Cáncer De Intestino: Tipos, Síntomas, Causas, Etapas, Diagnóstico, Tratamiento y Prevención

tratamiento para el cáncer de intestino grueso

La sección más larga del tracto gastrointestinal (GI), es el intestino delgado, que mide tres veces y media la longitud del cuerpo y une el estómago con el intestino grueso.

Es el tipo de cáncer donde se encuentran presentes células cancerosas en el intestino delgado o grueso. Los intestinos son parte del sistema gastrointestinal (digestivo) del cuerpo.

El cáncer que se desarrolla en el intestino grueso se denomina cáncer colorrectal.

El intestino delgado digiere y absorbe nutrientes. Se divide en tres secciones: el duodeno, el yeyuno y el íleon. La mayoría de los tipos de cáncer de intestino delgado se desarrollan en el duodeno.

Cáncer en el intestino delgado

Tipos de cáncer intestinal

Dentro de los principales tipos de cáncer de intestino delgado se encuentran:

  • Los adenocarcinomas: es el tipo más común de cáncer de intestino delgado, generalmente se desarrollan en las células que recubren las paredes del intestino delgado. A menudo, este tipo de cáncer se desarrollará a partir de pequeños crecimientos benignos (no cancerosos) llamados pólipos.
  • El sarcoma: es un tipo de cáncer intestinal que se desarrolla en el tejido conectivo del intestino delgado.
  • Los tumores del estroma gastrointestinal: son variantes del sarcoma de tejidos blandos.
  • Los tumores carcinoides: se forman en el revestimiento de los intestinos y a menudo son de lento crecimiento.
  • Los linfomas: son una enfermedad del sistema inmune que pueden originarse dentro de los intestinos.

Síntomas

El intestino delgado es un tubo largo y enrollado que canaliza los alimentos digeridos desde el estómago hacia el colon (el intestino grueso).

En el camino, el material digerido se descompone aún más y los nutrientes y aminoácidos se absorben.

El dolor abdominal acompañado de náuseas y vómitos pueden ser signos de una obstrucción intestinal. En este caso, puede requerir atención médica inmediata. A menudo, la cirugía es necesaria para eliminar el bloqueo.

En casos raros, el tumor puede causar una perforación en la pared intestinal, causando que el contenido se derrame en la cavidad abdominal. Esto también causará dolor y vómitos intensos.

Los síntomas de cáncer de intestino delgado pueden ser signos de otras afecciones o enfermedades gastrointestinales.

A menudo, sin embargo, los tumores pequeños pueden no causar ningún síntoma aparente.

A veces, el cáncer se puede encontrar por casualidad durante otro procedimiento o cirugía no relacionado.

Los siguientes son algunos de los síntomas más recurrentes en el cáncer de intestino delgado:

  • Dolor abdominal.
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Debilidad o fatiga: a veces como resultado de anemia.
  • Heces con sangre o alquitranadas: por causa de tumores sangrantes.
  • Un bulto notable en el abdomen.

En general, sin embargo, los síntomas intestinales a menudo son vagos y difíciles de diagnosticar.

