La obstrucción intestinal aguda ocurre cuando hay una interrupción en el flujo hacia adelante del contenido intestinal.
Esta interrupción puede ocurrir en cualquier punto a lo largo del tracto gastrointestinal, y los síntomas clínicos a menudo varían según el nivel de obstrucción.
Se ha dicho que Íleo es cuando el intestino deja de funcionar correctamente, no pasa la comida lo que deja una obstrucción intestinal.
La obstrucción intestinal es causada más comúnmente por adherencias intraabdominales, malignidad o hernia intestinal.
La presentación clínica generalmente incluye náuseas y vómitos, dolor abdominal tipo cólico y falta de aprobación de flatos o deposiciones. Los hallazgos clásicos del examen físico de distensión abdominal, timpanismo a la percusión y sonidos intestinales agudos sugieren el diagnóstico.
Las imágenes radiológicas pueden confirmar el diagnóstico y también pueden servir como investigaciones adyuvantes útiles cuando el diagnóstico es menos cierto.
Aunque la radiografía es a menudo el estudio inicial, se recomienda la tomografía computarizada sin contraste si el índice de sospecha es alto o si la sospecha persiste a pesar de la radiografía negativa.
El tratamiento de las obstrucciones no complicadas incluye reanimación con líquidos con corrección de trastornos metabólicos, descompresión intestinal y reposo intestinal. La evidencia de compromiso vascular o perforación, o la falta de resolución con descompresión intestinal adecuada es una indicación para la intervención quirúrgica.
La obstrucción intestinal representa aproximadamente el 15 por ciento de todas las visitas al servicio de urgencias por dolor abdominal agudo Las complicaciones de la obstrucción intestinal incluyen isquemia intestinal y perforación.
La morbilidad y la mortalidad asociadas con la obstrucción intestinal han disminuido desde el advenimiento de pruebas de diagnóstico más sofisticadas, pero la condición sigue siendo un diagnóstico quirúrgico desafiante.
Los médicos que están tratando pacientes con obstrucción intestinal deben sopesar los riesgos de la cirugía con las consecuencias de un manejo conservador inadecuado.
Causas y factores de riesgo
Las causas más comunes de obstrucción intestinal incluyen adherencias, neoplasmas y hernia. Las adherencias resultantes de una cirugía abdominal previa son la causa predominante de obstrucción del intestino delgado, representando aproximadamente el 60 por ciento de los casos.
Las cirugías abdominales inferiores, que incluyen apendicectomías, cirugía colorrectal, procedimientos ginecológicos y reparación de hernias, confieren un mayor riesgo de obstrucción adhesiva del intestino delgado.
Las causas menos comunes de obstrucción incluyen intususcepción intestinal, vólvulo, abscesos intraabdominales, cálculos biliares y cuerpos extraños.
Causas de obstrucción intestinal
- Enfermedad adhesiva (60 por ciento).
- Neoplasma (20 por ciento).
- Hernia (10 por ciento).
- Enfermedad inflamatoria intestinal (5 por ciento).
- Intususcepción (5 por ciento).
- Vólvulo (5 por ciento).
- Otro (5 por ciento).
¿Cuáles son los síntomas de la obstrucción intestinal ?
Los síntomas más comunes son:
- No poder pasar el gas.
- No poder tener una evacuación intestinal.
- Náusea.
- Vomito.
- Hinchazón e hinchazón abdominal.
- Dolor abdominal.
Tratamiento del Íleo
El tratamiento de la obstrucción intestinal se dirige a corregir los trastornos fisiológicos causados por la obstrucción, el reposo intestinal y la eliminación de la fuente de obstrucción. El primero se aborda mediante la reanimación con líquidos por vía intravenosa con fluido isotónico.
El uso de un catéter de vejiga para controlar de cerca la producción de orina es el requisito mínimo para medir la idoneidad de la resucitación; se pueden utilizar otras medidas invasivas, como la canalización arterial o la monitorización de la presión venosa central, según lo justifique la situación clínica.
Los antibióticos se usan para tratar el sobrecrecimiento intestinal de bacterias y la translocación a través de la pared del intestino.La presencia de fiebre y leucocitosis debe impulsar la inclusión de antibióticos en el régimen de tratamiento inicial.
Los antibióticos deben tener cobertura contra organismos gramnegativos y anaerobios, y la elección de un agente específico debe determinarse por la susceptibilidad y disponibilidad local. Se recomienda el reemplazo agresivo de electrolitos después de confirmar la función renal adecuada.
La decisión de realizar una cirugía para la obstrucción intestinal puede ser difícil. La peritonitis, la inestabilidad clínica o la leucocitosis o acidosis inexplicables son preocupantes para la sepsis abdominal, la isquemia intestinal o la perforación; estos hallazgos obligan a la exploración quirúrgica inmediata.
Los pacientes con una obstrucción que se resuelve después de la reducción de una hernia deben programarse para la reparación electiva de la hernia, mientras que se requiere cirugía inmediata en pacientes con una hernia irreductible o estrangulada.
Los pacientes estables con antecedentes de malignidad abdominal o alta sospecha de malignidad deben evaluarse a fondo para una planificación quirúrgica óptima. La neoplasia maligna abdominal se puede tratar con resección primaria y reconstrucción o derivación paliativa, o colocación de tubos de ventilación y alimentación.
El tratamiento de pacientes estables con obstrucción intestinal y antecedentes de cirugía abdominal presenta un desafío. El tratamiento conservador de una obstrucción de alto grado debe intentarse inicialmente, utilizando intubación intestinal y descompresión, rehidratación intravenosa agresiva y antibióticos.
La inclusión de hidróxido de magnesio oral, simeticona y probióticos disminuyó la duración de la hospitalización en un ensayo aleatorizado controlado de 144 pacientes con obstrucción parcial del intestino delgado (número necesario para tratar = 7).
Debe tener precaución cuando la evidencia clínica y radiológica sugiera obstrucción, porque el uso de la estimulación intestinal puede exacerbar la obstrucción y precipitar la isquemia intestinal.