La primera porción del tracto respiratorio se compone de la nariz externa y una cámara interna abierta llamada cavidad nasal que está al interior de la nariz.
La nariz es el único medio para transportar aire tibio y húmedo hasta los pulmones.
Es el principal órgano de entrada para el aire inspirado, esta cavidad está completamente revestida por una mucosa que contiene inmunoglobulina y proporciona una defensa inmunológica al filtrar partículas en el aire inspirado.
Estas barreras proporcionan protección mecánica contra la invasión de patógenos infecciosos y alergénicos.
Anatomía de las fosas nasales
Las fosas nasales son una estructura anatómica compleja, va desde la abertura externa o fosas nasales, hasta la faringe que es la parte superior de la garganta, donde se une al resto del sistema respiratorio.
Las fosas nasales están separadas en el medio por el tabique nasal, una estructura o cartílago que le da forma y separa las fosas nasales.
Cada orificio nasal está compuesto por techo, piso y paredes. La cavidad nasal se puede dividir en vestíbulo, secciones respiratorias y región olfativa.
El vestíbulo nasal es el área dilatada en la ventana de la nariz, anterior a la cavidad nasal.
La región respiratoria de la cavidad nasal está referida al área de entrada por donde el aire viaja al sistema respiratorio, está revestida por un epitelio ciliado, intercalado con células secretoras de moco.
La sección respiratoria de cada orificio nasal contiene cuatro protuberancias, denominadas conchae o cornetes que son huesos recubiertos por la mucosa nasal.
Detrás de estos cornetes hay conductos que conectan a la cavidad nasal con los senos paranasales.
La región olfativa está ubicada en la cima de la cavidad nasal, en esta área se encuentran los receptores olfativos.
Existen tres estructuras circundantes a las fosas nasales, la cavidad nasal está rodeada por un anillo de senos paranasales, estos se desarrollan como carnosidades de la cavidad nasal y drenan hacia ella.
La mucosa de los senos se conecta a la mucosa nasal. Los conductos nasolagrimales conectan los conductos lagrimales en el ojo con la cavidad nasal. La cavidad nasal está separada de la cavidad oral (interior de la boca) por el paladar duro.
En la parte superior, la cavidad nasal está circunscrita por varios huesos, como el hueso nasal, el hueso frontal, la placa cribiforme del hueso etmoidal y el cuerpo del hueso esfenoidal.
En la zona anterior, se puede observar en la parte externa de la nariz los huesos nasales, el cartílago y la piel adherida, con las dos fosas nasales de intercambio constante con el medio externo.
En la inferior, el palatino del maxilar y la placa horizontal del maxilar forman la base sólida que está revestida por el epitelio respiratorio. En la zona posterior están ubicadas los coanas.
En el área superior se encuentran el hueso frontal, el hueso nasal, la lámina cribosa del hueso etmoides y el cuerpo del esfenoides.
En la zona lateral superior se encuentran una serie de huesos craneales, que encierran la cavidad como el esfenoides, el cornete nasal inferior, el maxilar, el hueso etmoides, hueso palatino y el hueso lagrimal.
El tabique que esta ubicado en el medio de las fosas, separándolas simétricamente está compuesto del cartílago septal, placa perpendicular del hueso etmoides y el vómer.
Las fosas nasales reciben irrigación de varias arterias y se pueden enumerar como:
- Arteria etmoidal anterior y posterior (Oftalmica).
- Arteria esfenopalatina y palatina mayor (Maxilar).
- Rama septal de la arteria labial superior.
La arteria palatina mayor irriga la zona anterior del tabique, donde se unen las 5 arterias.
Por otro lado la nariz externa, recibe irrigación de la arteria etmoidal anterior y de la rama septal de la arteria labial superior.
Funciones de las fosas nasales
Las estructuras y las funciones de las fosas nasales están interconectadas, sus características anatómicas, sirven para cumplir las siguientes funciones:
Función respiratoria: El aire que pasa a través de estas cavidades se introduce en el tracto respiratorio y se excreta de ellos, ejerciendo las fosas nasales una función de limpieza, hidratación y calentamiento.
Función olfativa: El reconocimiento de los olores se inicia cuando son capturados en los procesos periféricos del nervio olfatorio las pequeñas partículas de sustancias olorosas. Luego, esta información ingresa al cerebro, donde el olor se analiza y se percibe.
Función resonadora: Las fosas nasales conjuntamente con las cuerdas vocales, la cavidad oral y los senos paranasales hacen posible la formación del sonido de la voz, por ello la voz suena diferente cuando la nariz está tapada por un resfriado.
Función protectora: Las células secretoras del epitelio nasal secretan sustancias como mucinas, lisozima de función antibacteriana.
