Generalmente, este síndrome aparece luego de la contracción repetida de un músculo, causado por movimientos repetitivos o tensión muscular relativa al estrés.
El síndrome miofascial es un cuadro de dolor crónico, de tipo muscular.
Normalmente el síndrome miofascial involucra a los músculos en áreas del cuerpo que son asimétricas o focales, la presión que se ejerce en los puntos dolorosos, el cual genera dolor en algunas partes del cuerpo que no guardan relación, lo que se denomina dolor diferido.
Causas
La causa del síndrome miofascial es desconocida.
Sin embargo, puede estar relacionado con factores biomecánicos de sobreutilización muscular y en el caso de micro traumatismos repetitivos, lo que parece originar una disfunción de la placa motora por liberación excesiva de acetilcolina.
Existen condiciones subyacentes como depresión, lesiones previas, patrones deficientes de sueño y situaciones de vida estresantes que pueden jugar un papel importante en la incitación y la exacerbación del síndrome de dolor miofascial.
Síntomas del síndrome miofascial
El síndrome miofascial causa un dolor muscular localizado crónico acompañado de sensibilidad y espasmos.
Los músculos afectados producen dolor en el cuello, en la parte superior y en la la espalda, justo en su parte baja, generalmente afectando solo un lado del cuerpo o con más intensidad que el otro.
Es común que los pacientes con síndrome de dolor miofascial, presenten nudos de contracción en un músculo y patrones de sueño deficientes a causa del dolor y la fatiga diurna.
Puede además presentar otros síntomas asociados a la falta de sueño como fatiga, pérdida del apetito, irritabilidad o depresión.
Diagnóstico
La enfermedad se diagnostica a partir de un estudio físico completo basado en:
- Palpar los puntos dolorosos musculares.
- Evaluar de los reflejos.
- Examinar la movilidad en los musculos.
- Registrar cualquier asimetría presente en el cuerpo o la adopción de las malas posturas.
- Analizar la fuerza de los musculos.
- Explorar los niveles de estrés.
Para no generar confusión del síndrome miofascial con la fibromialgia se deben diferenciar ya que el dolor en la fibromialgia involucra muchas áreas del cuerpo (más de once puntos de dolor).
Aparece de forma gradual, puede perdurar a través del tiempo y desarrollar incapacidad en el paciente a diferencia del síndrome miofascial donde el dolor aparece de forma repentina.
Los puntos de dolor están localizados, por lo general, es moderado y la discapacidad es temporal.
Las pruebas de laboratorio generalmente son innecesarias.
Tratamiento del síndrome miofascial
Existe una variedad de opciones de tratamiento, siendo el objetivo principal el control del dolor proporcionando un alivio de los síntomas y mejorando la calidad de vida del individuo.
Este tratamiento del síndrome miofascial puede ser un enfoque múltiple que involucre la educación del paciente, la reducción del estrés, terapias de rehabilitación física y estiramientos y programas de ejercicios.
Todo esto puede ayudar a mejorar el sueño y aliviar la tensión muscular.
Los fármacos utilizados para tratar el síndrome de dolor miofascial están dirigidos hacia varios de los síntomas de la afección del paciente y se pueden prescribir de manera temporal o a largo plazo.
Los medicamentos que se utilizan buscan el mejor tratamiento para un paciente en particular:
- Prescripción de la trazodona (Serzone) o la amitriptilina (Elavil) se utilizan a la hora de dormir y mejoran el sueño y alivian el dolor.
- Prescripción de la ciclobenzaprina (Flexeril) u orfenadrina (Norflex) se utilizan a la hora de dormir para relajar los músculos y ayudan a conciliar el sueño.
- Prescripción de antidepresivos como sertralina (Zoloft), fluoxetina (Prozac), duloxetina (Cymbalta).
- Prescripción de la gabapentina (Neurontin) y la pregabalina (Lyrica) se pueden usar para controlar el dolor y los trastornos de ansiedad.
- Prescripción de Ibuprofeno (Motrin, Advil), el paracetamol (Tylenol) o el naproxeno (Aleve) pueden ser beneficiosos para aliviar los síntomas de dolor.
Otras opciones de tratamiento del síndrome de dolor miofascial además de la fisioterapia y la administración de fármacos, son las inyecciones localizadas en el punto doloroso.
Terapias
- Ejercicios de elongación y relajación: Al realizar estos ejercicios periódicamente, se disminuye el dolor y se puede controlar el estrés con ejercicios de relajación, con técnicas como la respiración lenta, profunda y la meditación.
- Terapias de calor: El calor húmedo ayuda a aliviar dicha tensión muscular y los dolores, de manera que aumenta la circulación de la sangre y relaja los músculos.
- Digitopresión: Se fundamenta en presionar con los dedos los puntos claves de la piel.
- Kinesioterapia: Se realizan diferentes prácticas desde la masoterapia, inducción miofascial, técnicas manipulativas articulatorias, educación postural, entre otras.
El síndrome de dolor miofascial debe ser guiado por un solo médico que está monitoreando la respuesta a las diversas terapias empleadas.
Prevención del síndrome miofascial
El síndrome de dolor miofascial no puede prevenirse, pero es posible evitar los factores de riesgo que empeoran la afección.
Dentro de estos se incluyen evitar las lesiones musculares, maximizar el sueño óptimo, minimizar el estrés y los estados de ansiedad y tratar cualquier depresión subyacente.