Es una enfermedad médica común y grave que afecta negativamente cómo se siente, la forma en que piensa y cómo actúa una persona.
La depresión causa sentimientos de tristeza y / o una pérdida de interés en las actividades que alguna vez disfrutaron. Puede llevar a una variedad de problemas emocionales y físicos y también disminuir la capacidad de una persona para funcionar en el trabajo y en el hogar.
Las afecciones médicas (por ejemplo, problemas de tiroides, un tumor cerebral o deficiencia de vitaminas) pueden simular los síntomas de la depresión y es importante para descartar causas médicas generales.
La depresión afecta a uno estimado en 15 adultos (6.7%) en un año dado. Y una de cada seis personas (16.6%) experimentará depresión en algún momento de su vida. La depresión puede aparecer en cualquier momento, pero en promedio, aparece por primera vez entre la adolescencia y mediados de los 20 años.
Las mujeres suelen ser más propensas que los hombres a experimentar depresión. Algunos estudios muestran que un tercio de las mujeres experimentarán un episodio depresivo mayor en su vida.
Síntomas
Los síntomas pueden variar de leves a severos y deben durar al menos dos semanas para un diagnóstico de depresión. Algunos incluyen:
- Sentirse triste o tener un estado de ánimo deprimido.
- Pérdida de interés o placer en actividades que alguna vez disfrutaron.
- Cambios en el apetito, pérdida o ganancia de peso sin relación con la dieta.
- Problemas para dormir o dormir demasiado.
- Pérdida de energía o incremento de la fatiga.
- Aumento en la actividad física sin propósito (por ejemplo, movimientos de manos) o movimientos y palabras lentos (acciones observables por otros).
- Sentirse sin valor o culpable.
- Dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones.
- Pensamientos de muerte o suicidio.
No obstante, dependiente de la etapa de la vida o la edad de la persona, la depresión puede manifestarse de distintas maneras.
Síntomas de depresión en niños y adolescentes
Los signos y síntomas comunes de la depresión en niños y adolescentes son similares a los de los adultos, pero puede haber algunas diferencias.
En los niños más pequeños, los síntomas de depresión pueden incluir:
- Tristeza.
- Irritabilidad.
- Aferramiento.
- Preocupación.
- Dolores.
- Negarse a ir a la escuela.
- Tener bajo peso.
En adolescentes, los síntomas pueden incluir:
- Tristeza.
- Irritabilidad.
- Sentirse negativo y sin valor.
- Enojo.
- Bajo rendimiento o poca asistencia a la escuela.
- Sentirse incomprendido y extremadamente sensible.
- Uso de drogas o alcohol recreativo.
- Comer o dormir demasiado.
- Daño a sí mismo.
- Pérdida de interés en actividades normales y evitando la interacción social.
Síntomas de depresión en adultos mayores
La depresión no es una parte normal del envejecimiento, y nunca debe tomarse a la ligera. Desafortunadamente, la depresión a menudo no se diagnostica y no se trata en adultos mayores, y pueden sentirse reacios a buscar ayuda.
Los síntomas de depresión pueden ser diferentes o menos obvios en adultos mayores, como:
- Dificultades de memoria.
- Cambios de personalidad.
- Dolores físicos.
- Fatiga.
- Pérdida de apetito.
- Problemas para dormir.
- Pérdida de interés en el sexo, no causada por una condición médica o medicamento.
- A menudo quiere quedarse en casa, en lugar de salir a socializar o hacer cosas nuevas.
- Pensamientos o sentimientos suicidas, especialmente en hombres mayores.
Diferencias entre la depresión y el duelo/tristeza
La depresión es diferente de la tristeza o el duelo. Distinguir entre ellos puede ayudar a las personas a obtener la ayuda, el apoyo o el tratamiento que necesitan.
El duelo puede ser experimentarse con la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo o el final de una relación. Son experiencias difíciles de soportar para una persona.
Es normal que los sentimientos de tristeza o dolor se desarrollen en respuesta a tales situaciones. Aquellos que experimentan pérdida a menudo pueden describirse a sí mismos como «deprimidos».
Para algunas personas, la muerte de un ser querido puede provocar una gran depresión. Perder un trabajo o ser víctima de un asalto físico o un gran desastre puede provocar depresión en algunas personas. Cuando el dolor y la depresión coexisten, el dolor es más severo y dura más tiempo que el dolor sin depresión.
El proceso de duelo es natural y exclusivo de cada individuo y comparte algunas de las mismas características de la depresión. Tanto la pena como la depresión pueden implicar una intensa tristeza y el abandono de las actividades habituales.
A pesar de cierta superposición entre el dolor y la depresión, son diferentes:
- En el dolor, los sentimientos dolorosos vienen en oleadas, a menudo entremezclados con recuerdos positivos del difunto. En la depresión mayor, el estado de ánimo, el interés en las actividades y el placer disminuyen durante la mayoría de las dos semanas.
- En el dolor, la autoestima generalmente se mantiene. En la depresión los sentimientos de inutilidad y autodesprecio son comunes y persisten.
Causas
La depresión puede afectar a cualquier persona, incluso a una persona que parece vivir en circunstancias relativamente ideales.
Varios factores pueden causar un papel desencadenante:
Bioquímica: Las diferencias en ciertas sustancias químicas en el cerebro pueden contribuir a los síntomas de la depresión.
