Neurohipófisis: Definición, Partes, Histología, Anatomía e Importancia de Esta Parte de la Hipófisis

cual es el estudio del neurohipófisis en el hombre

Es la base estructural de un sistema neurohumoral que coordina el equilibrio de fluidos y la función reproductiva a través de la acción de dos hormonas peptídicas:

  • Vasopresina.
  • Oxitocina.

La vasopresina es el principal regulador endocrino de la excreción renal de agua, facilitando respuestas fisiológicas adaptativas para mantener el volumen plasmático y la osmolalidad plasmática.

La oxitocina es importante en el parto y la lactancia. Los datos respaldan un papel más amplio para ambos péptidos en la neuroregulación del comportamiento complejo.

Clínicamente, los déficits en la producción o acción de la vasopresina se manifiestan como diabetes insípida.

La comprensión de la fisiología y la fisiopatología de la vasopresina también son fundamentales para abordar el diagnóstico y el tratamiento de la hiponatremia, la alteración electrolítica más frecuente en la práctica clínica.

Partes de la Neurohipófisis

La neurohipófisis consta de tres partes:

  • Los núcleos supraóptico y paraventricular del hipotálamo.
  • El tracto supraóptico-hipofisario.
  • La pituitaria posterior.

Histología de la Neurohipófisis

Los anatomistas distinguen entre la estructura de la neurohipófisis tres áreas relevantes que comienzan más cerca del hipotálamo:

  • La eminencia mediana.
  • El tallo infundibular.
  • El proceso infundibular.

El proceso infundibular de la mayor parte de la neurohipófisis es lo que generalmente se conoce como la hipófisis posterior.

El grueso de la neurohipófisis se compone de axones en gran parte amielínicos de neuronas neurosecretoras hipotalámicas.

Estos axones tienen sus cuerpos celulares en los núcleos paraventricular y supraóptico del hipotálamo.

Estas neuronas secretan oxitocina u hormona antidiurética. Aproximadamente 100.000 axones participan en este proceso para formar la pituitaria posterior. Además de los axones, la neurohipófisis contiene células gliales y otras células mal definidas llamadas pituicitos llamados.

En comparación con la adenohipófisis, el aspecto histológico de la neurohipófisis se observan grandes cantidades de axones, salpicados de células gliales y capilares.

La neurohipófisis contiene abundantes capilares, particularmente en su porción ventral, donde ocurre la mayor parte de la liberación de hormonas.

Muchos de estos capilares están fenestrados (contienen agujeros), lo que facilita el suministro de hormonas a la sangre.

Una característica histológica interesante de la neurohipófisis es la presencia de cuerpos de arenque.

Cuando se observa con un microscopio electrónico, estas son áreas dilatadas o abultamientos en la porción terminal de los axones que contienen grupos de gránulos neurosecretores.

Los gránulos contienen oxitocina u hormona antidiurética, junto con sus neurofisinas asociadas. Los cuerpos de arenque a menudo se ven en asociación con los capilares y son un tanto difíciles de identificar inequívocamente mediante microscopía óptica.

Anatomía de la Neurohipófisis

La hipófisis posterior se deriva del prosencéfalo durante el desarrollo y se compone predominantemente de tejido nervioso.

Se encuentra debajo del hipotálamo, con lo que forma una unidad estructural y funcional: la neurohipófisis.

El núcleo supraóptico está situado a lo largo de la parte proximal del tracto óptico. Consiste en los cuerpos celulares de discretas neuronas vasopresinérgicas y oxitóticas magnocelulares que se proyectan hacia la hipófisis posterior a lo largo del tracto supraóptico-hipofisario.

El núcleo paraventricular también contiene neuronas discretas vasopresinérgicas y oxitóticas magnocelulares, que también se proyectan hacia la hipófisis posterior a lo largo del tracto supraóptico-hipofisario.

El tracto supraóptico-hipofisario contiene neuronas parvocelulares adicionales y más pequeñas que se proyectan hacia la eminencia media y áreas extrahipotalámicas adicionales que incluyen cerebro anterior, tronco encefálico y médula espinal.

Algunas de estas neuronas parvocelulares son vasopresores. Un grupo de aquellos que se proyectan a través de la eminencia media secretan una hormona liberadora de corticotropina (CRH) y terminan en el lecho hipofisario-portal de la pituitaria anterior.

Estas y otras neuronas parvocelulares vasopresinérgicas que terminan en el lecho hipofisario-portal desempeñan un papel en la regulación de la liberación de adrenocorticotrofina (ACTH) desde la glándula pituitaria anterior, actuando de forma sinérgica con la corticotropina producida por otras neuronas hipotalámicas.

La hipófisis posterior recibe un suministro de sangre arterial desde la arteria hipofisaria inferior y la arteria de la trabecula (una rama de la arteria hipofisaria superior), derivados de la arteria carótida interna y sus ramas.

El drenaje venoso de la neurohipófisis se realiza a través de los senos petrosos dural, cavernoso e inferior.

Importancia de la Vasopresina

La vasopresina es un componente clave en la regulación del equilibrio de líquidos y electrolitos, a través de efectos directos en el manejo del agua renal.

Sin embargo, su fisiología tiene un contexto más amplio, que abarca los roles en la respuesta integrada a los cambios en el estado cardiovascular.

Los cambios relacionados con la edad en la producción de vasopresina pueden ir acompañados por un embotamiento de la apreciación de la sed, una menor ingesta de líquidos, una menor capacidad para excretar una carga de agua libre y una menor capacidad de concentración renal.

Estos cambios predisponen a los ancianos a hiper e hiponatremia. Como corresponde a su función principal y función fisiológica, la producción de vasopresina por la neurohipófisis está influenciada por señales sensoriales que reflejan el estado osmótico y la presión arterial / volumen circulante.

Una entrada osmo-sensorial alimenta datos adicionales sobre el estado osmolar periférico a la neurohipófisis. Los vasos sanguíneos del portal hepático contienen neuronas sensoriales que responden a los cambios en la osmolalidad de la sangre periférica.

A diferencia de los mecanismos centrales, el elemento clave de transducción del proceso periférico es el canal de iones sensibles al estiramiento, TRPV4.

La osmolalidad plasmática es frecuentemente elevada en los pacientes después del trasplante de hígado en el que el órgano del donante está denervado, lo que demuestra la función de esta vía periférica.

La osmosensibilidad de la liberación de vasopresina está influenciada por ritmos circadianos y aumenta durante el sueño.