Se produce cuando el centro similar a un gel de un disco espinal se rompe a través de un área débil en la pared externa dura, similar al relleno que se exprime de una rosquilla de gelatina.
El dolor en el cuello o el brazo, entumecimiento u hormigueo pueden ocurrir cuando el material del disco toca o comprime un nervio espinal.
El tratamiento con descanso, analgésicos, inyecciones espinales y fisioterapia es el primer paso para la recuperación. La mayoría de las personas mejora en 6 semanas y vuelve a la actividad normal. Si los síntomas continúan, se puede recomendar una cirugía.
Anatomía de los Discos
Para entender una hernia discal, es útil entender cómo funciona su columna vertebral. Su columna vertebral está hecha de 24 huesos móviles llamados vértebras.
La sección cervical (cuello) de la columna vertebral soporta el peso de su cabeza (aproximadamente 10 libras) y le permite inclinar la cabeza hacia adelante y hacia atrás, de un lado a otro, y girar 180 grados.
Hay 7 vértebras cervicales numeradas de C1 a C7. Las vértebras están separadas por discos, que actúan como amortiguadores que evitan que las vértebras se froten juntas.
El anillo exterior del disco se llama annulus. Tiene bandas fibrosas que se unen entre los cuerpos de cada vértebra. Cada disco tiene un centro lleno de gel llamado núcleo.
En cada nivel de disco, un par de nervios espinales salen de la médula espinal y se ramifican hacia su cuerpo.
La médula espinal y los nervios espinales actúan como un «teléfono», lo que permite que los mensajes o impulsos se desplacen hacia adelante y hacia atrás entre el cerebro y el cuerpo para transmitir la sensación y controlar el movimiento.
¿Qué es una hernia discal cervical?
Una hernia discal se produce cuando el centro en forma de gel de su disco se rompe a través de una rasgadura en la pared del disco (anillo).
El material del gel irrita los nervios espinales, causando algo así como una irritación química. El dolor es el resultado de la inflamación e inflamación del nervio espinal causada por la presión del disco herniado.
Con el tiempo, la hernia tiende a reducirse y puede experimentar un alivio parcial o completo del dolor. En la mayoría de los casos, si el dolor de cuello y / o brazo se va a resolver, lo hará en aproximadamente 6 semanas.
Se pueden usar diferentes términos para describir un disco herniado. Se produce un disco protuberante (protrusión) cuando el anillo del disco permanece intacto, pero forma una salida que puede presionar contra los nervios.
Un verdadero disco herniado (también llamado disco roto) se produce cuando el anillo del disco se agrieta o se rompe, permitiendo que el centro lleno de gel se escurra.
A veces, la hernia es tan grave que se produce un fragmento libre, lo que significa que una pieza se ha roto completamente libre del disco y está en el canal espinal.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de una hernia discal varían mucho según la ubicación de la hernia y su propia respuesta al dolor. Si tiene un disco cervical herniado, puede sentir un dolor que se irradia por su brazo y posiblemente a su mano. También puede sentir dolor en el omóplato o cerca de él y dolor en el cuello al girar la cabeza o doblar el cuello.
A veces puede tener espasmos musculares (es decir, los músculos se contraen incontrolablemente). A veces, el dolor se acompaña de entumecimiento y hormigueo en el brazo. También puede tener debilidad muscular en el bíceps, el tríceps y la empuñadura.
Es posible que haya notado dolor por primera vez cuando se despertó, sin ningún evento traumático que podría haber causado una lesión. Algunos pacientes encuentran alivio al sostener su brazo en una posición elevada detrás de su cabeza porque esta posición alivia la presión sobre el nervio.
¿Cuáles son las causas?
Los discos pueden abombarse o herniarse debido a una lesión y levantamiento inadecuado o pueden ocurrir espontáneamente.
El envejecimiento juega un papel importante. A medida que envejece, sus discos se secan y se vuelven más difíciles. La resistente pared externa fibrosa del disco puede debilitarse, y puede que ya no sea capaz de contener el núcleo similar a un gel en el centro.
Este material puede abombarse o romperse a través de una rasgadura en la pared del disco, causando dolor cuando toca un nervio. La genética, el tabaquismo y una serie de actividades ocupacionales y recreativas conducen a la degeneración temprana del disco.
Las hernias discales son más comunes en personas de entre 30 y 40 años, aunque las personas de mediana edad y mayores corren un poco más de riesgo si están involucradas en actividades físicas extenuantes. Solo alrededor del 8% de los discos herniados ocurren en la región del cuello.
Diagnóstico
Cuando experimente dolor por primera vez, consulte a su médico de cabecera. Su médico realizará un historial médico completo para comprender sus síntomas, cualquier lesión o afección previa, y determinar si algún tipo de estilo de vida está causando el dolor.
A continuación, se realiza un examen físico para determinar la fuente del dolor y evaluar cualquier debilidad muscular o entumecimiento.
Su médico puede ordenar uno o más de los siguientes estudios de imágenes:
La exploración por resonancia magnética (RM): es una prueba no invasiva que utiliza un campo magnético y ondas de radiofrecuencia para obtener una vista detallada de los tejidos blandos de la columna vertebral.
A diferencia de una radiografía, los nervios y los discos son claramente visibles. Le permite a su médico ver su columna vertebral en tres dimensiones en porciones, como si estuviera cortada capa por capa como una hogaza de pan con una foto de cada rebanada.