Factores de riesgo

General
  • Edad: Según la Sociedad Americana del Cáncer, la edad promedio de diagnóstico es 67.
  • Género: los hombres son un poco más propensos a desarrollar la enfermedad que las mujeres.
Genética
  • Condición hereditaria: aunque la mayoría de los cánceres de intestino delgado se producen sin un vínculo hereditario conocido, existen algunas afecciones hereditarias que pueden conducir a un riesgo mayor.
  • Poliposis adenomatosa familiar (FAP).
  • Cáncer colorrectal no poliposo hereditario (HNPCC): también llamado síndrome de Lynch.
  • Síndrome de Peutz-Jeghers (PJS).
  • Fibrosis quística (FQ).
  • Las personas con neoplasia endocrina múltiple, tipo I (MEN1) o defectos en el gen NF1 (neurofibromatosis tipo 1): pueden desarrollar tumores benignos en el intestino delgado que están en riesgo de convertirse en tumores carcinoides malignos.
  • Síndrome de Gardner: aunque existe un mayor riesgo de desarrollar cáncer de colon, esta enfermedad se considera un factor de riesgo para los sarcomas del intestino delgado.
  • Enfermedad de Von Recklinghausen.
  • La neurofibromatosis.
Estilo de vida
  • Consumo de tabaco y alcohol: Algunas investigaciones sugieren que fumar y beber también pueden estar asociados con el desarrollo de cáncer de intestino delgado.
  • Dieta: Comer una dieta alta en grasas puede ser un factor de riesgo del cáncer de intestino delgado.
  • Exposición química: ciertos productos químicos, como cloruro de vinilo, dioxinas y altas dosis de herbicidas que contienen ácido fenoxiacético, se consideran factores de riesgo de cáncer intestinal para ciertos tipos de sarcomas.
Otras condiciones
  • Enfermedades gastrointestinales: ciertas enfermedades que afectan el tracto gastrointestinal pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de intestino. Por ejemplo, la enfermedad de Crohn o si se ha padecido cáncer de colon con anterioridad.
  • Linfedema: el daño a los vasos linfáticos o una infección puede causar la acumulación de líquido linfático.  Esto puede aumentar su riesgo de desarrollar un sarcoma del intestino delgado.

Etapas

Tomar la decisión para un tratamiento adecuado comienza observando la etapa o progresión de la enfermedad.

La etapa del cáncer intestinal es uno de los factores más importantes para evaluar las opciones de tratamiento.

Algunos tipos de cáncer, como los tumores carcinoides, no tienen un sistema de estadificación estándar.

Las etapas del cáncer intestinal descritas aquí son para los adenocarcinomas más comunes y se definen usando el sistema TNM.

Las categorías combinadas, T, N y M, crean las etapas 0 a IV:

  • Tumor (T): los tumores se clasifican en una escala de 0 a 4, donde T0 indica que no hay evidencia de que el tumor primario se expanda en el tejido local y el número creciente (T1 a T4) describe la extensión y diseminación del tumor hacia y la pared intestinal. El carcinoma in situ tis describe un cáncer temprano que no ha ido más allá de la mucosa.
  • Nodo (N): si se encuentra cáncer en los ganglios linfáticos, la cantidad de células cancerosas encontrada se califica con N1 o N2. Las condiciones en las que el cáncer no se ha propagado a los ganglios linfáticos están indicadas por N0.
  • Metástasis (M): cuando el cáncer se ha diseminado se indica con las siglas M1. De lo contrario, M0 se usa si no hay signos de metástasis.
Etapa 0

El cáncer no se ha expandido más allá de la mucosa. (Tis, N0, M0).

Etapa I

En esta etapa, la enfermedad ha crecido más allá de la mucosa, pero no se ha diseminado más allá del intestino delgado a otros sitios o nódulos linfáticos (por ejemplo: T1, N0, M0 o T2, N0, M0).

Etapa II

El cáncer se ha expandido a través de la pared intestinal. En esta etapa, puede o no haber llegado a órganos cercanos.

No hay evidencia de diseminación de la enfermedad a los ganglios linfáticos o sitios distantes (ejemplo: T3, N0, M0).

Etapa III

En el estadio III del cáncer intestinal, la enfermedad ha hecho metástasis en los ganglios linfáticos cercanos. El tumor puede ser de cualquier tamaño (T1 a T4).

El cáncer puede o no haber llegado a órganos cercanos. Los sitios distantes como el pulmón o el hígado no se ven afectados (ejemplo: T1, N1, M0).

Etapa IV

El cáncer puede ser de cualquier tamaño y se ha diseminado por todo el cuerpo hasta sitios distantes como el hígado, el pulmón o el revestimiento de la cavidad abdominal (por ejemplo: cualquier T, cualquier N, M1).

