Quiste Hepático: Causas, Síntomas, Diagnóstico, Tratamiento y Panorama

lesiones hepáticas

Son lesiones hepáticas que se presentan en forma de bolsas llenas de líquidos y generalmente son afecciones poco frecuentes y benignas.

Por lo general no requieren de tratamiento, sobretodo si no presentan síntomas o no afectan la función hepática.

Causas del quiste hepático

Los quistes hepáticos están asociados a malformaciones de los conductos biliares, pero la causa exacta de esta malformación se desconoce.

La bilis es un fluido que interviene en el proceso digestivo y se moviliza a través de conductos, desde el hígado hasta la vesícula biliar.

Algunas personas desarrollan los quistes con la edad, y otras presentan los quistes hepáticos desde el nacimiento.

Por ser asintomáticos, los quistes hepáticos no son diagnosticados hasta la presentación de alguna sintomatología.

Los quistes hepáticos tienen un vinculo con un organismo parasitario denominado Echinococcus granulosus, presente en zonas dedicadas a la ganadería bovina y ovina.

Los huevos de las larvas están contenidos en alimentos contaminados, una vez ingeridos, se infiltran en el intestino y se enquistan en la pared del intestino.

Los quistes, producto de la contaminación del hígado con Echinococcus se les denomina como quistes hidatídicos.

Una insuficiencia renal, un mal funcionamiento del bazo de la vesícula biliar, pueden causar la aparición de un quiste hepático. Ya que la acumulación de toxinas, puede alterar la función hepática.

La teoría actual con respecto a la formación de los quistes hepáticos mantiene que estos se originan a partir de una proliferación de las células diferenciadas del hígado, que crecen y se disponen de manera desorganizada (tejido hamartomatoso).

Cuando se realiza el análisis histopatológico, las características diferenciales de los quistes hepáticos son el contenido de un líquido seroso y el revestimiento de una pared que casi no puede percibirse.

Síntomas

Los quistes hepáticos son usualmente asintomáticos, se manifiestan de forma incidental.

Los quistes hepáticos pequeños pueden no ser diagnosticados durante años, porque no presentan signos de alarma, cuando aumenta su tamaño, es posible que el paciente experimente dolor y otras molestias.

Si se presenta un sangrado en el quiste hepático, aparece un dolor repentino y agudo, en la parte superior del estómago. El sangrado puede desaparecer por sí solo y los síntomas desaparecer en poco tiempo.

Estos síntomas pueden incluir hinchazón en el abdomen o la presencia de un dolor en la zona superior derecha del estómago.

Los quistes hepáticos se desarrollan en cualquier lugar del hígado, pero de forma más usual en el lóbulo derecho del hígado.

Si se experimenta un crecimiento significativo en el quiste, es posible palparlo a través de un examen físico, desde el exterior del estómago.

Diagnóstico del quiste hepático

Cuando hay la aparición de un dolor o agrandamiento del abdomen, se realiza un examen físico para diagnosticar la enfermedad.

Pero existen algunas enfermedades que pudieran estar asociadas a los quistes hepáticos:

  • Enfermedades hepáticas poliquísticas.
  • Enfermedad renal poliquística autosómica dominante (ERPAD).
  • Enfermedad de Von Hippel Lindau.

A través del ultrasonido, tomografía computarizada e imágenes por resonancia magnética, es posible realizar el análisis diferencial.

Cuando se presentan los quistes hepáticos, las imágenes por lo general presentan hallazgos como estructuras redondas u ovoides y con márgenes definidos, la presencia de una mejor acústica de acuerdo con el tamaño del quiste y la ausencia de vascularización interna.

Así como se observa una hipo atenuación homogénea (por el líquido presente), entre otras características.

También debe realizarse un análisis de sangre para descartar la presencia de parásitos.

Tratamiento

En caso de no presentar síntomas se opta por no administrar tratamiento alguno y esperar a la aparición de síntomas.

En caso de requerirse una extracción del líquido presente en el quiste, la opción de tratamiento radica en realizar una punción con una aguja en el abdomen y extraer líquido quirúrgicamente que está dentro del quiste. Este procedimiento es temporal.

En caso de volver a llenarse con líquido, la mejor opción es extirpar quirúrgicamente el quiste completo. La cirugía se puede hacer menos invasiva con el uso de una laparoscopia, que solo requiere de pequeñas incisiones en el abdomen.

Una de las cosas más importantes es identificar si es un quiste hepático de pocas o grandes dimensiones, si es asintomático, o sintomático, de crecimiento progresivo o sangrante.

Con la finalidad de definir el tratamiento adecuado y reafirmar si la resección quirúrgica es el tratamiento de elección.

Panorama

Al presentarse un diagnóstico de quiste hepático, aun cuando estos causen dolor o presenten un aumento de tamaño, el pronóstico casi siempre es positivo.

Muy pocas veces son motivo de preocupación ya que no inciden en insuficiencias hepáticas o cáncer de hígado.