Es una rama muy importante de las ciencias médicas y biológicas porque estudia del sistema inmune.
El sistema inmune nos protege de la infecciones a través de varias líneas de defensa. Si no está funcionando como debería, puede provocar enfermedades, como la autoinmunidad, las alergias y el cáncer.
Nuevas investigaciones sustentan que las respuestas inmunitarias contribuyen al desarrollo de muchos trastornos comunes que antiguamente no se consideran inmunológicos, incluidos los trastornos metabólicos, cardiovasculares y neurodegenerativos, como el Alzheimer.
Importancia de la inmunología
La inmunología ha cambiado la cara de la medicina moderna. La investigación inmunológica continúa extendiendo horizontes en nuestra comprensión de cómo tratar problemas de salud importantes, enfermedades autoinmunes y vacunas para patógenos emergentes, como el Ébola.
También ha facilitado el descubrimiento de nuevos diagnósticos y tratamientos para manejar una amplia variedad de enfermedades.
Además junto con el avance de la tecnología, la investigación inmunológica ha proporcionado técnicas y herramientas de investigación de importancia crítica, como la citometría de flujo y la tecnología de anticuerpos.
¿Qué es el sistema inmune?
Es un complejo sistema de estructuras y procesos que ha evolucionado para protegernos de las enfermedades. Los componentes moleculares y celulares componen el sistema inmune.
La función de estos componentes se divide en mecanismos no específicos, aquellos que son innatos para un organismo y respuestas receptivas, que son adaptativos a patógenos específicos.
La inmunología fundamental o clásica implica el estudio de los componentes que componen el sistema inmune innato y adaptativo.
La primera línea de defensa es la inmunidad innata. Es decir, las respuestas son las mismas para todos los patógenos potenciales, sin importar qué tan diferentes sean.
La inmunidad innata incluye barreras físicas (por ejemplo, piel, saliva, etc.) y células (por ejemplo, macrófagos, neutrófilos, basófilos, mastocitos, etc.).
Estos componentes protegen a un organismo durante los primeros días de la infección. En algunos casos, esto es suficiente para limpiar el patógeno, pero en otros casos la primera defensa se abruma y se activa una segunda línea de defensa.
La inmunidad adaptativa es la segunda línea de defensa que implica acumular la memoria de las infecciones encontradas para poder montar una respuesta mejorada específica para el patógeno o sustancia extraña.
Esta inmunidad implica anticuerpos, que generalmente se dirigen a patógenos extraños que deambulan libres en el torrente sanguíneo.
También están involucradas las células T, que están dirigidas especialmente hacia los patógenos que tienen células colonizadas y pueden matar directamente a las células infectadas o ayudar a controlar la respuesta de anticuerpos.
Disfunción inmunológica e inmunología clínica
El sistema inmune es un sistema altamente regulado y equilibrado, y cuando se altera el equilibrio, la enfermedad puede resultar.
La investigación en esta área implica estudiar la enfermedad que es causada por la disfunción del sistema inmune.
Gran parte de este trabajo tiene importancia en el desarrollo de nuevas terapias y tratamientos que pueden manejar o curar la enfermedad alterando la forma en que funciona el sistema inmune o, en el caso de las vacunas, preparándolo para atacar patógenos específicos.
Los trastornos de inmunodeficiencia implican problemas con el sistema inmunitario que perjudican su capacidad para montar una defensa adecuada.
Como resultado, estos casi siempre se asocian con infecciones graves que persisten, reaparecen y / o conducen a complicaciones, haciendo que estos trastornos se vuelvan severamente debilitantes e incluso fatales.
Existen dos tipos de trastornos de la inmunodeficiencia:
- Las primarias: generalmente están presentes desde el nacimiento, generalmente son hereditarias y son relativamente raras. Tal ejemplo es la inmunodeficiencia común variable (CVID).
- Las secundarias: generalmente se desarrollan más tarde en la vida y pueden ser el resultado de una infección, como es el caso del SIDA después de la infección por el VIH.
Las enfermedades autoinmunes ocurren cuando el sistema inmune ataca el cuerpo que debe proteger.
Las personas que padecen enfermedades autoinmunes tienen un defecto que les impide distinguir las moléculas «propias» de las moléculas «no propias» o «extrañas».
Los principios de la inmunología han proporcionado una amplia variedad de pruebas de laboratorio para la detección de enfermedades autoinmunes.
