Es un medicamento que se utiliza para el tratamiento de trastornos mentales o anímicos, como es el caso de la esquizofrenia y la fase anímica del trastorno bipolar.
También se usa para trastornos psicóticos y problemas de conducta severos en niños.
El funcionamiento principal de la Clorpromazina es ayudar a aclarar los pensamientos para disminuir la ansiedad y los ataques de nerviosismo que producen las conductas agresivas o dañinas, logrando así mantener una vida cotidiana sana y una buena convivencia con el resto del núcleo donde se desenvuelve el afectado.
Entre las otras funciones se encuentra la disminución de alucinaciones, como por ejemplo, escuchar voces de personas que no existen o ver objetos, personas o cosas que no se encuentran en el lugar de los hechos.
Este fármaco pertenece a una familia de medicamentos llamados antipsicóticos fenotiazina, los cuales se encargan de restaurar el equilibrio de algunas sustancias existentes en el cerebro que son los causantes de los trastornos mentales.
Algunos médicos utilizan la Clorpromazina para controlar la ansiedad previa a una intervención quirúrgica, disminuyendo las nauseas y los vómitos productos de los ataques de pánico, aliviar el hipo prolongado, tratar el tétanos y la inquietud.
Tratamiento con Clorpromazina
Este medicamento debe ser recetado por un médico psiquiatra después de una exhaustiva evaluación al paciente y determinar que tiene o padece de alguna afección o trastorno mental que amerite su uso.
La Clorpromazina no puede tomarse a la ligera porque afecta el desenvolvimiento o la conducta de los pacientes, si el afectado no presenta los síntomas necesarios para poseer un tratamiento con este fármaco, no debe ni puede tomarlo.
La dosificación va a depender de la condición mental, la edad, el peso en el caso de los niños y la respuesta al tratamiento que tenga el afectado.
Generalmente se comienza el tratamiento con dosis bajas, vía oral y después se aumenta la dosis de 2 a 4 veces al día con o sin alimentos, o según lo indique el médico tratante.
El tratamiento con Clorpromazina no debe suspenderse de golpe. Si el paciente ya no necesita utilizar este medicamento para estabilizar su condición mental, se debe eliminar su uso bajando la dosificación gradualmente hasta que ya no se ingiera más.
De lo contrario, se pueden tener resultados adversos, como por ejemplo un desequilibrio peor a la condición que poseía el paciente cuando comenzó el tratamiento.
Efectos secundarios
La Clorpromazina puede ocasionar algunos efectos secundarios en el organismo, como por ejemplo:
- Aturdimiento después de ingerir el medicamento.
- Visión borrosa o dificultad para enfocar los objetos a corta o larga distancia.
- Somnolencia repentina, cansancio corporal o dificultad para conciliar el sueño.
- Mareos, nauseas o vómitos.
- Estreñimiento.
- Aumento de peso.
En algunos casos los pacientes pueden presentar problemas en la musculatura corporal o en el sistema nervioso cuando se encuentran en tratamiento con Clorpromazina, si esto llegase a ocurrir el médico puede recetar otros medicamentos que disminuyan los siguientes síntomas:
- Dificultad para tragar alimentos o bebidas.
- Temblores corporales involuntarios.
- Problemas para caminar, puede ocurrir que los pies se arrastren.
- El rostro tiende a tener una expresión como de máscara.
- Rigidez muscular.
- Calambres en las extremidades del cuerpo.
- Agitación repentina.
- Nerviosismo o sensación de ansiedad.
- Necesidad de estar en movimiento todo el tiempo.
En algunos casos se pueden presentar efectos secundarios nocivos para la salud, por lo que el paciente deberá comunicarse inmediatamente con su médico tratante si posee los siguientes síntomas:
- Inflamación en los pies, tobillos y manos.
- Erupción cutánea en forma de mariposa, justo en la nariz y mejillas.
- Dificultad para orinar.
- Dolor en las articulaciones o músculos.
- Mucha sensibilidad al calor o al frío.
- Dificultad para visualizar bien los objetos.
- Palidez o decoloración de la piel.
Este medicamento puede provocar espasmos musculares en el rostro o discinesia tardía permanente, se recomienda que le paciente debe estar atento si presenta:
- Chasqueo de labios.
- Movimientos incontrolables de los músculos del rostro.
- Empujar la lengua.
- Fruncir la boca involuntariamente.
Es muy raro que este medicamento genere alergias graves, sin embargo, el paciente debe notificarle a su médico si presenta los siguientes síntomas:
- Urticaria o comezón en las extremidades del cuerpo.
- Inflamación o enrojecimiento en el rostro, lengua y garganta.
- Dificultad para respirar.
- Temperatura corporal elevada después de ingerir el medicamento.
- Mareos intensos y prolongados.
Precauciones de la Clorpromazina
La Clorpromazina no puede ser ingerida por personas que se encuentren intoxicadas con bebidas alcohólicas, narcóticos u otras drogas que causen somnolencia o disminuyan la frecuencia respiratoria.
Este medicamento puede afectar el ritmo cardíaco, como por ejemplo la prolongación del intervalo QT, esto podría generar latidos rápidos o irregulares, por lo que se le recomienda al paciente notificárselo a su médico tratante si presenta alguna irregularidad con su corazón.
Almacenamiento
La Clorpromazina debe mantenerse en un lugar alejado de la humedad y el calor, en una temperatura ambiente. No es necesario refrigerar el medicamento.
Es importante que se mantenga lejos del alcance de niños o mascotas, debido a que su uso sin indicaciones médicas puede ser contraproducente para la salud.