Neofobia: ¿Qué Es? Tipos, Implicación del Olfato, Síntomas y Tratamiento

Es un miedo que se desarrolla hacia las cosas nuevas, o miedo a la novedad.

Una de las formas más comunes de manifestarse la neofobia es como una desconfianza a alimentos nuevos o diferentes, a los que el individuo está acostumbrado.

Esta fobia es un tipo de trastorno de ansiedad social, donde algunos pacientes simplemente pierden sus temores con el tiempo, mientras que otros se benefician de la terapia y sus tratamientos.

Las personas generalmente prefieren lo rutinario y lo familiar. Se sienten mucho más cómodas cuando las cosas a su alrededor le son familiares, o éstas son predecibles.

La neofobia suele ser una forma de autoprotección que desarrolla el individuo cuando teme romper con la rutina.

Las personas neofóbicas pueden desarrollar un miedo a una amplia variedad de situaciones o cosas.

Los alimentos son el ejemplo más palpable, pero algunas personas neofóbicas también experimentan situaciones de miedo, estrés y ansiedad cuando las condiciones de su entorno cotidiano se modifican, cuando se introducen nuevos conceptos o personas, cuando se mudan de un lugar a otro.

La neofobia alimentaria es el miedo a probar comida nueva. Se ve principalmente en niños de entre dos y seis años de edad.

La neofobia (del griego neos, nuevo y phobos, temer). En un mundo que parece cambiar constantemente y no obedecer reglas claras, la neofobia es el miedo a cualquier cosa nueva o desconocida.

Neofobia alimentaria

La neofobia alimentaria, o el temor a probar nuevos alimentos, se considera como una etapa normal en el desarrollo infantil y afecta entre el 50 y el 75% de los niños.

Generalmente ocurre entre las edades de dos y seis años y luego desaparece, eventualmente desapareciendo a medida que los niños crecen. Sin embargo, en algunos casos, puede continuar hasta la edad adulta.

Los nuevos alimentos se rechazan cuando se sirven, no cuando se prueban.

Es importante diferenciar entre personas «exigentes», que rechazan tanto los alimentos desconocidos como los familiares, ya que a menudo no les gusta el sabor, y las personas con neofobia a los alimentos que solo rechazan los alimentos desconocidos.

Neofobia en niños

El fenómeno de la neofobia alimentaria se describió inicialmente como un mecanismo de supervivencia que era beneficioso en términos evolutivos ya que evitaba la ingestión de plantas potencialmente tóxicas.

Como ejemplo, los niños rechazan naturalmente los alimentos con un sabor amargo, que se ha asociado con productos químicos, tóxicos o dañinos.

La neofobia alimentaria es rara entre los recién nacidos y se hace aparente una vez que los alimentos sólidos reemplazan a la leche materna.

Luego alcanza un pico en los niños entre las edades de dos y seis años, antes de disminuir a partir de entonces.

La neofobia alimentaria puede causar deficiencias, ya que a menudo se refiere al grupo de frutas y verduras, que contiene vitaminas esenciales para el cuerpo.

Según los estudios, los niños forman una imagen mental de cómo debe ser la comida aceptable. Por lo tanto, rechazan cualquier cosa que sea demasiado diferente de esta imagen.

Si un alimento es reconocido y aceptado a nivel visual, será probado. Su sabor será evaluado por su valor subjetivo (positivo o negativo), que a su vez se asociará con la imagen visual.

Las experiencias exitosas y continuamente positivas con dichos alimentos reducirán la renuencia de los niños a comerlo.

Los estudios han demostrado que un alimento debe presentarse ocho veces a un niño para que sea aceptado.

Presentar comida nueva de manera positiva, prepararla de una manera divertida o hacer que parezca entretenida en el plato, parece reducir la fobia que inspira.

Por otro lado, obligar a un niño a consumir un nuevo alimento podría acentuar la fobia.

Además, el comportamiento restrictivo de los padres hacia ciertos tipos de alimentos, que restringen su consumo o los momentos en que pueden consumirse, se asocia con un aumento de la neofobia alimentaria en el niño.

Neofobia en adultos

Mientras que la neofobia alimentaria generalmente ha desaparecido en la adolescencia, en algunos casos todavía es evidente en los adultos, que restringen su dieta a unos pocos productos familiares y se niegan a comer cualquier nuevo alimento. Como consecuencia, sufren deficiencias y, a menudo, de exclusión social.

