Es una medida destinada a mantener la salud y prevenir la propagación de una enfermedad.
La profilaxis antibiótica se refiere al uso de antibióticos para prevenir infecciones.
Los antibióticos son bien conocidos por su capacidad para tratar las infecciones. Sin embargo, algunos antibióticos también se prescriben para prevenir las infecciones.
Esto generalmente se realiza sólo en ciertas situaciones o para personas con problemas médicos particulares. Por ejemplo, las personas con válvulas cardíacas anormales tienen un alto riesgo de desarrollar infecciones en las mismas, incluso después de una cirugía menor.
Esto sucede porque las bacterias de otras partes del cuerpo entran en el torrente sanguíneo durante la cirugía y viajan hacia las válvulas cardiacas.
Para prevenir estas infecciones, las personas a menudo toman antibióticos antes de someterse a cualquier cirugía, incluyendo una cirugía dental.
Los antibióticos también pueden ser prescritos para prevenir infecciones en personas que posean sistemas inmunes débiles, tales como aquellos con SIDA o personas que tienen tratamientos de quimioterapia para el cáncer.
Pero, las personas aún sanas y con sistemas inmunológicos fuertes, en ocasiones pueden recibir antibióticos, si se van a someter a ciertos tipos de cirugía que conllevan un alto riesgo de infección, o si viajan a partes del mundo donde son propensos a tener una infección que cause diarrea, por ejemplo.
En todas estas situaciones, un médico debe ser el que decida si los antibióticos son necesarios. A menos que un médico indique que deba tomar antibióticos, no es una buena idea auto-medicarse para prevenir infecciones comunes.
Debido a que el uso excesivo de antibióticos puede conducir a la inmunidad de las mismas, las drogas tomadas para prevenir la infección debe ser utilizada sólo por un corto periodo de tiempo.
Entre los medicamentos que se usan para la profilaxis antibiótica se encuentran: la amoxicilina (un tipo de penicilina) y fluoroquinolonas, como ciprofloxacina (Cipro) y trovafloxacina (Trovan).
Estos medicamentos están disponibles sólo con receta médica y vienen en forma de tabletas, cápsulas, líquido o inyectable.
Para la profilaxis quirúrgica, los antibióticos de cefalosporina son generalmente preferidos. Esta clase comprende cefazolina (Kefzol), cefamandol (Mandol), cefotaxima (Claforan), y otros.
La elección del fármaco depende de su espectro y el tipo de bacterias que son más susceptibles de ser encontradas durante la cirugía.
Por ejemplo, la cirugía en los intestinos, que tienen muchas bacterias anaerobias, podría requerir la cefoxitina (Mefoxin), mientras que en la cirugía de corazón, donde no hay anaerobios, la cefazolina podría ser la preferida.
Factores de uso
Las personas que pueden necesitar profilaxis con antibióticos generalmente tienen factores que los ponen en mayor riesgo de infección durante la cirugía que la población general. Estos factores incluyen:
- Muy joven o muy viejo.
- Nutrición pobre.
- Obesidad.
- Diabetes.
- Fumar, incluyendo una historia de fumar.
- Infección existente, incluso en un sitio diferente desde donde se realizará la cirugía.
- Cirugía reciente.
- Estancia hospitalaria prolongada antes del procedimiento.
- Ciertas afecciones cardíacas congénitas, es decir, las que han existido desde el nacimiento
La profilaxis antibiótica para procedimientos dentales puede ser apropiada para personas que tienen:
- Sistemas inmunes comprometidos.
- Válvulas artificiales del corazón.
- Historias de infección en las válvulas cardíacas o el revestimiento del corazón, conocidas como endocarditis infecciosa.
- Trasplantes de corazón que han dado lugar a problemas con una de las válvulas cardíacas.
Dosis recomendada en la profilaxis antibiótica
La dosis recomendada depende del tipo de antibiótico prescrito y la razón por la cual se está utilizando. Para la dosis correcta, se recomienda al paciente que consulte con el médico o dentista que le recetó el medicamento o el farmacéutico que llenó la receta.
Se recomienda que el paciente esté seguro de tomar el medicamento exactamente según lo prescrito, y no tomar más o menos de lo indicado, y tomar el medicamento sólo durante el tiempo que el médico o el dentista le estableció tomarlo.
La dosis recomendada de antibióticos profilácticos para la cirugía ha variado con los estudios. En un tiempo, era común dar una dosis de antibióticos cuando el paciente era llamado a la sala de operaciones, y para continuar con el fármaco durante 48 horas después de la cirugía.
Estudios más recientes indican que una sola dosis de antibiótico que se administre inmediatamente antes del inicio de la cirugía, puede ser tan eficaz en la prevención de la infección, mientras que reduce el riesgo de efectos secundarios.
Precauciones en la profilaxis antibiótica
Las advertencias que figuran a continuación se refieren principalmente a los efectos de las drogas cuando se toma en dosis múltiples.
Cuando se utilizan los antibióticos profilácticos como una dosis única, es muy poco probable que haya efectos adversos. Las únicas excepciones son para las personas que son alérgicas al antibiótico utilizado.
Las personas que son alérgicas a las penicilinas deben evitar los antibióticos de cefalosporina. Si el medicamento le causa náuseas, vómitos o diarrea, se recomienda al paciente que consulte con el médico o dentista que lo recetó tan pronto como sea posible.
Los pacientes que están tomando antibióticos antes de la cirugía no deben esperar hasta el día de la misma, para informar de problemas con el medicamento. El médico o el dentista tiene que saber de inmediato si se producen efectos secundarios.
Efectos secundarios
Los antibióticos pueden causar una serie de efectos secundarios. Para más detalles, se recomienda al paciente leer las indicaciones, que se encuentran escritas en determinados tipos de antibióticos.
Cualquier persona que posea síntomas inusuales o preocupantes después de tomar antibióticos deben ponerse en contacto con el médico que lo prescribe.
Interacciones
Tanto si se utiliza para tratar o prevenir la infección, los antibióticos pueden interactuar con otros medicamentos. Cuando esto sucede, los efectos de uno o ambos medicamentos pueden cambiar o aumentar el riesgo de los efectos secundarios.
Cualquier persona que tome antibióticos por cualquier razón, debe informar al médico sobre todos los otros medicamentos que él o ella está tomando y debe preguntar si la toma de los mismos, pueden interferir con los efectos de los fármacos.
Para detalles sobre las interacciones entre medicamentos, se aconseja leer las indicaciones, que se encuentran escritas en determinados tipos de antibióticos.
