Mioma Uterino: Causas, Síntomas, Diagnóstico y Tratamiento

Tipos de mioma uterino

Este tipo de miomas representan la forma más benigna (forma no cancerosa) de los tumores que se originan en el útero.

Estos miomas o fibromas uterinos a menudo aparecen durante los años fértiles y no se encuentran asociados al riesgo de cáncer en el útero y es poco probable que se conviertan en tumores malignos.

Están compuestos de músculos lisos, al igual que las paredes uterinas (miometrio), pero son mucho más densos que el miometrio normal.

Los miomas uterinos suelen ser redondos y van desde el tamaño de plántulas, indetectables por el ojo humano, hasta masas de tamaño muy grande que pueden distorsionar y provocar un incremento en el útero, otra característica es que pueden crecer en grupos o solos.

Muchas mujeres poseen miomas uterinos en algún momento, pero lo desconocen por ausencia de síntomas, normalmente se pueden descubrir de manera incidental durante los exámenes pélvicos de rutina o en los ultrasonidos prenatales.

Los miomas uterinos a menudo se describen en función de la ubicación que tengan dentro del útero.

Los miomas subserosos se encuentran debajo de la serosa o membrana de revestimiento ubicada en la parte externa del útero.

Estos a menudo aparecen localizados en la superficie externa del útero o pueden estar unidos a la superficie exterior por un pedúnculo.

Los denominados miomas submucosos se encuentran ubicados dentro de la cavidad uterina, debajo del revestimiento interno del útero.

Y finalmente los miomas intramurales se encuentran confinados dentro de la pared muscular del útero.

Causas

Las causas exactas de la aparición de miomas uterinos se desconocen.

Se sugiere que las mujeres desarrollan estos tumores por anomalías genéticas, alteraciones del factor de crecimiento, anomalías en el sistema vascular (vasos sanguíneos) y la respuesta tisular a la lesión desempeñen un papel en el desarrollo de fibromas.

La historia familiar o genética es un factor importante, ya que usualmente, existen antecedentes en el caso de desarrollo de miomas uterinos en las mujeres dentro de la familia.

Aparentemente la raza parece estar asociada a la aparición de miomas.

Así las mujeres con ascendencia africana son de dos a tres veces más propensas a desarrollar miomas que las mujeres con ascendencia de otras razas.

Existen otros factores que se han asociado con el riesgo de desarrollar miomas uterinos, dentro de los cuales se incluyen: no haber dado a luz a un niño (nuliparidad), tener antes de los diez años el primer período menstrual (menarquia), el consumo de bebidas alcohólicas (cerveza), elevada presión arterial y las infecciones uterinas.

Hormonas como el estrógeno tienden a estimular el desarrollo de fibromas, durante el primer trimestre del embarazo, cerca de un tercio de los miomas uterinos aumentaran de tamaño y posteriormente se reducirán después del nacimiento.

En general, los miomas tienden a reducirse cuando aparece la menopausia, pero cuando se está administrando terapia hormonal post – menopáusica puede haber persistencia de los síntomas.

Estos tumores son bastante comunes y se presentan en alrededor del 70% al 80% de las mujeres cuando alcanzan la edad de 50 años.

Síntomas de los miomas uterinos

Muchas mujeres con fibromas uterinos presentan síntomas leves o ningún síntoma y nunca requieren tratamiento. Aproximadamente 1 de cada 3 mujeres con fibromas experimentan síntomas, y cuando estos se presentan incluyen:

  • Menorragia. Dolor y sangrado menstrual.
  • Anemia por períodos abundantes de sangrado.
  • Dolor de espalda o dolor de pierna inferior.
  • Estreñimiento.
  • Malestar en la parte inferior del abdomen, especialmente en el caso de los miomas uterinos grandes.
  • Micción frecuente.
  • Incontinencia urinaria.
  • Dolor durante el coito, conocido como dispareunia.
  • Problemas de fertilidad.
  • Abortos involuntarios repetidos.

Si los miomas uterinos son de gran tamaño, puede presentarse un aumento de peso e hinchazón en la parte inferior del abdomen.

Una vez que se desarrolla el mioma, este puede continuar creciendo hasta llegar a la menopausia.

Y a medida que los niveles de estrógeno disminuyen después de la aparición de la menopausia , el mioma generalmente se encoge.

Diagnóstico

Como a menudo los síntomas no se observan, por lo general se diagnostican durante los exámenes médicos de rutina.

Apoyándose en las pruebas de diagnóstico, se pueden detectar fibromas y descartar otras afecciones.

El diagnóstico de los miomas uterinos se realiza mediante un examen pélvico y el ultrasonido, es el de uso más común, simple y económico, para obtener imágenes de la pelvis, para diferenciarlo de otras afecciones.

Las imágenes obtenidas por resonancia magnética y por tomografía computarizada apoyan en el diagnóstico de los miomas. En ocasiones, cuando se quiere determinar si un mioma está presente en la cavidad uterina (cavidad endometrial), se hace a través de un histerosonograma (HSG).

En este procedimiento, para realizar la ecografía se inyecta líquido de contraste en el útero por el cuello uterino.

El líquido contenido dentro de la cavidad endometrial ayuda a proyectar cualquier concentración de tejido que esté dentro, como es el caso de los miomas submucosos.

Tratamiento de los miomas uterinos

Se pueden prescribir medicamentos como:

  • Fármacos anti-inflamatorios no esteroideos (FANE): (mefenámico e ibuprofeno).
  • Píldoras anticonceptivas: ayudan a regular el ciclo de la ovulación , y pueden ayudar a reducir la cantidad de dolor o sangrado durante los períodos.
  • Sistema intrauterino de levonorgestrel: este dispositivo de plástico se coloca dentro del útero, y libera una hormona llamada levonorgestrel.

Los miomas severos no responden a opciones de tratamiento y es necesaria una cirugía como:

  • Histerectomía.
  • Miomectomía.
  • Ablación endometrial.

La embolización de la arteria uterina (EAU), más específicamente la embolización del fibroma uterino (EFU) :

  • Ablación con láser percutánea guiada por MRI.
  • Cirugía de ultrasonido focalizada guiada por MRI.