Es una parte integral del laberinto que se encuentra en la cápsula ótica en la porción petrosa del hueso temporal existente en los oídos.
Este sistema es el que proporciona el equilibrio del cuerpo, por ende si se ve afectado por alguna afección, tiende a afectar la estabilidad del cuerpo, produciendo desmayos o caídas involuntarias.
Consta de 5 órganos terminales distintos, 3 canales semicirculares que son sensibles a las aceleraciones angulares (rotaciones de la cabeza) y 2 órganos de otolitos que son sensibles a las aceleraciones.
El sistema vestibular se encuentra diseñado para que el cuerpo haga todo lo que el cerebro le ordene al otorgar el sentido del equilibrio, desde caminar, correr, subir escalones, hasta andar en patineta, hacer snowboard y surfear, entre otras actividades que ameriten equilibrio y precisión.
Estructura
Este sistema es una colección de estructuras en el oído interno que proporciona además una conciencia de la orientación espacial, es decir, una sensación de si el cuerpo está boca arriba o boca abajo.
El cerebro luego integra esos datos con otra información sensorial del cuerpo para coordinar movimientos corporales suaves y oportunos, logrando con ello completar la actividad deseada sin sufrir algún desmayo o una caída desprevenida sin razón aparente.
El líneas generales su funcionamiento es una serie de acciones bastante complejas y no algo que se adquiere innatamente al nacer.
Debido a que todos los seres vivos que gozan de la facultad de tener piernas y pies o patas, aprenden a caminar desde pequeños, para luego ir perfeccionando y refinando estos sistemas interactivos, y cada vez que se aprende algo nuevo que requiere equilibrio (como andar en bicicleta o paddleboard), el cerebro modifica y refina aún más estos procesos de integración.
Anatomía
Según la estructura que posee el oído se puede discernir cuáles son las partes que lo componen, principalmente auditivas en la naturaleza y cuáles son parte del sistema vestibular.
La oreja, también conocida como pinna, que significa «ala» o «aleta», es el oído exterior externo en forma de embudo que dirige el sonido al canal auditivo, también conocido como el meato acústico externo, ‘meatus’ es en latín ‘canal’ o ‘pasaje’.
Este pasaje lleva el sonido hasta la membrana timpánica, o tímpano, que reverbera para transmitir el sonido a los huesos del oído interno.
Dentro de la cavidad timpánica, hay tres osículos auditivos, o huesos, que chocan uno contra el otro, transmitiendo las ondas sonoras que vibran contra la membrana timpánica a algo que se llama la ventana oval del oído interno.
La ventana oval es el punto de conexión membranosa entre los huesecillos auditivos y la estructura llena de líquido del oído interno, llamada laberinto membranoso.
La mitad del laberinto membranoso, la cóclea, está dedicada a convertir las ondas sonoras en señales neuronales, mientras que la otra mitad, el sistema vestibular, está dedicado a derivar su sentido del equilibrio.
Ambas mitades usan el nervio vestibulococlear, que transmite señales neuronales al cerebro para su interpretación e integración.
Función
En la mitad vestibular del oído interno, hay tres canales semicirculares, llamados así por su forma semicircular, que se ejecutan en tres orientaciones diferentes.
Estas orientaciones permiten en el sistema vestibular triangular la orientación de la cabeza y, en consecuencia, el sentido del equilibrio, basándose en los tres puntos de referencia de los canales.
El sistema vestibular lo hace a través de tres estructuras sensoriales, llamadas crestas ampulares, que unen los extremos de los canales semicirculares.
Además cuenta con unas estructuras sensoriales que bordean los extremos de los canales semicirculares y transmiten señales al nervio vestibulococlear con respecto a la rotación de la cabeza.
Cada uno de ellos está forrado con una colección de pequeñas células ciliadas, llamadas así por los filamentos similares al cabello, llamados estereocilios, que se proyectan desde la parte superior.
Los estereocilios están incrustados en una gran sustancia gelatinosa, llamada cúpula, que, cuando es presionada por el fluido en ambos lados, estimula los estereocilios de las células ciliadas, que luego conducen señales al nervio ventibulococlear.
En conclusión el oído no solo funciona para escuchar, pues posee el sistema vestibular que tiene la labor de otorgarle equilibrio al cuerpo y si se ve afectado por alguna infección o por algún accidente, se presentarán mareos o dificultades para caminar correctamente, debido a que el cerebro no estaría recibiendo la información necesaria para comprender la relación del entorno externo con el cuerpo.