En condiciones de poca luz, esta parte del ojo se dilata, por lo que puede llegar más luz a la retina para mejorar la visión nocturna.
La cantidad de luz que entra al ojo, están controlados por el iris y la pupila. La apertura de la pupila está controlada por los músculos dentro del iris.
Un músculo contrae la apertura de la pupila y la hace más pequeña y otro músculo del iris dilata la pupila haciéndola más grande, y controlando la cantidad de luz que entra través de la pupila.
El sistema nervioso central está influenciado por una variedad de factores tales como la luz, la distancia de visión, el estado de alerta y la carga cognitiva, estos mensajes son enviados y se produce la dilatación o constricción de la pupila.
La iluminación de la retina entonces es el producto de estos factores incidentes.
Por lo tanto, esta dilatación o constricción de la pupila permite una adaptación rudimentaria a diferentes entornos del ambiente.
La constricción de las pupilas circulares se logra mediante músculos en forma de anillo, mientras que el cierre de las pupilas con hendidura implica dos músculos adicionales que comprimen lateralmente la abertura, permitiendo un cambio mucho mayor en el área.
La profundidad de campo para los contornos horizontales está determinada por la extensión vertical de la pupila.
Las pupilas aparecen generalmente iguales en tamaño y de color negro, este color se debe a que la luz que se filtra a través de la pupila es absorbida por la retina y no se refleja en la parte de atrás del ojo.
Tipos de pupilas
Las pupilas se clasifican de acuerdo a su forma en:
Las pupilas verticales
La pupila alargada verticalmente es una adaptación inteligente que facilita la estereopsis y para estimar las distancias de los objetos ubicados a nivel del suelo al tiempo que permite la profundidad desde el desenfoque hasta las distancias estimadas a lo largo del mismo.
Las pupilas alargadas verticalmente se pueden describir adecuadamente como unas hendiduras, son pupilas alargadas verticalmente para favorecer la actividad nocturna y la emboscada.
Los ojos con pupilas de rendija vertical tienen una profundidad de campo astigmática: más grandes, es decir, menos borrosidad debido al desenfoque.
Los depredadores de emboscadas nocturnas y polifásicas generalmente tienen pupilas de rendija vertical, algunos ejemplos son: el gato doméstico, la serpiente, entre otros.
También la pupila alargada verticalmente o subcircular del lince, se ubica en esta clasificación.
Este tipo de pupilas ofrecen una gran flexibilidad en lo relativo a las intensidades de luz que pueden recibir.
Las pupilas que poseen esta forma pueden alcanzar diámetros de apertura muy variados.
Cuando la intensidad de la luz en el ambiente es muy alta, las pupilas permanecen prácticamente cerradas, pero si la intensidad disminuye, estas se abren totalmente y entonces adquieren una forma casi esférica.
Este tipo de pupilas son muy adecuadas para aquellos animales que poseen actividad, tanto en el día como en la noche.
Pupilas circulares
Las pupilas circulares son presentadas en aquellos animales que normalmente son activos con luz brillante y necesitan buena visión en estas circunstancias.
La mayoría de los depredadores diurnos con actividad diurna y alimentación activa, tienen pupilas circulares.
Ejemplos de estas pupilas circulares son el hombre, los conejos y casi todas las aves.
La constricción de las pupilas circulares se logra mediante músculos en forma de anillo.
Pupilas horizontales
Las pupilas alargadas horizontalmente son aproximadamente rectangulares y su aspecto cambia con la dilatación y la constricción.
Las imágenes retinianas de los contornos horizontales son más borrosas que las imágenes de las verticales.
Algunos ejemplos de pupilas horizontales son la oveja doméstica, las cabras, los caballos, los ciervos, los alces, entre otros.
Los animales herbívoros o las presas terrestres son muy propensos a tener pupilas horizontales.
La forma de pupila horizontal permite recibir más iluminación de los lados y menos cantidad de arriba y de abajo.
Este tipo de pupilas ayuda a reducir la intensidad de la luz del sol.
La pupila horizontal está presente en los herbívoros y gira automáticamente cuando la cabeza del animal cambia de posición, y así logra mantenerse estable y paralela al suelo.
Este mecanismo que ostentan los herbívoros con este tipo de pupilas, les permite seguir pastando y poder elevar la cabeza sin perder en este movimiento los puntos de atención, protegiéndolos de un ataque por parte de sus depredadores naturales mientras se alimentan.