Es el miedo incontrolable, anormal, persistente e injustificado que tiene un individuo a los gatos.
Son muy comunes las fobias a los animales y muchos individuos tienden a temerle a varios animales.
Para las personas con ailurofobia, su miedo o temor a los gatos puede tener un gran impacto en sus vidas y actividades cotidianas, ya que se encontraran con el estimulante de su fobia dondequiera que vayan, aunque hagan todo lo posible para evitarlo.
Características de la ailurofobia
Otros de los nombres que recibe la ailurofobia es la gatofobia, una palabra de etimología en español y galeofobia.
La ailurofobia es un tipo de fobia a los animales y consiste en un trastorno psicológico en el que sus principales manifestaciones están relacionan con alteraciones de ansiedad.
Las personas que padecen de ailurofobia experimentan sentimientos adversos cuando están expuestos a los gatos.
Por esta razón, es común que los sujetos con este trastorno eviten sistemáticamente el contacto con estos animales.
La ailurofobia es un trastorno levemente incapacitante, pero sufrir esta condición es una reducción significativa en la calidad de vida del individuo. Sin embargo, no todas las personas tienen el mismo gusto por estos animales.
La ailurofobia no es un raro trastorno en la actualidad, aun cuando los gatos son percibidos como animales pacíficos por la sociedad.
Este trastorno está bien definido y sus tratamientos suelen ser muy efectivos para superar la fobia a los gatos.
Puede haber personas que disfrutan la compañía de gatos y personas que le teman.
Causas
Las posibles causas que pueden provocar el miedo a los gatos se incluyen:
- El desencadenante común para causar la ailurofobia en los individuos podría ser observar reacciones de temor por parte de otras personas cuando están en presencia de gatos.
- Es posible que un niño pueda desarrollar esta fobia, comportarse temeroso o cauteloso hacia los gatos, al ver que sus padres o cualquier adulto mayor, incluso cuando observe personajes de dibujos animados en un programa de televisión, que muestren el mismo miedo.
- Se sabe que las mujeres adquieren ailurofobia al ver programas de televisión o películas donde los personajes típicamente femeninos exhiben o muestran miedo al saltar sobre la silla o huir para evitar los gatos.
- Los gatos son por su naturaleza depredadores. Se han asociado muy a menudo con las prácticas de brujería, con actos de maldad por las creencias populares. Incluso es normal que los gatos domesticados puedan gruñir, o inclusive arañar.
- En muchas culturas, como en los antiguos egipcios, donde los gatos se veneraban, se momificaban o eran preservados, son actos que pueden provocar el miedo a los gatos, especialmente en las mentes de algunos individuos que ya están atravesando una crisis o que, por naturaleza, son nerviosas o demasiado ansiosas.
Síntomas de la ailurofobia o el miedo a los gatos
Los síntomas típicos de este trastorno son los físicos. La persona que se ve afectada por esta fobia por lo general, experimentará una serie de alteraciones en todo el funcionamiento del organismo cuando esté expuesto a la presencia de un gato.
Estas alteraciones son producto del incremento de la actividad del sistema nervioso autónomo que genera el miedo fóbico a los gatos y se caracteriza esencialmente por:
- Incremento de la frecuencia cardíaca.
- Aumento en la frecuencia respiratoria.
- Sudoración excesiva.
- Incremento de la tensión muscular.
- Dilatación de las pupilas.
- Boca seca.
- Presencia de náuseas, mareos o vómitos.
- Sensaciones de irrealidad
Los pensamientos que acompañan a la ailurofobia pueden tener modalidades y contenidos diferentes.
Cada persona que padece de este trastorno puede presentar pensamientos diferentes sobre los gatos.
Pero, los síntomas cognitivos que se presentan con la ailurofobia se caracterizan por dos elementos principales:
- Presentan pensamientos irracionales.
- Le atribuyen propiedades de alta peligrosidad a los gatos.
Diagnóstico
Cuando se realiza el diagnóstico de ailurofobia, es necesario que el paciente muestre dos características primordiales.
En primer lugar, tal y como lo indica la definición de la fobia en sí, el individuo debe tener miedo a los gatos.
En segundo lugar, es preciso que este miedo experimentado por el individuo tenga la característica de ser fóbico. Es por ello que, no todos los sentimientos aprensivos a los gatos pueden diagnosticarse como ailurofobia.
Este miedo, ansiedad o evitación normalmente causan malestar o deterioro significativos en las áreas sociales, ocupacionales u otras áreas importantes de desempeño del individuo.
En un intento por evitar los gatos, el individuo intentará hacer todo lo posible para evitar un gato incluso ponerse en riesgo cruzando la calle rápidamente, evitara espectáculos documentales sobre naturaleza y los animales o ver canales de televisión donde exista la posibilidad de ver un gato.
Rechazará invitaciones a las casas donde exista un gato como mascota.
Existen otras reacciones de evitación que pueden ser sutiles, como llevar bocadillos de comida para arrojar al gato y quitarlo del camino o cerrar los ojos durante una escena de película donde a parezca un gato.
Tratamientos para la ailurofobia
El tratamiento actual de primera elección para curar la ailurofobia es la terapia cognitiva conductual.
Este tipo de terapias tiene altos niveles de eficacia en la intervención de temores fóbicos y actualmente es una herramienta terapéutica más eficaz y apropiada que el uso de medicamentos.
Este tratamiento cognitivo conductual está basado principalmente en el elemento terapéutico de la exposición.
La realización de una exposición gradual y controlada a los gatos permite al sujeto acostumbrarse a sus elementos fóbicos y superar gradualmente su respuesta al miedo y la ansiedad.
Esto se realiza en pasos, como por ejemplo:
- Observar al gato desde lejos.
- Mirar imágenes de gatos.
- Repetir su nombre.
- Iniciar un contacto más directo con los gatos.
También se debe volver a aprender a pensar de manera diferente sobre los gatos.
Existen muchos métodos para hacerlo, se deben identificar los pensamientos adversos y creencias, para reemplazarlos por otros más realistas.