Genética: La depresión puede presentarse en familias. Por ejemplo, si un gemelo idéntico tiene depresión, el otro tiene un 70 por ciento de probabilidades de tener la enfermedad en algún momento de la vida.
Personalidad: Las personas con baja autoestima, que se sienten fácilmente abrumadas por el estrés o que son generalmente pesimistas, parecen ser más propensas a experimentar depresión.
Factores ambientales: La exposición continua a la violencia, el abandono, el abuso o la pobreza puede hacer que algunas personas sean más vulnerables a la depresión.
Las pérdidas emocionales muy profundas son capaces de causar cambios bioquímicos que desencadenen en la depresión. Dichos cambios pueden provocar la enfermedad no inmediatamente, sino más adelante.
Otros factores pueden ser la pérdida de un empleo, o la falta de capacidad de adaptarse a determinados cambios. No se sabe exactamente qué provoca la depresión pero existen diversos factores identificados como el desequilibrio de los neurotransmisores del cerebro.
Tratamiento
La depresión es uno de los trastornos mentales más tratables. Entre el 80% y el 90% de las personas con depresión finalmente responden positivamente al tratamiento. Casi todos los pacientes obtienen algún alivio de sus síntomas.
Antes de un diagnóstico o tratamiento, un profesional de la salud debe realizar una evaluación diagnóstica completa, que incluya una entrevista y posiblemente un examen físico. En algunos casos, se puede realizar una prueba de sangre para asegurarse de que la depresión no se deba a una afección médica como un problema de tiroides.
La evaluación consiste en identificar síntomas específicos, antecedentes médicos y familiares, factores culturales y ambientales para llegar a un diagnóstico y planificar un curso de acción.
Medicamentos: la química del cerebro puede contribuir a la depresión de un individuo y puede ser un factor en su tratamiento. Por esta razón, se pueden recetar antidepresivos para ayudar a modificar la química cerebral. Estos medicamentos no son sedantes, «superiores» o tranquilizantes. No son adictivos.
En general, los medicamentos antidepresivos no tienen efecto estimulante en las personas que no experimentan depresión. Los antidepresivos pueden producir alguna mejora dentro de las primeras semanas de uso. Es posible que los beneficios completos no se vean durante dos o tres meses.
Si un paciente experimenta poca o ninguna mejora después de varias semanas, su psiquiatra puede modificar la dosis del medicamento o agregar o sustituir otro antidepresivo. En algunas situaciones, otros medicamentos psicotrópicos pueden ser útiles.
Es importante informarle a su médico si un medicamento no funciona o si experimenta efectos secundarios. Los psiquiatras generalmente recomiendan que los pacientes continúen tomando medicamentos durante seis meses o más después de que los síntomas hayan mejorado.
Se puede sugerir un tratamiento de mantenimiento a más largo plazo para disminuir el riesgo de futuros episodios en ciertas personas con alto riesgo.
Psicoterapia: La psicoterapia, o «terapia de conversación», a veces se usa sola para el tratamiento de la depresión leve. Para la depresión moderada a severa, la psicoterapia se usa a menudo junto con los medicamentos antidepresivos.
Se ha encontrado que la terapia conductual cognitiva (TCC) es efectiva en el tratamiento de la depresión. TCC es una forma de terapia enfocada en el presente y la resolución de problemas. Ayuda a una persona a reconocer el pensamiento distorsionado y luego cambiar las conductas y el pensamiento.
La psicoterapia puede involucrar solo al individuo, pero puede incluir a otros. Por ejemplo, la terapia familiar o de pareja puede ayudar a abordar los problemas dentro de estas relaciones cercanas.
La terapia grupal involucra a personas con enfermedades similares. Dependiendo de la severidad de la depresión, el tratamiento puede tomar algunas semanas o mucho más. En muchos casos, se puede lograr una mejora significativa en 10 a 15 sesiones.
La terapia electroconvulsiva (TEC) es un tratamiento médico que se usa con más frecuencia para pacientes con depresión mayor grave o trastorno bipolar que no han respondido a otros tratamientos.
Implica una breve estimulación eléctrica del cerebro mientras el paciente está bajo anestesia. Un paciente típicamente recibe TEC dos o tres veces por semana para un total de seis a 12 tratamientos.
Esta terapia se ha utilizado desde la década de 1940, y muchos años de investigación han llevado a mejoras importantes. Por lo general, es administrado por un equipo de profesionales médicos capacitados que incluyen un psiquiatra, un anestesiólogo y una enfermera o asistente médico.
Autoayuda y afrontamiento: Hay una serie de cosas que las personas pueden hacer para ayudar a reducir los síntomas de la depresión. Para muchas personas, el ejercicio regular ayuda a crear sentimientos positivos y mejorar el estado de ánimo.
Dormir lo suficiente de forma regular, comer una dieta saludable y evitar el alcohol (un depresor) también puede ayudar a reducir los síntomas de la depresión.
Existe la cura
La depresión es una enfermedad real y hay ayuda disponible. Con un diagnóstico y tratamiento adecuado, la gran mayoría de las personas con depresión lo superarán.
Si está experimentando síntomas de depresión, un primer paso es ver a su médico de familia o psiquiatra. Hable sobre sus preocupaciones y solicite una evaluación completa. Este es un comienzo para abordar las necesidades de salud mental.