Conocida también como LLA, es un tipo de cáncer de sangre. Es el tipo menos común de leucemia en adultos.
La LLA es un tipo de leucemia que comienza con los glóbulos blancos en la médula ósea, la parte interna blanda de los huesos.
Se desarrolla a partir de células llamadas linfocitos, un tipo de glóbulo blanco central para el sistema inmune, o de linfoblástos, un tipo inmaduro de linfocito.
La leucemia linfoblástica aguda invade la sangre y puede dispersarse por todo el cuerpo hacia otros órganos, como el hígado, el bazo y los ganglios linfáticos.
Sin embargo, normalmente no produce tumores, como lo hacen muchos tipos de cáncer.
Es un tipo agudo de leucemia, lo que significa que puede progresar rápidamente. Sin tratamiento, puede ser fatal en unos pocos meses.
El pronóstico para la leucemia linfoblástica aguda depende de distintos factores, tales como:
- La edad: los pacientes más jóvenes tienden a tener un mejor pronóstico.
- Los resultados de la prueba de laboratorio: el pronóstico es mejor si tiene un recuento de glóbulos blancos más bajo cuando se diagnostica la enfermedad.
- El subtipo de LLA que se ha diagnosticado (LLA de células B o LLA de células T).
- La presencia de la anomalía cromosómica llamada cromosoma Filadelfia sugiere un peor pronóstico.
- Respuesta a la quimioterapia: el pronóstico es mejor si no tiene evidencia de leucemia de cuatro a cinco semanas después de comenzar el tratamiento.
Causas y factores de riesgo de la leucemia linfoblástica aguda
Para la mayoría de las personas, se desconoce la causa de la LLA. Por esta razón, no hay forma exacta de prevenirla.
Sin embargo, existen algunos factores de riesgo conocidos para este tipo de leucemia. Esto significa que estos factores pueden aumentar las probabilidades de padecer leucemia linfoblástica aguda.
No obstante, aún no se sabe si estos factores de riesgo son las causas reales de la enfermedad. Estos son:
- Exposición a altos niveles de radiación para tratar otros tipos de cáncer.
- Exposición a ciertos químicos como el benceno (un solvente usado en las refinerías de petróleo y presente en el humo del cigarrillo), ciertos productos de limpieza, detergentes y removedores de pintura.
- Tener un síndrome genético hereditario como el síndrome de Down.
- Las personas de piel blanca tienen mayor probabilidad de padecer leucemia linfoblástica aguda.
- Los hombres tienen mayor probabilidad de padecer leucemia linfoblástica aguda.
Síntomas
Algunos de los síntomas de la enfermedad pueden ser vagos y no específicos solo para la leucemia, como lo son:
- Fatiga.
- Fiebre.
- Pérdida de apetito o peso.
- Sudores nocturnos.
Muchos síntomas de la leucemia linfoblástica aguda son el resultado de una escasez de células sanguíneas normales.
Esto se debe a que las células de leucemia desplazan estas células normales en la médula ósea.
De manera que una escasez de glóbulos rojos puede causar síntomas de anemia, que incluyen:
- Fatiga o debilidad.
- Mareo.
- Falta de aliento.
Una escasez de glóbulos blancos normales puede ocasionar:
- Fiebre.
- Infecciones recurrentes.
La escasez de plaquetas en la sangre puede causar síntomas como:
- Gran cantidad de moretones sin alguna razón obvia.
- Hemorragias nasales frecuentes o severas, sangrado de encías u otras hemorragias inusuales como cortes leves.
Dependiendo de dónde estén presentes las células leucémicas, otros síntomas pueden presentarse como:
- El vientre lleno o hinchado de células de leucemia, también en el hígado o el bazo.
- Ganglios linfáticos agrandados, como en el cuello o la ingle, debajo de los brazos o por encima de la clavícula.
- Dolor de huesos o articulaciones.
- Dolor de cabeza, problemas con el equilibrio, vómitos, convulsiones o visión borrosa si el cáncer se ha diseminado al cerebro.
- Problemas para respirar si se ha propagado en el área del pecho.
Tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda
La LLA es realmente un grupo de enfermedades relacionadas y está dividida en subtipos. Por lo tanto, sus opciones de tratamiento dependen de su subtipo y otros factores.
Puede tener más de un tipo de tratamiento. Éstos incluyen:
Quimioterapia: el uso de medicamentos contra el cáncer, generalmente durante un par de años.
Terapia dirigida: medicamentos que se dirigen a partes específicas de las células cancerosas y tienden a tener menores efectos secundarios graves que la quimioterapia.
Radioterapia: el uso de radiación de alta energía para matar células cancerosas; esto no se usa con frecuencia para la LLA, pero se puede usar para tratar la leucemia en el cerebro o los huesos.
Un trasplante de médula ósea: implica el uso de altas dosis de quimioterapia y posiblemente radiación seguida de un trasplante de células madre formadoras de hueso.
Las células madre por lo general provienen de un donante, o menos probable, de su propia médula ósea o sangre periférica.
Si el paciente no puede tolerar altas dosis de quimioterapia y radiación, se pueden usar dosis más bajas con un pequeño trasplante.
El tratamiento se produce en dos partes; terapia de inducción y terapia posterior a la inducción. El objetivo de la terapia de inducción es lograr la remisión de la siguiente manera:
- Asesinando tantas células de leucemia como sea posible.
- Devolver los recuentos de sangre a la normalidad.
- Quitando el cuerpo de los signos de la enfermedad por un largo tiempo.
Aproximadamente ocho o nueve de cada 10 adultos logran la remisión después de los tratamientos, pero muchos recaen, lo que reduce la tasa de curación general de 30% a 40%.
Por lo tanto, incluso con la remisión, se necesita una terapia posterior a la inducción para prevenir una recaída. Implica ciclos de tratamiento durante dos o tres años.
Por lo general, los medicamentos son diferentes a los medicamentos utilizados en la terapia de inducción.
El objetivo es eliminar por completo el cuerpo de las células leucémicas que no se han encontrado mediante análisis de sangre o médula comunes.
Se ha aprobado una forma de terapia de células inmunitarias llamada terapia de células T. Esta utiliza algunas de las células inmunitarias del paciente, llamadas células T, para tratar su cáncer.
Los médicos extraen las células de la sangre y les agregan genes nuevos. Las nuevas células T son más capaces de encontrar y matar células cancerosas.
Actualmente, el medicamento utilizado para la terapia llamado tisagenlecleucel (Kymirah), solo está aprobado para niños y adultos jóvenes de hasta 25 años con LLA de células B que no han mejorado con otros tratamientos.
No obstante, los científicos están trabajando en una versión de la terapia de células T para adultos y para otros tipos de cáncer.