El hígado es uno de los órganos más grandes del cuerpo humano y el sitio principal para el metabolismo intenso y la excreción.
Función
Tiene un papel sorprendente en el mantenimiento, el rendimiento y la regulación de la homeostasis del cuerpo.
Está involucrado con casi todas las vías bioquímicas para el crecimiento, la lucha contra las enfermedades, el suministro de nutrientes, el suministro de energía y la reproducción.
El daño hepático siempre está asociado con necrosis celular, aumento de la peroxidación lipídica del tejido y agotamiento en los niveles de glutatión tisular.
Además, los niveles séricos de muchos marcadores bioquímicos, como el glutamato oxalacetato transaminasa y el glutamato piruvato transaminasa sérica, triglicéridos, colesterol, bilirrubina y fosfatasa alcalina se elevan.
Las siguientes son algunas de las enfermedades del hígado que se observan comúnmente:
- Necrosis.
- Cirrosis.
- Hepatitis que puede ser de tipo viral, tóxico.
- Insuficiencia hepática, aguda o crónica.
- Trastornos hepáticos debidos a una función metabólica alterada.
Trastornos asociados con el metabolismo
Los trastornos asociados con el metabolismo de las grasas, son el hígado graso, los trastornos asociados con el metabolismo de la bilirrubina, hepatotoxicidad inducida por fármacos y sustancias químicas y la ictericia que puede ser de diferentes tipos según los mecanismos de acción y la etiología:
- Ictericia hemolítica y prehepática.
- Ictericia obstructiva (ictericia post-hepática y colestásica).
- Ictericia hepatógena, hepática y colestasis.
- Ictericia hereditaria o colestasis pura como el síndrome de Gilbert, síndrome de Dubin Johnson y síndrome de Crigler-Najjar, entre otros. El síndrome de Rotor es uno de los tipos de ictericia hereditaria.
El hígado
El hígado es un órgano vital del sistema digestivo, también es el órgano más grande del cuerpo.
La mayoría de sus células son hepatocitos, pero también hay células de Kupfer, células estrelladas y otras.
Los hepatocitos desempeñan numerosos y vitales papeles en el mantenimiento de la homeostasis y la salud.
Hepatotoxicidad
La hepatotoxina es una sustancia química atóxica que daña el hígado.
La lesión hepática tóxica producida por fármacos y productos químicos puede simular virtualmente cualquier forma de enfermedad hepática natural.
Se estudió el efecto hepatoprotector contra los productos químicos y la hepatotoxicidad inducida por fármacos como el alcohol, el tetracloruro de carbono, la galactosamina, paracetamol, isoniazida y rifampicina, antibióticos, aceite peroxidado, aflatoxina, entre otras.
La gravedad de la hepatotoxicidad aumenta considerablemente si el fármaco se continúa después de que se desarrollan los síntomas.
Entre los diversos compuestos inorgánicos que producen hepatotoxicidad están el arsénico, el fósforo, el cobre y el hierro.
Los agentes orgánicos incluyen ciertas toxinas vegetales de origen natural, como los alcaloides de pirrolizidina, las miotoxinas y las toxinas bacterianas.
La lesión hepática causada por hepatotoxinas, como el tetracloruro de carbono, el etanol y el acetaminofeno, se caracteriza por grados variables de degeneración de los hepatocitos y muerte celular por apoptosis o necrosis.
El metabolismo de las hepatotoxinas por los subtipos de enzimas del citocromo P-450 es un paso clave de la intoxicación; por lo tanto, se muestra que los inhibidores enzimáticos minimizan el daño hepático asociado con hepatotoxinas.
Además, existe evidencia sustancial de que la transición de la permeabilidad mitocondrial está involucrado en la lesión hepatocelular.
Está asociada con las especies reactivas de oxígeno y los nuevos hallazgos ofrecen un nuevo enfoque terapéutico para atenuar el daño celular mediante el bloqueo de la aparición del la transición de la permeabilidad mitocondrial.
Por lo tanto, el estrés oxidativo y la peroxidación lipídica son elementos cruciales que conducen a una lesión hepática asociada a hepatotoxina.