Cáncer de colon

El cáncer colorrectal, también conocido como cáncer de intestino grueso, cáncer de colon o cáncer de recto, es cualquier cáncer que afecte el colon y el recto.

La mayoría de los casos de cáncer de colon comienzan como grupos pequeños, no cancerosos (benignos) de células llamadas pólipos adenomatosos.

Los pólipos pueden ser pequeños y producir pocos, si alguno, síntomas.

Por esta razón, los médicos recomiendan realizar pruebas de detección periódicas para ayudar a prevenir el cáncer de colon mediante la identificación y eliminación de pólipos antes de que se conviertan en cáncer.

Síntomas

  • Un cambio en sus hábitos intestinales: incluyendo diarrea o estreñimiento o un cambio en la consistencia de sus heces, que dura más de cuatro semanas.
  • Sangrado rectal o sangre en su materia fecal.
  • Incomodidad abdominal persistente: como calambres, gases o dolor.
  • Una sensación de que su intestino no se vacía por completo.
  • Debilidad o fatiga.
  • Pérdida de peso inexplicable.

Muchas personas con cáncer de colon no experimentan síntomas en las primeras etapas de la enfermedad.

Si aparecen los síntomas, es probable que varíen, según el tamaño del cáncer y la ubicación en el intestino grueso.

Causas

  • Edad: El aumento de la edad es el principal factor de riesgo de cáncer colorrectal. Alrededor del 90% de los cánceres colorrectales se diagnostican después de los 50 años.
  • Raza: Los afroamericanos tienen una mayor incidencia de cáncer colorrectal que las personas de otras razas.
  • Dieta: Se ha demostrado en numerosos estudios de investigación que las dietas altas en grasa tienen una alta predisposición de generar cáncer colorrectal.
  • Obesidad: Tener sobrepeso (especialmente tener una cintura muy grande) aumenta el riesgo de cáncer de colon tanto en hombres como en mujeres, pero el vínculo parece ser más fuerte en los hombres.
  • Falta de actividad física.
  • Consumo de cigarro: Fumar es una causa bien conocida de cáncer de pulmón, pero también está relacionado con otros tipos de cáncer, como el cáncer colorrectal.
  • Ingesta exagerada de bebidas alcohólicas.
  • Tener historia personal de pólipos colorrectales o cáncer colorrectal.
  • Historia de enfermedad inflamatoria intestinal: Si tiene enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que incluye colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, aumenta su riesgo de cáncer colorrectal.
  • Tener antecedentes familiares de cáncer colorrectal o pólipos adenomatosos.
  • Tener un síndrome hereditario: Alrededor del 5% al 10% de las personas que desarrollan cáncer colorrectal han heredado cambios genéticos (mutaciones) que pueden causar síndromes de cáncer familiar y llevarlos a contraer la enfermedad.
  • Trabajo nocturno: Se cree que esto podría deberse a cambios en los niveles de melatonina (una hormona que responde a los cambios de la luz) en el cuerpo.
  • Tratamientos previos para el cáncer: Algunos estudios han encontrado que los hombres que sobreviven al cáncer testicular parecen tener una mayor tasa de cáncer colorrectal y algunos otros cánceres. Esto podría deberse a los tratamientos que han recibido, como la radioterapia.
  • Personas con diabetes tipo 2: Las personas con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, ya que ambas comparten algunos de los mismos factores de riesgo (como el sobrepeso y la inactividad física).
  • Síndrome de Gardner: Las personas con este síndrome a menudo desarrollan muchos pólipos en todo el tracto GI, particularmente en el colon.

Etapas

Etapa 0

Esta es la etapa más temprana, cuando el cáncer todavía está dentro de la mucosa, o capa interna, del colon o el recto.

Etapa 1

El cáncer ha crecido a través de la capa interna del colon o el recto, pero aún no se ha diseminado más allá de la pared del recto o el colon.

Etapa 2

El cáncer ha crecido a través o hacia la pared del colon o el recto, pero aún no ha llegado a los ganglios linfáticos cercanos.

