La eritrocitosis es la condición que afecta al individuo cuando existe un conteo alto de glóbulos rojos.
Esta es una afección en la cual su cuerpo produce demasiados glóbulos rojos (eritrocitos). Los glóbulos rojos transportan oxígeno a sus órganos y tejidos. Tener demasiadas de estas células puede hacer que su sangre sea más gruesa de lo normal y provocar coágulos de sangre y otras complicaciones.
Hay dos tipos de eritrocitosis:
- Eritrocitosis primaria: este tipo es causado por un problema con las células en la médula ósea, donde se producen glóbulos rojos. La eritrocitosis primaria a veces se hereda.
- Eritrocitosis secundaria: una enfermedad o el uso de ciertas drogas pueden causar este tipo.
Entre 44 y 57 de cada 100.000 personas tienen eritrocitosis primaria, de acuerdo con una revisión de 2013 de la condición. El número de personas con eritrocitosis secundaria puede ser mayor, pero es difícil obtener un número exacto porque hay muchas causas posibles.
La eritrocitosis a veces se conoce como policitemia, pero las condiciones son ligeramente diferentes:
- La eritrocitosis es un aumento de glóbulos rojos en relación con el volumen de sangre.
- La policitemia es un aumento en la concentración de glóbulos rojos y la hemoglobina, la proteína en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno a los tejidos del cuerpo.
¿Qué causa los eritrocitos altos?
La eritrocitosis primaria se puede transmitir a través de las familias. Es causada por una mutación en los genes que controlan cuántos glóbulos rojos produce la médula ósea. Cuando uno de estos genes está mutado, su médula ósea producirá glóbulos rojos adicionales, incluso cuando su cuerpo no los necesite.
Otra causa de la eritrocitosis primaria es la policitemia vera. Este desorden hace que su médula ósea produzca demasiados glóbulos rojos. Tu sangre se vuelve muy espesa como resultado.
La eritrocitosis secundaria es un aumento de glóbulos rojos causado por una enfermedad subyacente o el uso de ciertos medicamentos.
Las causas de la eritrocitosis secundaria incluyen:
- Fumar.
- Falta de oxígeno, como por enfermedades pulmonares o estar en grandes altitudes.
- Tumores.
- Medicamentos como esteroides y diuréticos.
En ocasiones, se desconoce la causa de la eritrocitosis secundaria.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la eritrocitosis incluyen:
- Dolores de cabeza.
- Mareo.
- Dificultad para respirar.
- Hemorragias nasales.
- Aumento de la presión sanguínea.
- Visión borrosa.
- Comezón.
Tener un alto conteo de glóbulos rojos también puede aumentar su riesgo de coágulos de sangre. Si un coágulo se aloja en una arteria o vena, puede bloquear el flujo sanguíneo a órganos esenciales como el corazón o el cerebro. Un bloqueo en el flujo sanguíneo puede provocar un ataque cardíaco o un derrame cerebral .
¿Cómo se diagnostican los eritrocitos altos?
Su médico comenzará por preguntar sobre su historial médico y sus síntomas. Luego realizarán un examen físico.
Se pueden hacer análisis de sangre para medir su conteo de glóbulos rojos y los niveles de eritropoyetina (EPO). La EPO es una hormona que liberan tus riñones. Aumenta la producción de glóbulos rojos cuando su cuerpo tiene poco oxígeno.
Las personas con eritrocitosis primaria tendrán un nivel bajo de EPO. Aquellos con eritrocitosis secundaria pueden tener un alto nivel de EPO.
También puede hacerse análisis de sangre para verificar los niveles de:
- Hematocrito: este es el porcentaje de glóbulos rojos en su sangre.
- Hemoglobina: esta es la proteína en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno por todo el cuerpo.
Una prueba llamada oximetría de pulso mide la cantidad de oxígeno en su sangre. Utiliza un dispositivo clip que se coloca en su dedo. Esta prueba puede mostrar si la falta de oxígeno causó su eritrocitosis.
Si su médico cree que podría haber un problema con su médula ósea, es probable que hagan una prueba de una mutación genética llamada JAK2. Es posible que también necesite una aspiración o biopsia de médula ósea .
Esta prueba extrae una muestra del tejido, líquido o ambos del interior de los huesos. Luego se prueba en un laboratorio para ver si su médula ósea está produciendo demasiados glóbulos rojos.
También puede hacerse la prueba de las mutaciones genéticas que causan la eritrocitosis.
Tratamiento y manejo de los eritrocitos altos
El tratamiento tiene como objetivo reducir el riesgo de coágulos de sangre y aliviar los síntomas. A menudo implica reducir el recuento de glóbulos rojos.
Los tratamientos para la eritrocitosis incluyen:
- Flebotomía (venesección): este procedimiento elimina una pequeña cantidad de sangre de su cuerpo para disminuir el número de glóbulos rojos. Es posible que deba someterse a este tratamiento dos veces por semana o más seguido hasta que su condición esté bajo control.
- Aspirina: tomar dosis bajas de este analgésico diario puede ayudar a prevenir los coágulos de sangre.
- Medicamentos que reducen la producción de RBC: estos incluyen la hidroxiurea (Hydrea), busulfan (Myleran), interferón.
¿Cuál es la perspectiva?
A menudo, las condiciones que causan la eritrocitosis no se pueden curar. Sin tratamiento, la eritrocitosis puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
También puede aumentar su riesgo de leucemia y otros tipos de cáncer de sangre.
Recibir tratamiento que disminuya la cantidad de glóbulos rojos que produce su cuerpo puede reducir sus síntomas y prevenir complicaciones.