Artritis Reumatoidea deben asegurarse de que sus vacunas, como las vacunas contra la gripe, estén actualizadas.
Diagnóstico de la Artritis Reumatoidea
En sus primeras etapas, puede ser difícil para un médico diagnosticar la AR, ya que puede parecerse a otras condiciones. Sin embargo, el diagnóstico y tratamiento tempranos son esenciales para retardar la progresión de la enfermedad.
Los CDC recomiendan el diagnóstico y una estrategia de tratamiento eficaz para comenzar dentro de los 6 meses posteriores a la aparición de los síntomas.
Un médico examinará los signos clínicos de inflamación de la persona y le preguntará cuánto tiempo ha estado allí y qué tan graves son los síntomas.
También realizarán un examen físico para verificar si hay inflamación, limitaciones funcionales o deformidad. Pueden recomendar algunas pruebas.
Análisis de sangre
Tasa de sedimentación de eritrocitos (ESR o sed rate): esta prueba evalúa los niveles de inflamación en el cuerpo.
Mide la velocidad los glóbulos rojos en un tubo de ensayo separado del suero sanguíneo durante un período determinado.
Si los glóbulos rojos se asientan rápidamente como sedimento, los niveles de inflamación son altos. Esta prueba no es específica para la Artritis Reumatoidea y es una prueba útil para otras afecciones inflamatorias o infecciones.
Proteína C reactiva (PCR): el hígado produce PCR. Un nivel más alto de PCR sugiere que hay inflamación en el cuerpo. Esta prueba no es específica para la AR y la PCR puede ocurrir en otras afecciones inflamatorias o infecciones.
Anemia: muchas personas con Artritis Reumatoidea también tienen anemia. La anemia ocurre cuando hay muy pocos glóbulos rojos en la sangre. Los glóbulos rojos transportan oxígeno a los tejidos y órganos del cuerpo.
Factor reumatoide: si un anticuerpo conocido como factor reumatoide está presente en la sangre, puede indicar que la Artritis Reumatoidea está presente.
Sin embargo, no todas las personas con AR dan positivo para este factor.
Escáneres de imagen y rayos X
Una radiografía o resonancia magnética de una articulación puede ayudar a un médico a identificar qué tipo de artritis está presente y monitorear el progreso de la AR a lo largo del tiempo.
Criterios de diagnóstico
En 2010, el Colegio Americano de Reumatología recomendó los siguientes criterios para diagnosticar la AR:
- La hinchazón está presente en al menos una articulación, y no tiene otra causa.
- Los resultados de al menos un análisis de sangre indican la presencia de AR.
- Los síntomas han estado presentes durante al menos 6 semanas.
Condiciones con síntomas similares
El médico deberá distinguir la Artritis Reumatoidea de otras afecciones con síntomas similares, como:
- Gota.
- Osteoartritis.
- Lupus.
- Artritis psoriásica.
Si una persona recibe un diagnóstico de Artritis Reumatoidea, el médico puede referirlo a un especialista conocido como reumatólogo, quien le aconsejará sobre las opciones de tratamiento.
Tratamiento
Actualmente no hay cura para la Artritis Reumatoidea, pero el tratamiento puede ayudar a:
- Reducir la inflamación de las articulaciones.
- Aliviar el dolor.
- Minimizar cualquier pérdida de función causada por dolor, daño articular o deformidad.
- Disminuir la velocidad o evitar daños en las articulaciones.
Las opciones incluyen medicamentos, terapia física, terapia ocupacional, asesoramiento y cirugía.
Medicamentos
Algunos medicamentos pueden ayudar a aliviar los síntomas y retrasar la progresión de la enfermedad.
Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE): están disponibles sin receta en farmacias. Los ejemplos incluyen Advil, Motrin y Aleve.
El uso prolongado y las dosis altas pueden provocar efectos secundarios, como moretones, úlceras gástricas, presión arterial alta y problemas renales y hepáticos.
Corticosteroides: estos medicamentos reducen el dolor y la inflamación y pueden desempeñar un papel en la desaceleración del daño articular, pero no pueden curar la AR.
Si los AINE no funcionan, un médico puede inyectar un esteroide en la articulación. El alivio suele ser rápido, pero el efecto es variable.
Puede durar unas pocas semanas o meses, dependiendo de la gravedad de los síntomas.
Los corticosteroides pueden ayudar con los síntomas agudos o los brotes a corto plazo. El uso prolongado de corticosteroides puede tener efectos secundarios graves.
Estos incluyen cataratas, osteoporosis, glaucoma, diabetes mellitus y obesidad.
Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD)
Los DMARD pueden retardar la progresión de la AR y prevenir el daño permanente de las articulaciones y otros tejidos al interferir con el sistema inmunitario hiperactivo. Una persona usualmente toma un DMARD de por vida.
Es más efectivo si una persona lo usa en las primeras etapas, pero puede tomar de 4 a 6 meses experimentar los beneficios por completo.
