Crisis Hipertensiva: Tipos, Causas, Síntomas, Diagnóstico, Tratamiento, Factores de Riesgo y Precauciones

Definición de crisis hipertensiva

Es una alteración de la presión arterial, ésta representa un riesgo grave que puede provocar una gama de lesiones en los órganos blanco.

Una presión arterial que se traduzca en una crisis hipertensiva se refiere a lecturas que estén por encima de 180/120 mmHg y puede causar daños en los vasos sanguíneos.

Cuando la presión arterial se eleva, el corazón presenta dificultades para bombear la sangre de forma eficiente.

Por ello, se debe tratar la crisis hipertensiva de forma inmediata para reducir los riesgos de ocurrencia de los accidentes cerebrovasculares, infartos, así como otros eventos y complicaciones relacionados con el sistema circulatorio.

Tipos

Este evento hipertensivo puede tratarse como una emergencia hipertensiva o como una urgencia hipertensiva, la diferencia radica en la afectación de los órganos blancos.

1. Urgencia Hipertensiva

En la urgencia hipertensiva las lecturas de la presión arterial son superiores a 180/110 mm Hg, pero no se presentan daños orgánicos asociados.

Para su tratamiento solo se requiere de un cambio en el tratamiento vía oral, en caso de no haber presentado los síntomas con anterioridad y carecer de una prescripción médica, se realiza una evaluación para recomendar un tratamiento.

Cuando ocurre una urgencia hipertensiva, se debe recomendar la realización de un monitoreo, se prescribe reposo, control por parte de un especialista de las enfermedades desencadenantes y prescripción de un tratamiento nuevo que permita corregirla en un plazo de 24 a 48 horas.

2. Emergencia hipertensiva

En la emergencia hipertensiva es necesaria la aplicación de tratamientos parentales, en este caso se presentan alteraciones agudas en los órganos blanco como cerebro, corazón y riñón.

Esto requiere de un descenso de la presión arterial de forma inmediata, en un periodo máximo de una hora.

En este tipo de crisis existe un alto riesgo de la ocurrencia de un accidente cerebro vascular, infarto al miocardio, pérdida de la conciencia y hasta pérdida de la memoria, pérdida de la función renal, angina de pecho, edema pulmonar, daño a los ojos y eclampsia.

Causas

Las causas más comunes de la aparición de una crisis hipertensiva, es no tomar las dosis correspondientes del tratamiento prescrito para la presión arterial, derrames cerebrales, ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, ruptura de la aorta, interacciones medicamentosas y eclampsia.

Otras causas que pueden provocar una crisis hipertensiva son: la hipertensión pre y post operatoria de pacientes trasplantados, una insuficiencia renal o cardíaca, el abuso en el uso de la cocaína, una tiroides hipoactiva o hiperactiva, hipertensión causada por el embarazo como preeclampsia y eclampsia, abuso de alcohol, quemaduras, lesiones en la cabeza, cirugía o trauma, la combinación de ciertos medicamentos, entre otros.

Síntomas

Los síntomas van a depender del grado de afectación por ello los síntomas de una urgencia hipertensiva incluyen: dificultad para respirar, ansiedad severa, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, mareos o debilidad.

Los síntomas graves de una emergencia hipertensiva que pueden poner en riesgo la vida son dolor de pecho severo, hemorragia o sangramiento por oídos y/o nariz, dolor de cabeza severo acompañado de confusión, cambios de comportamiento como somnolencia y olvido, dolor intenso de cabeza que puede estar acompañado de visión borrosa, náuseas y vómitos, ansiedad severa, dificultad para respirar, convulsiones y falta de respuesta.

Diagnóstico

El objetivo del diagnóstico de la crisis hipertensiva es identificar las causas y valorar el posible el daño.

Se debe realizar un diagnóstico de los antecedentes como la presencia de otras afecciones: presión arterial alta, enfermedad cardíaca o diabetes.

Debe realizarse una revisión de los medicamentos utilizados con o sin prescripción médica, incluyendo medicinas naturales, o suplementos dietéticos.

Se realizará un examen médico exhaustivo que comprende medición de la presión arterial, auscultación cardiopulmonar y datos del pulso periférico, exploración abdominal y pruebas para evaluar las funciones de órganos blanco, como cerebro, corazón y riñón.

Las pruebas de diagnóstico utilizadas normalmente para evaluar crisis hipertensivas incluyen:

  • Monitoreo de la presión sanguínea.
  • Exámenes de laboratorio para determinar el funcionamiento correcto del hígado, páncreas y riñones.
  • Examen de la vista como fondo de ojo y revisión de hinchazón y sangrado.
  • Pruebas de fuerza, equilibrio, reflejos y memoria.
  • EKG, radiografía de tórax que pueden mostrar signos de insuficiencia cardíaca o líquido alrededor del corazón y los pulmones.
  • Tomografía computarizada, las imágenes pueden mostrar signos de un derrame cerebral.
  • Exámenes del riñón, ultrasonido, urografía, gammagrafía, para buscar evidencia de problemas renales.

