Tiende a afectar mas a las mujeres debido a que tienen una pelvis más amplia.
Es causada por una protuberancia de tejido en la parte superior de la ingle o en el interior del muslo.
Este tipo de hernia se presenta más abajo de la ingle y tiende a ser más pequeña.
Esta compuesta de tejido en la parte inferior del intestino que empuja por medio de la pared abdominal a través de un punto débil llamado ‘canal femoral’.
El canal femoral
Esta abertura en forma tubular se encuentra en la parte frontal del muslo y la parte superior del mismo.
Es el punto en el que los principales vasos sanguíneos y los nervios pasan desde el abdomen hasta la pierna, siendo aquí probablemente donde se presente el desarrollo de una hernia.
Las causas de una hernia femoral
Si hay una debilidad subyacente en el canal femoral, entonces una hernia se desarrollará.
Si se aumenta la presión en el interior o fuera del abdomen ya sea por presentarse tos excesiva, especialmente si usted es un fumador o hace esfuerzo durante la defecación, es probable que se presente una hernia.
Otras causas incluyen:
- Obesidad: el peso excesivo ejerce una presión adicional sobre el abdomen que puede conducir al desarrollo de una hernia.
- Levantar o llevar cargas excesivas.
- Embarazo: un único o varios embarazos pueden debilitar los músculos abdominales y así aumentar el riesgo de formación de una hernia. Esta suele ser la razón principal por la que las hernias femorales son más comunes en las mujeres.
- Crecimiento en el intestino.
Factores de riesgo
Los principales factores de riesgo para desarrollar una hernia femoral incluyen:
- Ser del sexo femenino.
- El embarazo.
- La incidencia es mayor en mujeres multíparas que nulíparas.
- Aumento de la presión intraabdominal (por ejemplo, levantar objetos pesados, estreñimiento crónico).
Síntomas de una hernia femoral
Como resultado de su pequeño tamaño, la mayoría de las personas no experimentan ningún síntoma y no se dan cuenta de que tienen una hernia a menos que surjan complicaciones.
Cualquier síntoma experimentado incluirá un dolor sordo alrededor de su abdomen o en el área de la ingle inferior.
Usted puede encontrar que esta hernia desaparece cuando usted se acuesta, pero vuelve a aparecer cuando se pone de pie o se inclina hacia adelante.
Diagnóstico
Su médico de cabecera le preguntará sobre su estilo de vida, historial médico y examinará también el área donde usted tenga la hernia.
Realizará un examen físico palpando suavemente o tocando el área para determinar si tiene una hernia femoral. Si la hernia es grande, lo más probable es que se sienta el abultamiento.
La ecografía del área abdominal y de la ingle puede confirmar el diagnóstico o establecer un diagnóstico si la sospecha de una hernia femoral es alta pero no se observa una protuberancia en el examen físico.
La tecnología de imagen puede mostrar el defecto en la pared muscular, así como el tejido que sobresale.
Tratamiento
Todas las hernias femorales deben tratarse quirúrgicamente, debido al mayor riesgo de estrangulación (en relación con las hernias inguinales).
La intervención quirúrgica requiere la reducción de la hernia y luego el estrechamiento quirúrgico del anillo femoral con el uso de suturas interrumpidas (se debe tener mucho cuidado para evitar el estrechamiento de la vena femoral en el proceso).
Se pueden tomar dos enfoques diferentes con la reducción quirúrgica de la hernia femoral:
Abordaje bajo: la incisión se realiza debajo del ligamento inguinal, lo que tiene la ventaja de no interferir con las estructuras inguinales, pero genera un espacio limitado para la extracción de cualquier intestino delgado comprometido.
Abordaje alto: la incisión se realiza sobre el ligamento inguinal, a través de la pared posterior del canal inguinal, y es la técnica preferida en una intervención de emergencia debido al fácil acceso al intestino delgado comprometido.
Su principal limitación es la necesidad de reparar el canal inguinal en el cierre, lo que proporciona una nueva área obvia de debilidad y posible hernia secundaria.
Complicaciones de una hernia femoral
En la mayoría de los casos la hernia permanece en el canal femoral, la cual es conocida como una hernia ‘irreductible’.
El problema con esto es que el suministro de sangre a la hernia puede ser bloqueado, lo que impide la recepción de nutrientes vitales.
Esto conduce a una condición llamada hernia estrangulada, que es potencialmente peligrosa y requiere cirugía inmediata para liberar el tejido bloqueado y restaurar el suministro de sangre a esa área.
El riesgo de estrangulación de las hernias femorales aumenta con el tiempo después del diagnóstico inicial; Después de 3 meses, el riesgo de estrangulación es del 22% y alcanza el 45% después de 21 meses.
Al igual que con cualquier hernia, también existe el riesgo de volverse irreductible u obstruido.
La presentación aguda de la hernia femoral conlleva una mayor morbilidad y una mortalidad 20 veces mayor que la cirugía electiva, así como un mayor riesgo de resección intestinal, infección de la herida y complicaciones cardiorrespiratorias.
¿Se puede prevenir una hernia femoral?
Hay algunas medidas que puede poner en marcha para reducir el riesgo de desarrollar una hernia femoral. Estas incluyen:
- Dejar de fumar.
- Consumir una dieta alta en fibra, frutas frescas, verduras y alimentos integrales. Esto le ayudará a prevenir el estreñimiento.
- La construcción de fuertes músculos abdominales a través del ejercicio.
- Mantener un peso saludable o perder peso si lleva un par de kilos de más.
- Evitar levantar objetos pesados.
Investigaciones
Todos los pacientes con una hernia femoral eventualmente necesitan una intervención quirúrgica (como se explica más adelante), por lo tanto, deben realizarse investigaciones preoperatorias de rutina, de ser posible.
Radiológico
Si bien el diagnóstico suele ser clínico, el estándar de oro es a través de una ecografía.
Las exploraciones de ultrasonido tienen una precisión del 96% en la identificación del tipo específico de hernia, pero dependen del operador.
Sin embargo, si hay dudas significativas en el diagnóstico o evidencia de complicaciones, entonces se debe explorar quirúrgicamente el bulto.
Se ha demostrado que las imágenes de resonancia magnética (IRM) son más precisas que las exploraciones de ultrasonido en el diagnóstico de las hernias inguinales.
Pero, actualmente hay una falta de pruebas que respalden su uso para diferenciar el origen de los bultos de la ingle en general.