La neofobia alimentaria también puede aparecer en la vejez. Esto puede explicarse por varios fenómenos, como una mala salud dental o problemas gástricos que pueden llevar a las personas mayores a evitar ciertos tipos de alimentos.

La implicación del olfato y el tratamiento apropiado

El sentido del olfato juega un papel importante en las emociones y los recuerdos. También puede inducir un comportamiento que se adapta a los estímulos ambientales.

La olfacción puede, por ejemplo, alertar al organismo sobre la presencia de elementos potencialmente peligrosos en el medio ambiente y reconocer los alimentos que son útiles para la supervivencia.

Además, tiene una gran influencia en la dieta, ya que juega un papel importante en la percepción del sabor.

Los estudios han demostrado que las personas que sufren de neofobia alimentaria no perciben los olores relacionados con los alimentos o de otro tipo, tan agradables e intensos como los que no la padecen.

Dado que las neofobias alimentarias parecen olfatear con menos intensidad para detectar olores, podría ser que su fobia se deba al miedo a una mala experiencia con un olor.

En general, la neofobia alimentaria desaparece gradualmente a medida que los niños crecen. Sin embargo, si esta fobia persiste, generalmente se recomienda un enfoque cognitivo-conductual.

Este enfoque funciona en la exposición de los pacientes a nuevos alimentos y su percepción, proporciona consejos nutricionales y gradualmente incorpora una gran cantidad de nuevos productos alimenticios en su dieta.

Síntomas

Al igual que un ataque de ansiedad, los síntomas de la neofobia incluyen:

  • Ataques de pánico.
  • Falta de aliento.
  • Mareos y nauseas.
  • Temblores en todo el cuerpo.
  • Transpiración excesiva.
  • Frecuencia cardíaca acelerada.
  • Dolor en el pecho.

Los signos de un episodio neofóbico pueden ocurrir en una variedad de formas que no siempre son obvias.

Cuando evitar cosas nuevas se vuelve inmanejable, es hora de buscar la ayuda profesional.

Algunos signos que se deben tener en cuenta son los síntomas físicos negativos por la exposición a cosas nuevas o la idea de estar en presencia de cosas nuevas, darse cuenta de que la neofobia hace que la persona pierda buenas oportunidades, ignorar ciertas situaciones, lugares o cosas para evitar estar expuesto a las novedades.

También si la neofobia ha persistido durante un período de tiempo significativo y está afectando la vida diaria, la salud o el estado de ánimo de una persona.

Tratamiento de la neofobia

La neofobia no debe tomarse a la ligera, el paciente debe darse cuenta de que se están presentando situaciones que no puede manejar frente a hechos novedosos.

Los tratamientos para la neofobia incluyen terapia cognitivo-conductual, como la terapia de exposición.

En este tipo de tratamiento, el terapeuta introduce gradualmente al paciente las cosas nuevas, para que éste se familiarice con los nuevos conceptos, objetos, situaciones y aprenda a aceptarlos sin miedo.

El uso de la terapia de exposición poco a poco introduciría a alguien a formas de controlar su fobia primero en la mente y luego en situaciones de la vida real.

En períodos de tiempo cortos o largos, dependiendo de la gravedad del caso, la terapia puede ayudar a las personas a dejar cosas nuevas en sus vidas y liberar el temor.

Las personas que tienen miedo de probar cosas nuevas también deben aprender métodos de autoayuda para lidiar con el peor de los síntomas.

Obtener información sobre la neofobia es solo el primer paso para superar el miedo.

Aprender a mantener a raya los pensamientos negativos también es útil, así como encontrar un grupo de apoyo apropiado.

Por último, la práctica de técnicas de relajación como la respiración profunda, el yoga y la relajación muscular pueden ayudarlo a lidiar con los síntomas emocionales y físicos de una fobia grave.

Los medicamentos son utilizados para tratar los peores síntomas de la fobia, como el ataque de pánico y las migrañas.

Los profesionales en el tratamiento de la neofobia pueden ayudar a las personas a dejar de tener miedo de vivir sus vidas al máximo.

Es importante encontrar un profesional que sepa cómo guiar al paciente por el camino de la recuperación.

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