Algunas personas pueden tener que probar diferentes tipos de DMARD antes de encontrar el más adecuado.
Los ejemplos incluyen leflunomida (Arava), metotrexato (Rheumatrex, Trexall), sulfasalazina (azulfidina), minociclina (Dynacin, Minocin) e hidroxicloroquina (Plaquenil).
Los efectos secundarios pueden incluir daño hepático y problemas relacionados con el sistema inmunológico, como la supresión de la médula ósea y un mayor riesgo de infecciones pulmonares graves.
Otros tipos de inmunosupresores incluyen ciclosporina (Neoral, Sandimmune, Gengraf), azatioprina (Imuran, Azasan) y ciclofosfamida (Cytoxan).
Inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa (inhibidores de TNF-alfa)
El cuerpo humano produce tumor necrosis factor alfa (TNF-alfa), una sustancia inflamatoria.
Los inhibidores de TNF-alfa previenen la inflamación. Pueden reducir el dolor, la rigidez matutina y las articulaciones inflamadas o sensibles.
Las personas generalmente notan una mejoría 2 semanas después de comenzar el tratamiento.
Los ejemplos incluyen (Enbrel), infliximab (Remicade) y adalimumab (Humira).
Los posibles efectos secundarios incluyen:
- Un mayor riesgo de infección.
- Trastornos de la sangre.
- Insuficiencia cardiaca congestiva.
- Enfermedades desmielinizantes, que implican una erosión de la vaina de mielina que normalmente protege las fibras nerviosas.
- Linfoma.
Terapia ocupacional
Un terapeuta ocupacional puede ayudar al individuo a aprender nuevas y efectivas formas de llevar a cabo las tareas diarias. Esto puede minimizar el estrés en las articulaciones dolorosas.
Por ejemplo, una persona con dedos dolorosos puede aprender a usar una herramienta de agarre y agarre especialmente diseñada.
Cirugía
Si los medicamentos y la terapia física no ayudan, un médico puede recomendar la cirugía para:
- Reparar articulaciones dañadas.
- Deformidades.
- Reducir el dolor.
Los siguientes procedimientos son posibles:
- Artroplastia: en un reemplazo total de la articulación, el cirujano extrae las partes dañadas e inserta una prótesis de metal y plástico, o una articulación artificial.
- Reparación del tendón: si los tendones se aflojaron o se rompieron alrededor de la articulación, la cirugía puede ayudar a restaurarlos.
- Sinovectomía: este procedimiento implica la extracción de la membrana sinovial si está inflamada y causa dolor.
- Artrodesis: el cirujano fusionará un hueso o una articulación para disminuir el dolor y realinear o estabilizar la articulación.
Remedios caseros
Una serie de estrategias pueden ayudar a una persona a manejar la Artritis Reumatoidea.
Descanso
Cuando ocurre un brote, la persona debe descansar lo más posible. El exceso de articulaciones inflamadas y dolorosas puede empeorar los síntomas.
Ejercicio
Durante los tiempos de remisión, cuando los síntomas son leves, el individuo debe hacer ejercicio regularmente para mejorar su salud y movilidad en general y para fortalecer los músculos alrededor de la articulación.
Los mejores ejercicios son aquellos que no tensan las articulaciones, como la natación.
Dieta
Seguir una dieta variada con muchas frutas y verduras frescas puede ayudar a una persona a sentirse mejor y mantener un peso saludable.
Aplicando calor o frio
Los músculos tensos y dolorosos pueden beneficiarse de la aplicación de calor.
Tratar de:
- Tomar un baño o ducha caliente de 15 minutos.
- Aplicar una compresa caliente o una almohadilla eléctrica, ajustada en el nivel más bajo.
El tratamiento con frío puede aliviar el dolor y reducir los espasmos musculares, pero las personas con mala circulación o adormecimiento no deben usar remedios para el resfriado.
Ejemplos incluyen:
- Compresas frías o hielo en un paño, pero nunca ponga hielo directamente sobre la piel.
- Remojar la articulación afectada en agua fría.
- Algunos pueden preferir hacer ambas cosas:
- Coloque las juntas en agua tibia durante unos minutos, luego sumérjalas en agua fría durante 1 minuto.
- Repita durante aproximadamente media hora.
- Termine con un baño caliente.
Relajación
Encontrar formas de aliviar el estrés mental puede ayudar a controlar el dolor. Los ejemplos incluyen meditación, imágenes guiadas, respiración profunda y relajación muscular.
Terapias complementarias
Algunas personas con Artritis Reumatoidea usan lo siguiente, pero hay poca evidencia científica para confirmar que funcionan:
- Acupuntura.
- Quiropráctica.
- Electroterapia.
- Hidroterapia.
- Masaje.
- Suplementos nutricionales, por ejemplo, aceite de pescado.
- Osteopatía.
Prevención de la Artritis Reumatoidea
Puede que no sea posible prevenir la AR, pero los CDC sugieren lo siguiente:
- Evitar o dejar de fumar.
- Mantener un peso corporal saludable.