Es una ruptura de los vasos sanguíneos conjuntivales o de los capilares y que se caracteriza por la aparición de sangre bajo la conjuntiva ocular.
La sangre no atraviesa la parte del limbo corneal, sino que se aloja en la zona anterior del ojo, se queda entre la conjuntiva bulbar y la esclerótica.
La conjuntiva en el globo ocular, es la capa protectora más externa. Esta es una membrana húmeda, delgada y transparente que cubre el interior de los párpados y la esclerótica del ojo.
En la conjuntiva se encuentran en gran cantidad de vasos sanguíneos menudos y nervios. Estos pequeños vasos sanguíneos se comportan frágilmente y las paredes suelen romperse muy fácil y es lo que provoca la hemorragia interna de la conjuntiva denominada como derrame ocular o subconjuntival.
Esta afección se manifiesta como una mancha roja. Si la derrame ocular es causada por el rompimiento de vasos sanguíneos, esta es una afección inofensiva y que tiende a desaparecer en un lapso de una a dos semanas.
La hemorragia subconjuntival puede ser el resultado de un gran esfuerzo que provoca el rompimiento de los vasos sanguíneos en la conjuntiva.
Causas del derrame ocular
Las hemorragias subconjuntivales u oculares en su mayoría son espontáneas y no tienen una causa específica para que ocurra la lesión de los vasos sanguíneos conjuntivales.
Sin embargo, existen unas condiciones previas que pueden provocar la aparición de una hemorragia subconjuntival espontánea y estas pueden ser las siguientes:
- Fuertes o excesivos estornudos.
- Tos que requieran un gran esfuerzo.
- Lesiones en el ojo por frotarlo con fuerza.
- Esfuerzo cuando se vomita.
- Levantamiento de objetos pesados.
- Esfuerzo durante la evacuación producto del estreñimiento.
- Lesiones o traumas.
- Elevada presión sanguínea.
- Los tratamientos con fármacos que pueden causar hemorragia o inhibir la coagulación sanguínea normal (aspirina y warfarina).
- Deficiencia de vitamina C.
- Cirugía.
- Fatiga visual.
- Trastornos hemorrágicos.
- Infecciones asociadas con fiebre, como influenza y malaria.
- Ciertas enfermedades, incluida la diabetes y el lupus eritematoso sistémico.
- Parásitos.
Una hemorragia no espontánea puede ocurrir como el resultado de una infección grave en el ojo, trauma o lesión en la cabeza y a veces después de haberse practicado una cirugía ocular o de los párpados.
Síntomas del derrame ocular
La hemorragia subconjuntival por lo general no presenta más complicaciones que las estéticas, pero en ocasiones se puede experimentar algún tipo de sintomatología.
Puede presentarse un enrojecimiento en el ojo, este síntoma puede ser un síntoma peligroso si se debe a otras condiciones oculares graves, por lo que debe realizarse un diagnóstico diferencial y prescribir tratamiento.
Diagnóstico
No hay pruebas especiales o procedimientos de diagnóstico para detectar la condición de hemorragia subconjuntival. Su oftalmólogo generalmente sabrá sobre la condición al hacerse un examen físico del ojo.
El paciente también puede preguntarse sobre su salud general y sus síntomas, tomarse la presión arterial, realizar un examen ocular y realizarse un análisis de sangre de rutina.
Esto último para asegurarse de que no padece ningún trastorno hemorrágico potencialmente grave. Por lo general, cuando ocurre una derrame ocular, solo basta con un examen rutinario de un oftalmólogo.
Se examinará y se controlará la presión arterial del ojo. En algunos casos, es probable que se realicen exámenes de laboratorio para detectar cualquier trastorno hemorrágico.
Este tipo de exámenes se realizan cuando la derrame ocular ha sido muy frecuente o si ha presentado otros hematomas o hemorragias.
Tratamiento del derrame ocular
En la mayoría de los casos una hemorragia subconjuntival no representa una afección grave y puede que no requiera de ningún tipo de tratamientos.
El derrame ocular puede generar leves molestias como la sensación de la presencia de un cuerpo extraño en el ojo, que pueden ser controlados con lagrimas artificiales, para realizar la limpieza y el saneamiento de la superficie externa de los ojos.
Las dosis de las lágrimas artificiales es la aplicación de unas gotas de 4 a 6 veces en un día.
Se debe tener en cuenta que ante la aparición de un síntoma anormal o sospechoso se debe acudir al especialista para descartar cualquier otra anomalía de mayor riesgo.
Prevención
Generalmente, no hay manera de prevenir un derrame ocular, ya que en la mayoría de los casos no existen causas evidentes.
Sin embargo, se debe ser sumamente cauteloso si se conoce que se posee una causa que provoque estas hemorragias.
Como por ejemplo el uso de anticoagulantes o el conocimiento de que se padece de un trastorno hemorrágico que pudiera provocar un derrame ocular.