Tratamiento

La crisis hipertensiva se trata frecuentemente con reposo y la aplicación de diuréticos y medicamentos para la presión arterial, estos ayudan a controlar las enzimas que inhiben la producción de sustancias vasoconstrictoras endógenas y a reducir el exceso de líquido que se acumula en los vasos sanguíneos, lo cual disminuye su presión arterial al reducir la presión en sus arterias.

Se debe realizar en los casos de emergencia hipertensiva, un monitoreo de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca, administrar por vía venosa periférica con suero glucosado al 5% a 7 gotas/min, si no existen padecimientos de diabetes, se debe valorar periódicamente el nivel de conciencia y las constantes neurológicas, colocar un sondaje vesical para medición horaria de diuresis.

Medicamentos recomendados:

  1. Suministro de fármacos por vía sublingual, actualmente es usual la utilización de nifedipino o captopril.
  2. Administración por vía intravenosa de un diurético, el usado regularmente es la furosemida.
  3. En caso de no logar los efectos deseados se utiliza labetalol o urapidil por vía oral, con monitoreo constante, aconsejándose que dicho fármaco se aplique en una sala de observación. También se puede utilizar enalapril de 0,5 a 2 mg aplicados cada 30 minutos.
  4. Y otros medicamentos específicos cuando la hipertensión arterial esté provocada por otras patologías.

Para prevenir la ocurrencia de otra crisis hipertensiva, es importante que se prescriban tratamientos para otras condiciones de salud que generan estas crisis, como diabetes o enfermedades cardíacas entre otras.

Factores de riesgo y precauciones

Cuando se padece de presión arterial, o alguna enfermedad que desencadene en alteraciones de los niveles de presión arterial, existe el riesgo de sufrir una crisis hipertensiva y como consecuencia un accidente cerebro vascular, un ataque al corazón o un daño renal.

Por lo que debe controlar ciertos factores de riesgo como:

  • La falta de tomar el medicamento para la presión arterial según las indicaciones de su médico o la aparición asintomática de la enfermedad.
  • Aparición de problemas leves de hipertensión causada por el embarazo (preeclampsia, eclampsia), no controlados
  • Padecimiento de enfermedades de la tiroides, enfermedades renales o suprarrenales, enfermedades cardíacas o un accidente cerebro vascular.
  • Uso de cocaína o cualquier anfetamina.
  • Uso abusivo de cigarrillos o alcohol.

Dentro de las precauciones que se deben tomar para evitar una crisis hipertensiva tenemos:

  • Se debe revisar periódicamente o ante la aparición de síntomas otras condiciones de salud como enfermedad de la tiroides, problemas suprarrenales o diabetes. Estas condiciones pueden causar o empeorar una crisis hipertensiva.
  • Monitoreo constante de la presión arterial, manteniendo un registro de las lecturas de presión arterial.
  • Ingesta de una variedad de alimentos saludables, como verduras, frutas, productos lácteos bajos en grasa, frijoles, carnes magras, panes integrales y pescado, limitar la cantidad de sodio y grasa que se ingieren. También es posible que se necesite de la ingestión de alimentos con alto contenido de potasio.
  • Mantenimiento de un peso saludable, con la ayuda de dietas recomendadas por su médico tratante y realizar ejercicios regularmente.
  • Limitar el consumo de alcohol.
  • No fumar.

Consecuencias

Las consecuencias de una crisis hipertensiva no controlada pueden ser:

  • Enfermedades del corazón: Una crisis hipertensiva provoca un esfuerzo continuado en los músculos del corazón para mantener el bombeo de sangre, lo que puede provocar angina de pecho, un aumento en el tamaño del corazón y hasta un infarto.
  • Accidentes cardiovasculares: Producto de los estrechamientos de las arterias, provocada por la crisis hipertensiva, esta condición puede provocar trombosis o hemorragias en zonas cercanas a donde ocurre la lesión.
  • Daños en la visión: Los niveles elevados de la presión arterial, puede afectar a los ojos, produciendo renopatía, la cual es responsable de la ruptura de pequeñas arterias en los ojos, que en algunos casos puede provocar la pérdida total de la visión.
  • Daños en los riñones: Debido a estos altos niveles de presión arterial, se puede producir la paralización de sus funciones del riñón y provocando en algunos casos hasta la pérdida de estas.
  • Daños en los pulmones: pueden producirse edemas por la ruptura de los capilares presentes en los pulmones, que provocan la entrada de líquido a los pulmones.
  • Daños al cerebro: La delicada red circulatoria del cerebro puede sufrir rupturas, pudiendo ocasionarse un daño cerebral parcial o total, que se traduce en la pérdida de las funciones motoras y en algunos casos en la muerte cerebral y por ende una vida vegetativa.

Ante las posibles consecuencias que pudiera producir una crisis hipertensiva y en vista que en la mayoría de los casos se trata de una enfermedad silente, que no produce síntomas, se hace necesario el control médico periódico para realizar un diagnóstico de su existencia a tiempo y lograr la prevención temprana de la enfermedad y su control efectivo.