Se refiere a la pérdida de actividad de la médula espinal como resultado de una lesión repentina o la degeneración natural de la columna vertebral.
Es necesario tratar la mielopatía de forma proactiva para mantener su calidad de vida y prevenir el peligroso deterioro de la médula espinal.
Si cree que usted o un ser querido puede estar experimentando mielopatía, programe una consulta con un cirujano de columna vertebral con experiencia para evitar que esta condición grave avance.
La espina dorsal
La espina dorsal, a menudo conocida como la columna vertebral, se compone de un complejo sistema de huesos, articulaciones, ligamentos y músculos. Además de soportar el peso de la parte superior del cuerpo y facilitar el movimiento, una de las funciones más importantes de la columna vertebral es alojar y proteger la médula espinal.
La médula espinal es un conjunto de fibras nerviosas conectadas al cerebro y al tronco cerebral. Su función principal es transmitir información al sistema nervioso periférico del cuerpo.
Sin una médula espinal que funcione correctamente, el cerebro y el cuerpo no pueden comunicarse de manera efectiva.
Por esta razón, los pacientes que sufren daños en la médula espinal pueden enfrentar discapacidades graves, parálisis o complicaciones potencialmente mortales. La función motora, las capacidades sensoriales y otros aspectos importantes de la salud pueden disminuir o incluso desaparecer si la médula espinal se daña.
Causas de la mielopatia
La médula espinal se pone en peligro con mayor frecuencia por cambios degenerativos en la columna vertebral, como estenosis espinal y protrusiones o hernias discales.
A medida que envejecemos, nuestras espinas pierden contenido de agua y revelan lentamente las consecuencias de años de uso y estrés cotidianos.
Varias condiciones de la columna vertebral relacionadas con la edad pueden provocar que se presione sobre la médula espinal. Además de la degeneración de la columna vertebral, algunas de las causas más comunes de mielopatía son:
- Tumores benignos o cancerosos que comprimen la médula espinal.
- Espuelas de hueso.
- Una fractura por dislocación.
- Una lesión traumática, como la que puede ocurrir durante un accidente automovilístico, una caída dura o un deporte de alto impacto.
- Enfermedades autoinmunes, como esclerosis múltiple.
- Proposición genética o anomalía congénita.
Factores de riesgo
Ciertos factores pueden aumentar su riesgo de desarrollar mielopatía, que incluyen:
- Fumar.
- El abuso del alcohol.
- Exceso de peso u obesidad.
- Participar en deportes intensos o actividades físicas, como gimnasia o fútbol.
- Falta de ejercicio.
- Hacer movimientos repetitivos y extenuantes (a menudo un problema en trabajos que requieren mucho trabajo físico o manual).
- Levantar objetos pesados incorrectamente.
Si sospecha que puede estar en riesgo de desarrollar mielopatía, programe una consulta con uno de nuestros expertos en columna vertebral para analizar las mejores formas de minimizar el riesgo y mantener el más alto nivel posible de funcionamiento de la médula espinal.
Su médula espinal es crucial para su salud y bienestar, por lo que es de la mayor importancia atenderla de inmediato cuando surjan problemas o lesiones.
Síntomas de la mielopatia
Los síntomas de la mielopatía varían según la ubicación y la gravedad del problema de la médula espinal. Sin embargo, si le preocupa la mielopatía, tenga en cuenta las siguientes indicaciones de esta condición:
- Dolor en los hombros y los brazos.
- Sensación de hormigueo o entumecimiento en los brazos y las piernas.
- Equilibrio difícil, especialmente cuando se intenta caminar.
- Sensación pesada en las piernas e incapacidad para moverse rápidamente.
- Debilidad muscular.
- Dificultad para escribir.
- Problemas para doblar o inclinar el cuello o la espalda.
- Problemas de la vista, coordinación mano-ojo.
- Movimientos irregulares, espasmódicos.
- Cambios en el funcionamiento sexual.
- Complicaciones de la vejiga.
- Fatiga o fragilidad en las extremidades.
- La sensación de que las extremidades están siendo electrocutadas o conmocionadas.
Generalmente los síntomas de la mielopatía aumentarán e intensificarán con el tiempo. Recibir atención médica rápida y profesional es extremadamente importante para evitar daños irreparables en la médula espinal.
Tratamiento
Si se produce un daño en la médula espinal debido a que los haces de nervios se comprimen, la cirugía casi siempre es necesaria de inmediato.
Sin embargo, las cirugías laparoscópicas mínimamente invasivas eluden varios de los aspectos negativos de las cirugías abiertas tradicionales. Las ventajas de la mayoría de los procedimientos mínimamente invasivos incluyen:
- Tiempos de recuperación reducidos que permiten a los pacientes regresar al trabajo y a otras actividades cotidianas más rápidamente.
- Menos dolor postoperatorio.
- Menor riesgo de cicatrices.
- Menor riesgo de pérdida de sangre o trauma en los músculos y tejidos blandos circundantes.
- Menos complicaciones posibles .
Casi todos los planes de tratamiento para las dificultades de la médula espinal incluyen métodos de cuidado conservadores junto con la intervención quirúrgica.
Algunas de las modificaciones no invasivas que pueden ser parte de su tratamiento o plan de recuperación son:
- Terapia física para reducir la tensión sobre la columna vertebral, fortalecer los músculos que sostienen la parte superior del cuerpo y restaurar progresivamente parte de la función perdida por daño de la médula espinal.
- Medicamentos recetados o de venta libre para minimizar el dolor asociado con la mielopatía.
- Inyecciones localizadas para administrar analgésicos directamente a la región afectada.