¿Las alergias son enfermedades autoinmunes?
Las alergias son trastornos de hipersensibilidad que ocurren cuando el sistema inmunológico del cuerpo reacciona contra sustancias extrañas inofensivas, lo que daña los tejidos del cuerpo.
Casi cualquier sustancia puede causar alergias, pero lo más común es que surjan alergias después de comer ciertos tipos de alimentos, como los cacahuetes, o de la inhalación de sustancias suspendidas en el aire, como el polen o el polvo.
En reacciones alérgicas, el cuerpo cree que los alérgenos son peligrosos y de inmediato produce sustancias para atacarlos.
Esto hace que las células del sistema inmune liberen sustancias químicas potentes como la histamina, que causa inflamación y muchos de los síntomas asociados con las alergias.
La inmunología se esfuerza por comprender qué le sucede al cuerpo durante una respuesta alérgica y los factores responsables de causarlos. Esto debería conducir a mejores métodos de diagnóstico, prevención y control de enfermedades alérgicas.
¿El asma pertenece a las enfermedades autoinmunes?
El asma es una enfermedad debilitante y algunas veces fatal de las vías respiratorias. En general, ocurre cuando el sistema inmune responde a las partículas inhaladas del aire y puede conducir a un engrosamiento de las vías respiratorias en los pacientes a lo largo del tiempo.
Es una causa importante de enfermedad y es particularmente frecuente en niños. En algunos casos tiene un componente alérgico, sin embargo, en varios casos, el origen es más complejo y poco conocido.
¿Cómo ataca el sistema inmune las células cancerígenas?
El cáncer es una enfermedad de crecimiento y proliferación celular anormal e incontrolable y se define por un conjunto de características, una de las cuales es la capacidad de las células cancerosas para evitar la destrucción inmune.
Con el conocimiento de que la evasión del sistema inmune puede contribuir al cáncer, los investigadores han recurrido a su manipulación para vencer el cáncer (inmunoterapia).
La inmunoterapia contra el cáncer busca estimular los poderes innatos del sistema inmune para combatir el tejido canceroso y ha demostrado una promesa extraordinaria como una nueva arma en nuestro arsenal contra esta enfermedad.
Otras aplicaciones del conocimiento inmunológico contra el cáncer incluyen el uso de anticuerpos monoclonales.
Un ejemplo es Herceptin, que es un anticuerpo monoclonal usado para tratar el cáncer de mama y estómago.
¿Cuáles son las complicaciones que genera el sistema inmune en los trasplantes de órganos?
Los trasplantes implican la transferencia de células, tejidos u órganos de un donante a un receptor.
La barrera más formidable para los trasplantes es el reconocimiento del sistema inmune de los órganos trasplantados como extraños.
Comprender los mecanismos y las características clínicas del rechazo es importante para determinar un diagnóstico.
Debido a que si no se disminuyen los riesgos de un rechazo, el sistema inmune atacará el órgano trasplantado, lo que significará complicaciones futuras que pueden generar una nueva operación o incluso la muerte del paciente.
Para evitar resultados fatalistas, los fármacos desarrollados para que el organismo acepte los órganos trasplantados son fundamentales en este tipo de operaciones tan delicadas e invasivas.
¿Qué efecto tienen las vacunas en el sistema inmunológico?
Las vacunas son agentes que enseñan al cuerpo a reconocer y defenderse contra las infecciones causadas por patógenos nocivos, como bacterias, virus y parásitos.
Las vacunas brindan un adelanto de un patógeno específico, que estimula el sistema inmunitario del cuerpo para que se prepare en caso de que ocurra una infección.
Las vacunas contienen un elemento inofensivo del agente infeccioso que estimula el sistema inmune para montar una respuesta, comenzando con la producción de anticuerpos.
Las células que responden a la vacuna proliferan tanto para fabricar anticuerpos específicos como para el agente provocador y también para formar «células de memoria».
Al encontrar al agente infeccioso por segunda vez, estas células de memoria son capaces de lidiar rápidamente con la amenaza produciendo cantidades suficientes de anticuerpos. Los patógenos en el interior del cuerpo finalmente se destruyen, lo que frustra la infección.
Varias enfermedades infecciosas como la viruela, el sarampión, las paperas, la rubéola, la difteria, el tétanos, la tos ferina, la tuberculosis y la polio ya no son una amenaza en Europa debido a la aplicación exitosa de vacunas.