Además del tratamiento específico para una hepatotoxina dada, la estrategia general para la prevención y el tratamiento del daño incluye la reducción de la producción de metabolitos reactivos de las hepatotoxinas.
En el tratamiento se utilizan agentes antioxidantes y dirigiendo selectivamente las terapias a las células o hepatocitos de Kupffer para procesos en curso.
Tratamiento
El tratamiento de las enfermedades hepáticas se puede realizar de diferentes maneras, según la etiología y la patogenia de la enfermedad que se ha tratado.
Entre estas terapias se encuentran:
- Cambios en la dieta.
- Cambio en el estilo de vida de salud.
- Tratamiento quirúrgico.
- Uso de fármacos hepatoprotectores.
Hepatoprotectores
Los hepatoprotectores son fármacos responsables de la protección de los hepatocitos contra agentes tóxicos, que actúan, al menos, en uno de los siguientes mecanismos:
- Estabilización de la membrana del hepatocito.
- Neutralización de los radicales libres.
- Incremento en la síntesis o inhibición de la oxidación del glutatión.
- Bloqueando la penetración de sustancias tóxicas en los hepatocitos.
- Disminución de la inflamación hepática.
- Incremento de la actividad sintética de la ARN-polimerasa.
Agentes hepatotrópicos
En este grupo de fármacos, hay agentes hepatotrópicos y agentes lipotrópicos (evitar la deposición de lípidos en el hígado).
Silimarina
La silimarina contiene uno de los antioxidantes más potentes conocidos, esta acción evita la formación de radicales libres y previene notablemente los tóxicos causantes de enfermedades agudas o crónicas en el tejido y en la función hepática.
La silimarina es también un eficaz estimulante de la síntesis de proteínas lo que permite al hígado realizar sus funciones a toda capacidad
La silimarina se recomienden en el tratamiento de los desordenes inflamatorios crónicos del hígado y los resultados notables en la prevención de intoxicaciones por alcoholismo, hepatitis crónica y condiciones de cirrosis..
Lipotrópicos
Los elementos lipotrópicos como las Lecitinas, Inositol y Colina, se adhieren a las moléculas de grasa y las transforman en formas transportables más accequibles agilizando su remoción del hígado.
Los lipotrópicos actúan evitando un hígado graso y las condiciones inflamatorias.
Cuando la bilis penetra al intestino el ácido cólico soluble, excretado por la bilis, es absorbido hacía el torrente sanguíneo, y es llevado por la sangre de regreso al hígado y nuevamente excretado con la bilis al intestino y reabsorbido hasta completar ciclo tras ciclo.
El oxido de magnesio y el carbonato de calcio crean al combinarse con el acido cólico y logran una forma insoluble, la cual no puede ser absorbida en el intestino y se excreta con las heces.
Esta forma fisiológica provoca una reducción drástica en las cantidades de grasa en el hígado y en los niveles del colesterol en la sangre sin provocar ningún efecto secundario.
La colina es un agente lipotrópico soluble en agua. Generalmente se agrupa dentro de las vitaminas del complejo B.
Se cree que la colina es capaz de promover la conversión de la grasa hepática en fosfolípidos que contienen colina, que pueden transferirse rápidamente del hígado a la circulación sanguínea, evitando la esteatosa hepática.
La deficiencia de colina puede desempeñar un papel en la enfermedad hepática, aterosclerosis y posiblemente trastornos neurológicos.
Un síntoma de la deficiencia de colina es un nivel elevado de la enzima hepática ALT.
El suplemento de colina más a menudo disponible es la lecitina, derivada de la soja o las yemas de huevo.
Complejo-B
La pérdida de la capacidad de almacenamiento del hígado conduce casi siempre a una disminución en las vitaminas del Complejo-B.
Estas vitaminas poseen una acción protectora del hígado, compensan las cantidades de vitaminas requeridas por el hígado, y es estimulante de la función desintoxicante.
La eliminación de las grasas por los Lipotrópicos y el poder alcalinizante del Magnesio y el Calcio agregan a las cápsulas de silimarina, los lipotrópicos y las vitaminas del complejo B una refrescante de acción digestiva y antiácida, sobre todo si se ingiere después de cada comida.