Etapa 3

El cáncer ha invadido los ganglios linfáticos cercanos, pero aún no ha afectado a otras partes del cuerpo.

Etapa 4

El cáncer se diseminó a otras partes del cuerpo, incluidos otros órganos, como el hígado, la membrana que recubre la cavidad abdominal, el pulmón o los ovarios.

Diagnóstico

Para el diagnóstico del cáncer hay múltiples opciones de pruebas para encontrarlo o diagnosticarlo.

También se realizan pruebas para saber si el cáncer se ha diseminado a otra parte del cuerpo desde donde comenzó.

Para la mayoría de los tipos de cáncer, una biopsia es la única forma segura para que el médico sepa si un área del cuerpo tiene cáncer.

En una biopsia, el médico toma una pequeña muestra de tejido para analizar en un laboratorio.

Si no es posible llevar a cabo una biopsia, el médico puede sugerirle otras pruebas que lo ayudarán a generar un diagnóstico.

Adicionalmente, las siguientes pruebas se pueden usar para diagnosticar el cáncer de intestino:

  • Análisis de sangre: Una prueba de la cantidad de glóbulos rojos en la sangre puede indicar si usted es anémico. La anemia puede ser el resultado de sangrado, problemas hepáticos o nutrición deficiente relacionada con el cáncer.
  • Radiografía: Se pueden tomar radiografías del sistema gastrointestinal. Algunas veces, la persona tomará una sustancia llamada bario, que perfila todo el sistema gastrointestinal en la radiografía, esto ayudará al médico a ver tumores u otras áreas anormales.
  • Endoscopia: Se usa un tubo delgado con una cámara en el extremo para visualizar el duodeno y verificar si hay áreas anormales. Este procedimiento se puede realizar para determinar si la enfermedad se ha diseminado.
  • Colonoscopia: es similar a la endoscopia tradicional descrita anteriormente, excepto que el endoscopio ingresa al cuerpo a través del ano y el recto hacia el colon y la parte inferior del intestino delgado.
  • Tomografía computarizada (CT o CAT): crea una imagen tridimensional del interior del cuerpo desde diferentes ángulos lo que nos permite medir el tamaño del tumor y verificar si hay diseminación del cáncer a otros órganos.
  •  Tomografía por emisión de positrones (PET): es un procedimiento en el que se realizan una tomografía por emisión de positrones y una tomografía computarizada al mismo tiempo. Implica inyectar glucosa radioactiva para ver en qué parte del cuerpo se concentra más, ya que los tumores malignos necesitan más glucosa que las células normales.
  • Laparotomía: En este procedimiento, se realiza una incisión quirúrgica en el abdomen para detectar enfermedades. A veces, se toman muestras de tejido y, a menudo, se realiza una cirugía al mismo tiempo para extirpar el tumor.

Tratamiento

Las opciones y recomendaciones de tratamiento dependen de varios factores, incluidos el tipo y la etapa del cáncer, los posibles efectos secundarios, las preferencias del paciente y la salud en general.

Cirugía

La cirugía consiste en extirpar el tumor y algún tejido sano circundante durante una operación. Es el tratamiento más común para el cáncer de intestino.

Dependiendo de la extensión de la cirugía, puede ser necesario seguir una dieta especial con medicamentos y suplementos para ayudar a la digestión.

Los efectos secundarios de la cirugía pueden incluir dolor y sensibilidad en el área de la operación.

La operación también puede causar estreñimiento o diarrea, que generalmente desaparece después de un tiempo.

Quimioterapia

La quimioterapia es el uso de medicamentos para destruir las células cancerosas, por lo general al detener la capacidad de las células cancerosas para crecer y dividirse.

Debido a que la quimioterapia afecta tanto a las células normales como a las cancerosas, muchas personas experimentan los efectos secundarios del tratamiento.

Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen del individuo y la dosis utilizada, pero pueden incluir pérdida de apetito, náuseas y vómitos, riesgo de infección, pérdida de cabello, fatiga y diarrea.

