El miedo a volar es una emoción desagradable causada por la amenaza percibida de peligro antes y durante el viaje en avión.
Más de diez por ciento de la población afirma tener miedo de volar haciendo de esta una fobia muy común, aunque la gente plagada de este miedo a menudo reconocen que volar es el modo de transporte más rápido y seguro.
Las personas con miedo a volar caen en tres categorías:
- Hay aquellas personas que temen a factores externos relacionados con la aviación, como turbulencias o problemas mecánicos con la aeronave.
- El segundo grupo son aquellos con miedos internos tales como perder el control emocional durante el vuelo y llamar la atención sobre ellos mismos.
- Tercero, un miedo anormal y persistente a volar.
Las víctimas experimentan ansiedad severa a pesar de que generalmente se dan cuenta de que el vuelo no representa una amenaza acorde con su miedo.
La aerofobia también significa un miedo irracional al aire fresco o corrientes de aire.
Esta palabra esta derivada del griego «aero», que significa aire o gas y «phobos», que significa miedo, que es literalmente, miedo al aire.
Las víctimas del miedo a volar a menudo hacen todo lo posible para evitar vacaciones familiares o viajes de trabajo que requieren que vuelen en un avión, esto les hace evitar y dar excusas que pueden ser perjudiciales para su carrera y su vida personal.
Causas y condiciones que conducen a la aerofobia
No hay una sola causa universal para el miedo a volar. El miedo es un mecanismo de supervivencia que se aprende a través de la experiencia personal de todos.
Las experiencias individuales inician el desarrollo de este miedo, aunque se ha relacionado con una posible hipersensibilidad, miedo a los aviones o podría estar relacionado con otras preocupaciones, como ataques de pánico, claustrofobia o estrés postraumático.
Las personas que tuvieron la desgracia de haber experimentado un ataque de pánico severo, relacionados con el vuelo, son reacios comprensiblemente a volver a experimentar esto y, como tales, pueden desarrollar un miedo a volar.
Aquellos que han desarrollado un miedo a volar también pueden tener miedo de crear una escena o perder el control de sí mismos frente a otros, durante un ataque de pánico relacionado con el vuelo.
Algunas personas también desarrollan un miedo a perder el control de sus funciones corporales durante un ataque de pánico inducido por el vuelo.
La aerofobia se puede vincular con muchas otras fobias sociales como la claustrofobia, que es el miedo a los espacios confinados.
El aerofóbico sufre mayores ataques de ansiedad al estar en un espacio confinado del que no puede escapar ante un peligro inminente y se siente atrapado.
También se puede asociar a la acrofobia o el miedo a las alturas.
La xenofobia, miedo a extraños o extranjeros, también puede desencadenar el miedo a volar, ya que la persona fóbica tiene miedo de sentarse junto a personas u objetos con los que no está familiarizado.
Sobre todo después de la ocurrencia de ataques terroristas en los vuelos.
Las personas con condiciones físicas tales como el vértigo, el tinnitus, la gripe, la sinusitis u otras afecciones nasales, pueden temer volar debido a la agravación de tales condiciones durante el vuelo.
Las afecciones médicas como la trombosis venosa profunda, pueden agravarse durante el viaje en avión y pueden ser una causa de aerofobia.
El miedo a volar generalmente no está relacionado con drogas o medicamentos, sino con una gran variedad de eventos traumáticos negativos del pasado, la posibilidad de mareo por movimiento, terrorismo, noticias y gráficos de accidentes aéreos.
La aerofobia desafortunadamente es hereditaria y puede ser transmitida por padres fóbicos a sus hijos.
Síntomas típicos
Las personas con miedo a volar a menudo manifiestan mareos, un dolor fuerte en el pecho, dificultad para respirar o hiperventilación, sudoración excesiva, sensación de mariposas en el estomago, temblores y la sensación de perder el control antes o durante el vuelo.
Los síntomas más comunes de la aerofobia son:
- Aumento de la frecuencia cardíaca.
- Náuseas, mareos, vómitos y otras formas de malestar gastrointestinal.
- Muestran signos de irritabilidad y enojo mal dirigido hacia el personal del avión, la familia, los amigos y los transeúntes.
- Pensamientos de accidentes aéreos y pensar estar cerca de la muerte (tanatofobia).
- Incapacidad para pensar con claridad, desorientación y nerviosismo.
- La mayoría de las personas que padecen de aerofobia comienzan a experimentar estos síntomas físicos y psicológicos en las proximidades del aeropuerto.
- Ataques de pánico importantes, mientras que las personas que no padecen la fobia se sientan con un periódico, los aerofóbicos solo pueden mostrar signos de angustia al abordar el avión.
Tratamiento para la aerofobia
El diagnóstico de la aerofobia es importante, especialmente si los síntomas presentados son de magnitudes factibles.
Un psicólogo o psiquiatra experto puede ayudar a evaluar la proporción de miedo y recomendar algún tipo de medidas antes de realizar el vuelo y sugerir medicamentos, como alprazolam con dosis de 0.5 a 1 mg tomado media hora antes de la hora en que este programado el vuelo.
También se sabe que las sesiones grupales e individuales de terapia ayudan a aliviar la aerofobia.
Las técnicas modernas de simulación virtual de vuelo, donde el paciente se enfrenta a la experiencia a través de imágenes virtuales, brindan procedimientos de tratamiento innovadores para superar diversos tipos de fobias.
La terapia de comportamiento cognitivo individual o grupal, la Programación Neuro Lingüística y la Hipnosis también pueden ayudar a superar el miedo a volar.
El miedo es un mecanismo de supervivencia altamente funcional que nos sirve bien cuando es apropiado. Sin embargo, como volar es estadísticamente seguro, el miedo a volar no es útil, es muy desagradable y es innecesario. Al mismo tiempo, es interesante notar que no nacemos con este miedo.
Este miedo es un miedo aprendido. El miedo a volar se aprende a través de la experiencia directa o indirecta y, como tal, cada experiencia individual será diferente.
Por lo tanto debido a que cada experiencia que causa el miedo será diferente, todos requieren un tratamiento diferente y personalizado.
Si uno es capaz de aprender a tener miedo a volar, es lógico pensar que uno puede aprender a no tener miedo y confiar en volar.
En vista de que los miedos no se almacenan en la mente consciente, es difícil cambiar los temores conscientemente. Los miedos se almacenan en la mente subconsciente protectora.
Para eliminar los miedos en la mente subconsciente, necesitamos trabajar y comunicarnos con la mente subconsciente. El método más rápido y más eficaz de comunicarse con la mente subconsciente es la hipnoterapia.
Tan fácil como lo es el de establecer un miedo, es igual de fácil de quitar cuando se trabaja con la mente subconsciente.