Estas sustancias se unen con las partículas patógenas, que luego se depositan en el epitelio ciliado y se eliminan de la cavidad. Esta red capilar densa proporciona capturan y destruyen bacterias, hongos y virus.
La mucosa nasal desempeña un papel importante, para dar respuestas inmunes a la presencia de alérgenos y partículas infecciosas que ingresan por la nariz, invadan la cavidad nasal y se diseminen a otras estructuras del cuerpo.
Al atrapar patógenos permite que los componentes del moco ataquen y destruyan los microbios.
La lisozima, las enzimas que descomponen las bacterias son un componente del moco nasal. Su función es degradar microbios patógenos.
Células epiteliales
Las células epiteliales forman la capa superficial de la mucosa nasal y proporcionar una barrera física a la invasión de partículas alérgicas y microorganismos infecciosos.
Las células epiteliales de la mucosa nasal se desgastan y son reemplazadas por células nuevas, esto proporciona una protección adicional, porque asegura que los patógenos que logran irrumpir, se eliminen a medida que las células epiteliales se desprenden.
Conjuntamente con las glándulas mucosas y los cilios, secretan y eliminan el moco y las partículas extrañas de la cavidad nasal.
Estas células epiteliales presentan respuestas inmunes que sobrevienen si la barrera física falla y los patógenos entran en las células de la mucosa nasal.
Esta serie de procesos a través de los cuales las células “T”, que no son más que un tipo de célula blanca de la sangre presente en el cuerpo humano, comienzan a reconocer y responder a los alérgenos.
Las células endoteliales son células que recubren las paredes de las arterias que alimentan la mucosa nasal.
Estas también están involucrados en respuestas alérgicas y su función es atraer a los leucocitos o glóbulos blancos, que circulan en la sangre al sitio donde ocurre la inflamación.
Las glándulas en la mucosa nasal son las responsables de producir una mucosidad viscosa que humedece el aire y donde se adhieren las bacterias cuando ingresan en el sistema respiratorio.
Los cilios o pelos pequeños que emergen del epitelio y revisten la mucosa nasal crean movimientos que ayudan a drenar la mucosidad desde la fosa nasal hasta la faringe, desde donde se traga y se digiere en el estómago.
La actividad de los cilios va a depender de la temperatura, en los ambientes fríos los cilios se vuelven menos activos.
El moco puede llegar a acumularse y gotear desde las fosas nasales, esta condición es denominada secreción nasal.
Las partículas infecciosas y los alérgenos también pueden afectar la actividad de los cilios y provocar síntomas como secreción o congestión nasal.
Los vasos sanguíneos subyacentes son venas de paredes delgadas en las que se encuentra la mucosa nasal y funcionan calentando el aire que ingresa a las vías respiratorias.
En vista de que existe una alta concentración de vasos sanguíneos en las fosas nasales, los cambios que ocurren en estos vasos sanguíneos contribuyen a provocar la congestión nasal.
Enfermedades
Cáncer: Una forma inusual de cáncer que afecta a las fosas nasales y los senos paranasales, puede ocurrir causado a una exposición a humos tóxicos, o tabaquismo excesivo y la presencia de cepas del virus del papiloma humano.
Los síntomas incluyen formación de bultos o llagas dentro de la nariz y dolor alrededor de los ojos o la parte superior de los dientes, hemorragia nasal, obstrucción nasal, secreción de pus, sensibilidad reducida al olfato, etc.
Los tratamientos más comunes incluyen quimioterapia, radioterapia y cirugía para extirpar el tumor.
Los pólipos nasales: A veces, hay pequeñas masas benignas que crecen en las fosas nasales o los senos paranasales, causados por una inflamación crónica por infecciones, asma crónica, alergias o trastornos inmunes.
Generalmente, no causan ningún problema, cuando desarrollan un gran tamaño se puede experimentar estornudos, problemas con el gusto y el olfato, congestión nasal, secreción nasal, infecciones frecuentes, así como también dolor facial y picazón.
Rinitis: Es una hinchazón e inflamación del revestimiento mucoso de las fosas nasales, puede ser de origen alérgico y no alérgico, esta última es el resultado de cambios ambientales, alguna infección viral o incluso desequilibrios hormonales.
Los síntomas que se presentan son irritación, sensación de ardor, secreción nasal o nariz seca, nariz tapada y estornudos.
Infección sinusal: Está causada por virus, bacterias y hongos. Presenta varios síntomas como lo son:
- Cavidad nasal hinchada e inflamada.
- Dolor de cabeza.
- Dolor y presión dentro y alrededor de los senos paranasales, la frente, los ojos y los dientes.