Las imágenes se pueden tomar desde un lado o desde la parte superior como una sección transversal. Puede o no realizarse con un tinte (agente de contraste) inyectado en el torrente sanguíneo. Esta prueba puede detectar qué disco está dañado y si hay compresión nerviosa.
También puede detectar sobrecrecimiento óseo, tumores de la médula espinal o abscesos.
El mielograma: es una radiografía especializada en la que se inyecta colorante en el canal espinal a través de una punción lumbar. Luego, un fluoroscopio de rayos X registra las imágenes formadas por el tinte.
Los mielogramas pueden mostrar un nervio pellizcado por una hernia discal, crecimiento excesivo de huesos, tumores de la médula espinal y abscesos espinales. Las radiografías regulares de la columna solo dan una imagen clara de los huesos.
El colorante usado en un mielograma aparece blanco en la radiografía, lo que le permite al médico ver la médula espinal y el canal en detalle. Una tomografía computarizada puede seguir esta prueba.
La tomografía computarizada (TC): es una prueba segura, no invasiva, que utiliza un haz de rayos X y una computadora para crear imágenes bidimensionales de su columna vertebral.
De forma similar a una resonancia magnética, le permite a su médico ver su columna en rodajas, como si estuviera cortada capa por capa con una foto de cada corte. Puede o no realizarse con un tinte (agente de contraste) inyectado en el torrente sanguíneo. Esta prueba es especialmente útil para confirmar qué disco está dañado.
Electromiografía (EMG): a menudo con un estudio de velocidad de conducción nerviosa (VCN) mide la respuesta nerviosa y muscular a la estimulación eléctrica.
Pequeñas agujas, o electrodos, se colocan en los músculos, y los resultados se registran en una máquina especial. Debido a que un disco herniado causa presión sobre la raíz del nervio, el nervio no puede suministrar sensibilidad y movimiento al músculo de manera normal. Estas pruebas pueden detectar daño nervioso y debilidad muscular.
Los exámenes de rayos X: usan rayos X para ver las vértebras óseas en su columna vertebral y le pueden decir a su médico si alguno de ellos está demasiado cerca o si tiene cambios artríticos, espolones óseos o fracturas. No es posible diagnosticar una hernia discal con esta prueba solamente.
Tratamiento
No quirúrgico: la buena noticia es que la mayoría de los casos de hernia discal cervical no requieren cirugía. Hay una serie de tratamientos no quirúrgicos que pueden ayudar a aliviar los síntomas. Estos incluyen los siguientes:
- Medicamentos para el dolor como antiinflamatorios para reducir la hinchazón y el dolor, relajantes musculares para calmar los espasmos y analgésicos narcóticos para aliviar el dolor agudo.
- Terapia de calor / frío, especialmente durante las primeras 24-48 horas.
- Ejercicios de fisioterapia como masajes suaves, estiramiento de cuello o tracción para disminuir el dolor y aumentar la flexibilidad.
Junto con estos tratamientos, el personal médico educará a los pacientes sobre los factores de riesgo, la postura saludable, la buena mecánica corporal y los ejercicios adecuados. La educación de calidad puede conducir a una columna vertebral más saludable a largo plazo.
Quirúrgico: si las medidas no quirúrgicas no funcionan, se puede recomendar una cirugía. Una discectomía cervical anterior (desde la parte frontal) es el procedimiento quirúrgico más común para tratar los discos cervicales dañados.
El objetivo de este procedimiento es aliviar la presión sobre las raíces nerviosas o sobre la médula espinal eliminando todo o parte del disco dañado.
Durante la cirugía, los tejidos blandos del cuello se separan para exponer el disco ofensivo. El disco se retira para descomprimir la médula espinal o las raíces nerviosas.
Si es necesario, el espacio que deja el disco extraído se llenará con un injerto óseo, un pequeño trozo de hueso que generalmente se extrae de la cadera del paciente. El injerto óseo se usa para unir o fusionar las vértebras.Esto se llama fusión.
En algunos casos, algunos instrumentos (como placas o tornillos) pueden usarse para ayudar a promover la fusión y para agregar estabilidad a la columna vertebral.
Durante la cirugía cervical posterior, una parte del hueso que cubre el nervio también puede necesitar ser removida. Este procedimiento se llama laminotomía.
Afortunadamente, estos procedimientos a menudo pueden realizarse utilizando técnicas mínimamente invasivas. La cirugía mínimamente invasiva usa incisiones más pequeñas y pequeños instrumentos especializados como microscopios y endoscopios
Recuperación y prevención
El dolor de espalda afecta a 8 de cada 10 personas en algún momento de su vida y generalmente se resuelve en 6 semanas. Una actitud mental positiva, una actividad regular y un pronto regreso al trabajo son elementos muy importantes de la recuperación.
Si su trabajo habitual no se puede hacer inicialmente, lo mejor para el paciente es regresar a algún tipo de trabajo modificado (ligero o restringido). Su médico puede dar recetas para dicha actividad por períodos de tiempo limitados.
La clave para evitar la recurrencia es la prevención:
- Técnicas adecuadas de levantamiento.
- Buena postura al sentarse, pararse, moverse y dormir.
- Programa de ejercicios apropiado para fortalecer los músculos abdominales débiles y evitar nuevas lesiones.
- Un área de trabajo ergonómica.
- Peso saludable y masa corporal magra.
- Una actitud positiva y manejo del estrés
- No Fumar.