Estos efectos secundarios generalmente desaparecen una vez que finaliza el tratamiento.

Terapia de radiación

La radioterapia es el uso de rayos X de alta energía u otras partículas para destruir las células cancerosas.

La radioterapia se usa más comúnmente como tratamiento paliativo para ayudar a aliviar los efectos secundarios.

El tipo más común de tratamiento con radiación se llama radiación de haz externo, que es radiación administrada desde una máquina fuera del cuerpo.

Cuando se administra radioterapia con implantes, se denomina radioterapia interna o braquiterapia.

Los efectos secundarios de la radioterapia incluyen cansancio, reacciones cutáneas leves, malestar estomacal y deposiciones sueltas.

La mayoría de los efectos secundarios desaparecen poco después de finalizar el tratamiento.

Inmunoterapia

También llamada terapia biológica, está diseñada para estimular las defensas naturales del cuerpo para combatir el cáncer.

Utiliza materiales hechos por el cuerpo o en un laboratorio para mejorar, apuntar o restaurar la función del sistema inmune.

Los ejemplos de inmunoterapia incluyen vacunas contra el cáncer, anticuerpos monoclonales e interferones.

Remisión y posibilidad de recurrencia

Una remisión es cuando el cáncer no se puede detectar en el cuerpo y no hay síntomas. Esto también puede denominarse «sin evidencia de enfermedad».

Si el cáncer regresa después del tratamiento original, se llama cáncer recurrente.

Puede regresar en el mismo lugar (llamado recurrencia local), cercano (recurrencia regional) o en otro lugar (recurrencia a distancia).

Cuando esto ocurre, un ciclo de prueba comenzará de nuevo para aprender tanto como sea posible sobre la recurrencia.

Después de realizar la prueba, el paciente y su médico hablarán sobre las opciones de tratamiento.

A menudo, el plan de tratamiento incluirá los tratamientos descritos anteriormente, como cirugía, quimioterapia y radioterapia, pero se pueden usar en una combinación diferente o administrarse a un ritmo diferente.

Su médico también puede sugerir ensayos clínicos que estudien nuevas formas de tratar este tipo de cáncer recurrente.

Cualquiera que sea el plan de tratamiento que elija, los cuidados paliativos serán importantes para aliviar los síntomas y los efectos secundarios.

Si el tratamiento no funciona

La recuperación del cáncer no siempre es posible. Si el cáncer no se puede curar o controlar, la enfermedad se puede llamar avanzada o terminal.

Los pacientes que tienen cáncer avanzado y que se espera que vivan menos de 6 meses tal vez deseen considerar un tipo de cuidado paliativo llamado cuidado de hospicio.

El cuidado de hospicio está diseñado para proporcionar la mejor calidad de vida posible para las personas que están cerca del final de la vida.

La atención de hospicio es atención al final de la vida. Un equipo de profesionales de la salud y voluntarios lo brindan. Dan apoyo médico, psicológico y espiritual.

Los cuidadores intentan controlar el dolor y otros síntomas para que una persona pueda permanecer lo más alerta y cómoda posible. Los programas de hospicio también brindan servicios para apoyar a la familia de un paciente.

Prevención

Varias medidas que mejoran el estilo de vida, pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer colorrectal:

  • Exámenes periódicos: aquellos que han tenido cáncer colorrectal antes, que tienen más de 50 años de edad, que tienen un historial familiar de este tipo de cáncer o que tienen la enfermedad de Crohn deben someterse a exámenes periódicos.
  • Nutrición: Siga una dieta con mucha fibra, frutas, vegetales y carbohidratos de buena calidad y un mínimo de carnes rojas y procesadas. Cambie de grasas saturadas a grasas de buena calidad, como aguacate, aceite de oliva, aceites de pescado y nueces.
  • Ejercicio: Se ha demostrado que el ejercicio moderado y regular tiene un impacto significativo en la disminución del riesgo de una persona de desarrollar cáncer colorrectal.