Esta afección puede ser degenerativa o traumática, todo depende de la edad del afectado, el cuidado corporal y el deterioro físico en líneas generales.
Es toda lesión que puedan padecer los meniscos de las rodillas, ya sea por realizar actividades deportivas, accidentes imprevistos, enfermedades adquiridas con el tiempo, obesidad por un período prolongado e incluso la edad avanzada que deteriora todo el organismo humano.
Causas
Las Meniscopatías degenerativas se relacionan con lesiones previas mal sanadas como el caso de la rotura de los ligamentos, como también las lesiones en la meseta tibial. El porcentaje de hombres con este padecimiento se encuentran entre los 40 y 70 años de edad.
En cambio las Meniscopatías traumáticas se producen por algunas prácticas deportivas que desgastan o lesionan los meniscos. La mayoría de los casos de esta afección son hombres entre los 21 hasta los 30 años de edad.
Características de las lesiones de una Meniscopatía
Meniscopatía Traumática:
Este tipo de lesiones se pueden dividir en dos tipos, la directa y la indirecta:
Traumatismo directo:
Puede producirse de la siguiente manera:
- Hiperflexión forzada: ocurre cuando un individuo se coloca de cuclillas y luego se reincorpora de forma abrupta hasta una posición erguida, esto genera que el menisco quede atrapado entre las base tibial, dando como resultado una Meniscopatía.
- Hiperextensión de la rodilla: un ejemplo palpable de este acontecimiento es cuando los jugadores de fútbol no patean al balón sino al vacío, haciendo con ello un movimiento forzado y brusco, lastimando el menisco, lo que puede ser propenso a padecer de una Meniscopatía.
Traumatismo indirecto:
Las lesiones indirectas pueden presentarse cuando una de las dos rodillas rota repentinamente o en semiflexión con el pie apoyado al suelo, y de la nada recibe un golpe en el exterior o en el interior de la rodilla y si decide girar para incorporarse se crea una presión extenuante en el menisco, lo que ocasiona su rotura.
Este tipo de movimientos no siempre generan una lesión, existe una variedad de factores que no permiten el desarrollo de este acontecimiento, como por ejemplo, una musculatura apropiada, el peso de la persona, su elasticidad y una rutina de ejercicios saludable.
Meniscopatía degenerativa:
Este hecho ocurre cuando la rodilla a presentado lesiones previas y con el tiempo se ha desgastado, incluyendo los meniscos, lo que debilita esta parte del cuerpo y tarde o temprano se genera una Meniscopatía.
La degeneración si bien en un mayor porcentaje ocurre por la edad avanzada, también es consecuencia de factores hereditarios que deterioran el organismo, los huesos e incluso los meniscos, dando como resultado una Meniscopatía.
Síntomas
Entre los síntomas más frecuentes ante una Meniscopatía se encuentran:
- Dolor en el área de la rodilla que puede ser muy intenso si la lesión es grave.
- Incapacidad para doblar la rodilla después del traumatismo.
- Derrame articular en la zona afectada.
- Debilidad en la pierna al intentar apoyar el pie en el piso.
- Molestia o dolor en la rodilla al sentarse, girar o doblar.
Diagnóstico de una Meniscopatía
El médico especialista en traumatología realizará una serie de exámenes al paciente para evaluar el grado de afección y las medidas a tomar para solventar la Meniscopatía.
Al principio tocará el área afectada y realizará una prueba física, después se someterá al paciente a una resonancia magnética o incluso si el caso necesita una artroscopia diagnóstica.
Tratamiento
Al determinar el tipo de rotura en el menisco lesionado, se puede tratar con una intervención quirúrgica si es muy grave, la cual se puede realizar bajo dos modalidades, la artroscopia o la cirugía abierta.
Siempre se recomienda el procedimiento de la artroscopia pues es menos invasiva, deja una cicatriz casi imperceptible y el tiempo de la intervención es menor pues se realiza de forma ambulatoria.
Uno de los beneficios de este tipo de operación es que el tiempo de recuperación es mínimo en comparación a una cirugía abierta, que se realiza de forma invasiva, es más riesgosa y la recuperación es lenta y dolorosa.
El otro tipo de tratamiento después del diagnóstico de una Meniscopatía es el denominado “observador” y se recomienda cuando se trata de una lesión parameniscal, el cual solo afecta la parte periférica del menisco, por lo que puede llegar a curarse o regenerarse solo.