Es un trastorno que se caracteriza por una apatía o cansancio extremo que no se vincula con alguna enfermedad, afección o condición física del cuerpo.
La fatiga crónica puede incrementar si el individuo que la padece realiza actividades o deportes que requieran de una entrega física o mental. Esta condición no suele mejorar con las horas o el tiempo de descaso.
Algunos médicos se refieren a la fatiga crónica como:
- Intolerancia al esfuerzo sistemático.
- Encefalomielitis miálgica.
Causas de la Fatiga Crónica
A pesar de los diversos estudios relacionados a este tema, no se ha determinado o se desconoce su causa. Algunos médicos sugieren que se debe a:
- Estrés psicológico.
- Infecciones virales.
- Depresiones crónicas.
- Problemas en el sistema inmunológico.
- Desequilibrio hormonal.
- Actividad física excesiva sin buenos hábitos alimenticios y sin descanso corporal y mental.
Entre las causas más comunes se encuentran:
Infecciones virales: esto se debe a que un mínimo grupo de personas después de padecer de enfermedades causadas por el virus de Epstein-Barr, virus del herpes humano 6 y virus de la leucemia del ratón, son propensas a desarrollar el síndrome de fatiga crónica.
Problemas del sistema inmunológico: cuando el sistema inmunológico se ve afectado por alguna afección puede desarrollar el síndrome de fatiga crónica.
Desequilibrios hormonales: las personas que padecen de niveles anormales de hormonas en las las glándulas pituitarias, el hipotálamo o las glándulas suprarrenales son propensas a padecer del síndrome de fatiga crónica.
Otros sugieren que debe a múltiples factores que dependerán del individuo y su lugar de origen.
Para que un médico determine o diagnostique este síndrome, debe realizar una serie de exámenes para descargar afecciones o enfermedades que puedan tener esta condición como uno de los síntomas.
Síntomas comunes
Entre las características de esta condición se pueden señalar los siguientes síntomas:
- Dificultad para recordar eventos o actividades.
- Problemas de concentración.
- Fatiga.
- Dolor en las articulaciones del cuerpo.
- Dificultad para mover las extremidades del cuerpo.
- Debilidad en la musculatura corporal.
- Malestar en la garganta.
- Constante dolor de cabeza.
- Inflamación en los ganglios linfáticos de las axilas y el cuello.
- Poco descanso al dormir o reposar el cuerpo y la mente.
- Agotamiento crónico al realizar o no actividades físicas o mentales.
Factores de riesgo de la Fatiga Crónica
Si el individuo padece de fatiga crónica, debe tener presente que los siguientes factores podrían incrementar los síntomas de la afección:
Estrés constante: la rutina y las exigencias físicas y mentales diarias pueden contribuir a acelerar, permanecer o incrementar los síntomas del síndrome de fatiga crónica.
Edad: el pasar de los años podría ser un factor de riesgo debido a que las personas que se encuentran en un rango de edad entre los 40 y 50 años son más propensas a padecer de fatiga crónica.
Género sexual: según algunos estudios se ha determinado que las mujeres son más propensas a padecer de fatiga crónica, esto debido a las constantes actividades realizadas tanto físicas como mentales durante todo el día sin permitirse realizar las horas de descanso necesarias.
Complicaciones
Esta afección puede generar algunas complicaciones que pueden incrementar o empeorar con el tiempo, entre ellas se encuentran:
- Ausentismo laboral.
- Depresión crónica o severa.
- Dificultad para desenvolverse en actividades sociales.
- Problemas para socializar.
- Aislamiento progresivo.
- Cambios desfavorables para la rutina diaria y calidad de vida.
Diagnóstico para la Fatiga Crónica
Por el tipo de afección es necesario realizar una serie de exámenes médicos para determinar si el paciente padece o no del síndrome de fatiga crónica.
El médico deberá descartar las enfermedades que poseen síntomas parecidos, como por ejemplo:
Trastornos del sueño: este tipo de afección no permite descansar correctamente el cuerpo y la mente, por lo que en algunos casos, las personas que padecen de la apnea obstructiva del sueño, insomnio o el síndrome de piernas inquietas, pueden confundir su trastorno con la fatiga crónica.
Afecciones pulmonares o cardíacas: las enfermedades que atacan los pulmones o el corazón repercuten en la estabilidad del organismo porque cualquier actividad puede generar dificultad para respirar o acelerar el ritmo cardíaco, lo que a su vez lleva a una fatiga crónica.
Salud mental: las enfermedades como el trastorno bipolar, la depresión, la esquizofrenia y la ansiedad, generan a orto o largo plazo una fatiga crónica producto de la inestabilidad mental.
Enfermedades: ciertas enfermedades como por ejemplo la diabetes, la anemia y afecciones en la tiroides, tienen entre sus síntomas la fatiga crónica, por lo que es prudente evaluar primero si el paciente padece de alguna de ellas antes de determinar la enfermedad.
Tratamiento
Esta afección no posee un tratamiento concreto y no es curable, lo habitual es que los médicos se encarguen de disminuir los niveles de los síntomas para otorgarle una mejor calidad de vida al paciente.
Lo más efectivo para el síndrome de fatiga crónica parece ser un enfoque doble que combina el entrenamiento cognitivo con un programa de ejercicio suave.
