Los dos principales exámenes endoscópicos del sistema digestivo son la esofagogastroduodenoscopia o gastroscopia y la colonoscopia.
Estas técnicas de diagnóstico proporcionan imágenes que permiten identificar visualmente cualquier patología de todo el tracto digestivo, desde el esófago hasta el colon.
Gastroscopia
La gastroscopia, o esofágico-gástrico-duodenoscopia, es un procedimiento médico que permite examinar la primera parte del sistema digestivo o tracto digestivo superior (esófago, estómago y duodeno).
A través de una sonda delgada y flexible (endoscopio) que tiene una cámara de video adjunta que transmite imágenes a un monitor.
La gastroscopia, permite evaluar todas las posibles enfermedades presentes en estos tractos superiores.
Las enfermedades encontradas a través de las imágenes transmitidas desde el endoscopio pueden confirmarse por examen histológico, llevado a cabo en muestras tomadas durante el mismo examen endoscópico.
Colonoscopia
La colonoscopia permite la evaluación de todo el colon y el segmento distal del íleon, diagnosticando todas las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas que pueden afectar esta parte del intestino, así como también pólipos y tumores.
Con la colonoscopia es posible diagnosticar la presencia de pólipos intestinales que, si no se tratan, pueden convertirse en tumores en un lapso de aproximadamente 10 años.
Por lo tanto, la importancia de este procedimiento para la prevención del cáncer es evidente.
El programa nacional de detección de enfermedades intestinales, debido a limitaciones financieras, incluye solo pacientes de 50 a 60 años que presentan sangre oculta en las heces.
Pero en los últimos años se ha descubierto que el cáncer de colon también afecta a pacientes menores de 50 años.
Por esta razón, todos los casos con sangre en las heces deben evaluarse por medio de una colonoscopia, incluso si no es proporcionada por el examen nacional debido a razones de edad.
La colonoscopia también es útil para el diagnóstico de las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas que ocurren en personas de 20 a 50 años.
Situaciones que requieren una endoscopia digestiva
Dentro de las enfermedades que usualmente requieren de una endoscopia digestiva se encuentran:
- Reflujo gastroesofágico.
- Enfermedades como gastritis.
- Tumores del sistema digestivo.
- Pólipos.
- Diverticulosis.
- Úlceras gástricas y duodenales.
- Colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn.
El médico recomendará una endoscopia cuando se presenten los siguientes síntomas:
- Dolor epigástrico.
- Hinchazón después de las comidas.
- Regurgitación ácida o alcalina (ardor, sabor amargo en la boca).
- Dispepsia.
- Pérdida significativa de peso durante un período limitado (5 a 6 kg en dos meses).
- Hipersalivación.
Es necesario realizar una colonoscopia si se observan los siguientes síntomas:
- Pacientes que experimentan un cambio en la frecuencia y consistencia de las deposiciones (por ejemplo, estreñimiento, diarrea con estreñimiento alterna).
- En casos de sangrado.
- Pacientes con síndrome de intestino irritable, dolor abdominal.
- Para pacientes sometidos a exámenes de detección para la prevención del cáncer de colon que resultaron positivos para la sangre oculta en heces.
- Pérdida de peso significativa durante un período limitado (5 a 6 kg en dos meses).
Endoscopias terapéuticas
Los estudios endoscópicos no solo ayudan en el diagnóstico; son útiles para tratar ciertas condiciones, como:
- Úlceras hemorrágicas.
- Sangrado venas varicosas esofágicas (atadura de venas varicosas).
- Resección de pólipos (polipectomía endoscópica).
- Dilatación de estenosis esofágica.
- Colocación de catéteres de alimentación (gastrostomía endoscópica).
- Colangiografía retrógrada endoscópica.
Procedimiento
Gastroscopia
El examen no requiere ninguna preparación específica, además de un ayuno de 6 horas.
La gastroscopia puede llevarse a cabo en sedación ligera o profunda; este último se recomienda porque ofrece más comodidad para el paciente.
El procedimiento se lleva a cabo mediante la introducción del instrumento (gastroscopio), que está equipado con una cámara de video que envía imágenes a un monitor.
El procedimiento dura aproximadamente 3 minutos y después de un par de horas el paciente puede comer regularmente.
Es una evaluación que no conlleva riesgos particulares para el paciente (los efectos colaterales son casi inexistentes).
La sedación se puede lograr usando un anestésico local, aplicado en la parte posterior de la lengua y el paladar blando para reducir la sensación de náuseas.
Si la gastroscopia revela la presencia de pólipos gástricos, se pueden realizar biopsias (es decir, se toman pequeñas muestras de tejido y se envían al laboratorio para su análisis).
Si fuera necesario eliminar los pólipos gástricos, se puede lograr durante el procedimiento endoscópico.
Colonoscopia
Este procedimiento se realiza utilizando una sonda delgada y flexible (colonoscopio) que se inserta a través del ano.
Esta sonda tiene una cámara de video adjunta que transmite imágenes a un monitor. El colon debe estar completamente limpio para este examen.
En este procedimiento se debe seguir una dieta y se deben tomar medicamentos para limpiar el intestino el día anterior a la evaluación.
Esta fase de preparación es especialmente importante para la validez diagnóstica y la seguridad del procedimiento.
La dieta debe iniciarse 4 a 5 días antes del procedimiento.
La colonoscopia generalmente se realiza con sedación profunda.
El procedimiento dura de 15 a 20 minutos e implica la introducción del instrumento desde el ano a través de toda la longitud del colon, hasta el ciego.