Este termino se aplica a cualquier daño causado a los vasos sanguíneos de la retina, la cual está ubicada en el fondo del ojo.
La exploración de este órgano le permite a un médico especialista examinar una muestra de los vasos sanguíneos del cuerpo y detectar de igual modo signos tempranos de complicaciones de la diabetes o de la presión arterial alta, pero también de otras afecciones (por ejemplo, enfermedad de células falciformes, anemia, lupus).
Ahora bien, tenga en cuenta que esta enfermedad no solamente se presenta en adultos sino también, la retinopatía puede afectar a los niños nacidos prematuramente.
Su médico puede observar el daño causado a su retina por afecciones como la retinopatía hipertensiva, una complicación causada por la presión arterial alta (hipertensión) y la retinopatía diabética, una complicación que ha sido causada por la diabetes durante varios años.
La hipertensión generalmente no afecta la visión, pero la retinopatía hipertensiva puede causar obstrucción de las arterias o venas de la retina y causar pérdida de la visión. Fumar y la diabetes aumentan el riesgo de retinopatía hipertensiva.
La retinopatía diabética se caracteriza por la descomposición de los vasos sanguíneos en la retina de cada ojo. Es la principal causa de ceguera en América del Norte. Casi todas las personas con diabetes muestran signos de daño a la retina después de vivir con esta afección durante aproximadamente 20 años.
Causas
Esta afección suele ser un signo de otra enfermedad. Aunque muchas afecciones médicas (p. Ej., Enfermedad de células falciformes, lupus) pueden causar retinopatía, con mayor frecuencia son causadas por diabetes o hipertensión (presión arterial alta).
La retinopatía diabética es una complicación de la diabetes. La diabetes se caracteriza por niveles altos de azúcar en la sangre que pueden dañar los vasos sanguíneos.
Los vasos retinianos lesionados pueden filtrar proteínas y ácidos grasos que forman depósitos y eventualmente interfieren con la visión. Los vasos sanguíneos dañados no suministran oxígeno a la retina de manera efectiva y pueden producirse otros daños.
En la forma avanzada, conocida como retinopatía proliferativa, los nuevos vasos sanguíneos se multiplican en abundancia en el ojo. Su fragilidad es a menudo responsable de las roturas que causan sangrado en el ojo. El sangrado puede causar cicatrices en el ojo e interrumpir la visión.
La retinopatía hipertensiva es una complicación de la presión arterial alta y generalmente se desarrolla a lo largo de un período de años. La presión arterial alta daña los vasos sanguíneos, que se engrosan y contraen bajo su influencia.
El suministro de sangre a la retina disminuye y se produce daño. Se puede producir una fuga de sangre en la retina y causar más daño.
Síntomas y complicaciones
Es posible que no se observen absolutamente ningún síntoma durante la etapa temprana de la retinopatía diabética. A medida que la condición progresa, los síntomas incluyen:
- Visión borrosa.
- Fluctuaciones en la visión.
- Puntos ciegos.
- Un cambio en la percepción de los colores.
- Pérdida de visión repentina.
- Doble visión.
- Dolor ocular en casos más avanzados.
Los microaneurismas son los primeros signos de retinopatía diabética que su médico puede detectar. Consiste en dilataciones que consisten en un bolsillo en la pared de los pequeños vasos sanguíneos de la retina.
Aparecen como pequeños puntos rojos en la parte posterior del ojo y cuando a veces reventan, causan sangrado en la retina y visión borrosa.
Una forma más avanzada de retinopatía diabética llamada retinopatía diabética proliferativa puede ocasionar cicatrices que son responsables de una visión deficiente.
En un caso de retinopatía proliferativa, los nuevos vasos sanguíneos se multiplican en la retina y en el cuerpo vítreo (la sustancia pegajosa entre la lente y la retina). Estos vasos sanguíneos pueden hincharse y explotar; el sangrado que sigue daña el ojo.
En algunos casos, la sangre se reabsorbe, pero a menudo la retina se rompe y causa ceguera total.
Al igual que con la retinopatía diabética, es posible que no se perciban síntomas en las primeras etapas de la retinopatía hipertensiva. Sin embargo, a medida que el trastorno progresa, los síntomas incluyen:
- Dolores de cabeza.
- Anormalidades del campo visual.
- Pérdida repentina de visión en uno o ambos ojos.
- Visión doble.
Tratamiento
En el caso de la retinopatía el mejor tratamiento es la prevención. Esta implicaría un cambio de hábito alimenticios enfocándose en la medida de lo posible en la reducción del consumo de alimentos ricos en azúcares para que, en este sentido, la degradación de la potencia visual no se vea mermada de manera radical.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, ya cuando la enfermedad se presenta con importante deterioro de la visión, entonces, la cirugía con láser viene a ser la mejo alternativa.
En dicha operación es necesario la aplicación de gotas anestésicas o también una inyección local. Seguidamente el paciente es colocado frente a un lámpara de hendidura e igualmente se le introduce en el ojo un lente de contacto que direccionará la luz del láser hacia la zona en que se requiere operar.
La operación con láser es altamente recomendada para tratar la retinopatía, pues, por su precisión de milímetros, consigue resultados muy positivos para el paciente.