Definición:
La artrología, que se deriva de la antigua palabra griega arthros (que significa «articulada»), es el estudio de las estructuras que mantienen unidos los huesos, lo que les permite moverse en diversos grados o fijarlos en su lugar, según el diseño y la función de la articulación.
El término articulación se aplica a cualquier unión de huesos, ya sea que se mueva libremente o no se mueva en absoluto.
Dentro de algunas articulaciones, como las rodillas y codos, son sacos llenos de líquido llamados bursas, que ayudan a reducir la fricción entre los tendones y huesos; la inflamación en estos sacos se llama bursitis.
Las articulaciones sindesmosis se estabilizan mediante tejido conectivo llamado ligamentos o membranas interóseas, que van desde haces de fibras de colágeno que restringen el movimiento y mantienen una articulación en su lugar hasta fibras elásticas que pueden estirarse repetidamente y volver a sus formas originales.
Algunos ejemplos:
La articulación del hombro, o ligamento corticohumeral que se extiende desde el proceso coracoideo de la escápula hasta el tubérculo mayor del húmero.
El ligamento pubofemoral que se extiende desde el hueso púbico hasta el fémur.
La articulación de la rodilla (ligamento poplíteo oblicuo), donde el tendón del músculo semimembranoso se expande para cruzar la parte posterior de la articulación de la rodilla.
Los tres tipos de articulaciones son los siguientes:
Fibroso: El tejido fibroso se une rígidamente a los huesos en una forma de articulación llamada sinartrosis, que se caracteriza por ningún movimiento en absoluto. Las suturas del cráneo son articulaciones fibrosas.
Cualquier movimiento leve en una articulación depende de la longitud de las fibras que unen los huesos.
Cartilaginoso: Este tipo de articulación se encuentra en dos formas:
La articulación sincondrosis implica un cartílago hialino (rígido) que no permite movimiento.
El ejemplo más común es la placa epifisaria del hueso largo. Otros ejemplos son la articulación entre las costillas, el cartílago costal y el esternón.
Las articulaciones de la sínfisis se producen cuando el fibrocartílago fusiona los huesos de tal manera que la presión puede causar un ligero movimiento, llamado antriartrosis.
Los ejemplos incluyen los discos intervertebrales y la sínfisis del pubis.
Sinovial: También conocido como diartrosis o articulaciones que se mueven libremente, este tipo de articulación implica una cavidad sinovial, que contiene líquido articular secretado por la membrana sinovial para lubricar las superficies opuestas del hueso cubiertas por cartílago articular suave.
La membrana sinovial está cubierta por una capa fibrosa de la cápsula articular que es continua con el periostio del hueso.
Los ligamentos que rodean la articulación fortalecen la cápsula y mantienen los huesos en su lugar, evitando la dislocación.
En algunas articulaciones sinoviales, como la rodilla, se desarrollan almohadillas de fibrocartílago llamadas meniscos (singular: menisco) en la cavidad, dividiéndola en dos partes. En las rodillas, estos meniscos estabilizan la articulación y actúan como amortiguadores.
Hay seis clasificaciones de articulaciones móviles o sinoviales:
Deslizamiento: Las superficies curvas o planas se deslizan una contra la otra, como entre los huesos del carpo en la muñeca o entre los huesos del tarso en el tobillo.
Bisagra: A articulaciones superficiales convexas con una superficie cóncava, lo que permite movimientos en ángulo recto en un plano, como los codos, las rodillas y las articulaciones entre los huesos de los dedos.
Pivote (o rotativo): Un hueso pivota o gira alrededor de un hueso estacionario, como el atlas que gira alrededor del proceso odontoideo del eje en la parte superior de la columna vertebral.
Condioide: La cabeza ovalada de un hueso encaja en una depresión poco profunda en otro, para permitir cinco movimientos: flexión, extensión, abducción, aducción y circunvalación.
Los ejemplos son la articulación carpiano-metacarpiana en la muñeca y la articulación tarso-metatarsiana en el tobillo.
Silla de montar: Cada uno de los huesos contiguos tiene la forma de una silla de montar (el término técnico es recíprocamente cóncavo-convexo).
Las articulaciones de la silla se parecen a las articulaciones condiloides, pero tienen una mayor libertad de movimiento. Un ejemplo es la articulación carpometacarpiana del pulgar.
Bola y zócalo: La cabeza redonda de un hueso encaja en una cavidad en forma de copa en el otro hueso, permitiendo el movimiento en muchas direcciones, siempre y cuando los huesos no se separen ni se fuercen, como la articulación del hombro entre el húmero y la escápula y las articulaciones de la cadera.
Tipos de movimiento de la articulación:
- Flexión: Una disminución en el ángulo entre dos huesos.
- Extensión: Un aumento en el ángulo entre dos huesos.
- Abducción: Alejándose de la línea media del cuerpo.
- Aducción: Movimiento hacia la línea media del cuerpo.
- Rotación: Girando alrededor de un eje.
- Pronación: Hacia abajo o palma hacia abajo.
- Supinación: Hacia arriba o palma hacia arriba.
- Eversión: Giro de la planta del pie hacia afuera.
- Inversión: Giro de la planta del pie hacia adentro.