También conocida como «trastorno de pánico», es un tipo de ansiedad.
Es una experiencia muy repentina y aterradora que puede sentirse como si presentara un ataque al corazón o perdiera el control.
Muchos adultos experimentan sólo una o dos crisis en toda su vida, pero otros tienen crisis recurrentes, que pueden ser síntomas de una condición subyacente llamada: trastorno de pánico.
La crisis de pánico son apariciones repentinas de intenso miedo sin razón aparente, acompañadas de cambios físicos muy reales, como un ritmo cardíaco rápido y palpitaciones, sudoración y respiración rápida.
Se pueden tomar medidas para detener una crisis de pánico.
Síntomas de una crisis de pánico
Durante una crisis de pánico, su cuerpo entra en una respuesta de lucha o huida natural, al igual que si estuviera en una situación verdaderamente aterradora y peligrosa.
Los síntomas que comúnmente se experimentan incluyen:
- Dolor en el pecho o malestar.
- Mareo o desmayo.
- El miedo a la muerte.
- El miedo a perder el control o muerte inminente.
- Sensación de ahogo.
- Sensación de desprendimiento.
- Sensación de irrealidad.
- Náuseas o malestar estomacal.
- Entumecimiento u hormigueo en las manos, pies o rostro.
- Palpitaciones, ritmo cardíaco rápido, o del corazón palpitante.
- Sudoración, escalofríos o sofocos.
- Temblores o sacudidas.
¿Qué causa una crisis de pánico?
Según la Asociación Americana de Psicología, las causas exactas de la crisis de pánico o ansiedad siguen sin estar claras. Por otro lado, algunos estudios apuntan a orígenes genéticos y bioquímicos.
Las crisis también se asocian a menudo con fobias, abuso de sustancias, depresión y riesgo de suicidio.
Efectos a corto y largo plazo de las crisis de pánico
Un episodio típico de ansiedad relacionada con el pánico solo dura hasta 10 minutos. Durante el inicio, el individuo sufre los efectos físicos y emocionales a corto plazo mencionados en las secciones anteriores. Dolores de cabeza, malestar y mareos también son comunes.
Cuando la ansiedad relacionada con el pánico se convierte en un problema crónico, la persona comienza a experimentar efectos perjudiciales a largo plazo.
Por ejemplo, la combinación de tensión, falta de sueño y miedo disminuye la eficacia del sistema inmunológico, cuyo resultado es la mayor probabilidad de contraer una infección.
El aumento de la presión arterial tiene repercusiones negativas para el corazón y los riñones. También es posible que pronto sufras de depresión y dificultad para comer.
¿Hay alguna prueba o autoevaluación que pueda hacer?
Mientras los médicos hacen uso de historiales médicos y exámenes físicos como parte de su evaluación para diagnosticar el trastorno de pánico, también puede administrar una autoevaluación para tal condición.
Estas pruebas generalmente requieren una lista de los síntomas que sintió, tomando nota de las consecuencias que se sintieron después del ataque de pánico y mencionando la frecuencia con la que se sintió deprimido, culpable y más.
A pesar de que estas pruebas se pueden hacer personalmente, los resultados deben enviarse a un profesional de la salud confiable para una evaluación precisa.
Tratamientos y métodos para controlar la crisis de pánico
Controle su respiración
La mayoría de las crisis de pánico causan respiración rápida y superficial que alimenta el ataque.
Mediante el control de la respiración, puede ayudar a volver a su ritmo cardíaco a la normalidad, bajar la presión arterial, disminuir la sudoración y restablecer una sensación de control.
Un método para reducir su respiración es tomar una respiración profunda y mantenerla durante todo el tiempo que pueda.
Esto equilibra los niveles de oxígeno y dióxido de carbono y reduce la sensación de que no se puede respirar.
Después de aguantar la respiración, a continuación, iniciar la respiración profunda, diafragmática. Inhale lenta y profundamente, luego exhale lentamente.
Tome los medicamentos recetados
Una de las formas más efectivas para detener una crisis de pánico es tomar fármacos orales clasificados como medicamentos contra la ansiedad, por lo general; las benzodiazepinas, nunca se automedique, siempre consulta a un médico.
Los medicamentos comunes utilizados para tratar las crisis de pánico que se clasifican como benzodiazepinas incluyen: alprazolam, lorazepam y diazepam.
Estos agentes tienen un inicio bastante rápido y puede ayudar a aliviar los síntomas en 10 a 30 minutos.
Otros agentes prescritos que se encuentran en el grupo de las benzodiazepinas empiezan a trabajar un poco más lento, pero permanecen en el torrente sanguíneo más tiempo.
Ejemplos de estos agentes incluyen clonazepam, clordiazepóxido, y oxazepam.
Estos agentes se prescriben a menudo en dosis bajas para tomar regularmente hasta que las crisis de pánico se vuelvan más manejables, mediante el uso de otros tipos de medicamentos, como los inhibidores selectivos de la serotonina o la terapia cognitiva conductual.
Continuar su actividad diaria
Tanto como sea posible, continuar normalmente con su actividad actual y la rutina diaria para evitar el pánico.
Usted debe seguir hablando, moverse y mantener sus pensamientos centrados. Al hacerlo, usted está enviando mensajes a su cerebro, y su pánico, que no hay peligro, no hay ninguna alarma, y no hay razón para estar en un estado de lucha o de vuelo.