Emetofobia: ¿Qué Es? Causas, Síntomas, Complicaciones, Diagnóstico y Tratamiento

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Las náuseas y los vómitos pueden ser extremadamente molestos y hacer que una persona se sienta muy incómoda.

Si bien la angustia temporal es bastante normal, hay muchas personas que realmente tienen miedo a los vómitos. Este tipo de miedo intenso a los vómitos se conoce como emetofobia.

La persona que tiene emetofobia puede no estar realmente enferma, pero simplemente teme vomitar. La palabra emetofobia es derivada de la palabra griega «emein» que significa el acto de vomitar.

Esta fobia a menudo se diagnostica erróneamente como otros trastornos mentales. Sin embargo, el miedo a los vómitos existe y puede modificar la vida de un individuo por completo.

La fobia se manifiesta por un miedo irracional y excesivo a los vómitos, o por ver a otras personas vomitar. La persona puede llegar a formar hábitos, rituales de alimentación para evitar el vómito por completo.

Si bien se considera que es una de las fobias más comunes en el mundo, hay relativamente poca investigación que se haya hecho de la emetofobia, o el miedo a cualquier cosa relacionada con el vómito.

Esta fobia particular tiene varias subcategorías, incluido el miedo al acto de vomitar, el miedo a ver o estar cerca del vómito y el temor de ver a alguien vomitar.

Con tantas facetas diferentes a este miedo, es un poco sorprendente que no se hayan aplicado más estudios a esta fobia.

Causas de la emetofobia

Típicamente, la emetofobia es causada por alguien que tiene una experiencia negativa con los vómitos, generalmente a una edad temprana.

Por ejemplo, un problema estomacal que provoque una larga noche de vómitos violentos e incontrolables puede ser un desencadenante, como podría ser un caso inesperado de vómitos en público.

Sin embargo, la emetofobia también puede ocurrir espontáneamente sin una razón real conocida.

Algunos expertos consideran que la emetofobia está ligada al miedo a perder el control.

Algunas personas intentan controlar cada aspecto de sus vidas siempre que sea posible, y los vómitos pueden ser difíciles o, a veces, incluso imposibles de controlar.

Los vómitos pueden ocurrir en momentos inconvenientes y en situaciones potencialmente embarazosas, que pueden causar altos niveles de angustia a quienes temen hacerlo.

La emetofobia también puede ser consecuencia de un evento penoso o angustioso en el que la persona experimentó un vómito aterrador o vio a otra persona atravesar esa situación.

Es muy común en personas que han tenido problemas de salud que le causaron vómitos persistentes.

Tal tipo de angustia provocada por la fobia puede hacer que el cerebro sea inconscientemente provoque la enfermedad y los vómitos intensos.

Síntomas

Las personas que sufren emetofobia intensa experimentan ansiedad o incluso pánico cuando se enfrentan con el vómito o incluso la posibilidad de vomitar.

Las náuseas a menudo causan una sensación particular de temor, y harán todo lo posible para evitar a las personas que sienten náuseas.

Este miedo también puede agregarse a otras ansiedades sociales y crear una asociación que puede ser desalentadora para las personas que sufren este problema. Entre los principales síntomas tenemos:

  • Desarrollar síntomas de ansiedad cuando siente náuseas o cuando vomita.
  • Evitar activamente situaciones en las que es posible contraer un virus estomacal que podría provocar vómitos.
  • Una renuencia a comer o ser peculiarmente meticuloso acerca de cómo se prepara la comida.

Las personas que sufren casos extremos de emetofobia a menudo tienen problemas para llevar una vida normal.

En su ansiedad por evitar el vómito, también evitarán a los niños y al alcohol.

Mantener un trabajo puede ser difícil porque cualquier problema estomacal puede ser debilitante y el miedo constante a contraer una enfermedad disminuye la efectividad en el trabajo.

Las mujeres, sufren emetofobia con más frecuencia que los hombres, se informa que a menudo retrasan o evitan por completo el embarazo debido al temor a las náuseas matutinas.

La fobia incluso hace que cocinar sea más complicado, ya que los emetofóbicos son meticulosos con respecto a su preparación y consumo de alimentos.

La emetofobia puede estar creando una derivación de otros trastornos como el trastorno obsesivo compulsivo y la anorexia nerviosa.

Además, la persona puede desarrollar una dieta alimenticia poco saludable e incluso evitar la comida por completo. Esto puede ser un problema serio en la salud física de la persona.

Por lo tanto, si los síntomas han estado afectando la vida de una persona durante más de seis meses, la persona necesita visitar a un médico.

Complicaciones de la emetofobia

Las personas que padecen emetofobia a largo plazo pueden descubrir que su condición genera temores u obsesiones adicionales con el tiempo.

Algunos enfermos desarrollan cibofobia, que es el miedo a la comida.

Las personas con cibofobia pueden preocuparse de que sus alimentos no se hayan cocinado lo suficiente o que no se hayan almacenado adecuadamente, lo que podría provocar que se enfermen.

Otros pueden poner límites estrictos a los tipos de alimentos que consumen, aferrarse a lo que es «seguro» (es decir, alimentos que nunca antes han vomitado), o incluso rehusarse a comer hasta que se sientan llenos por temor a que esta sensación pueden provocar náuseas y vómitos.

En los casos más extremos, algunos pacientes han desarrollado tendencias anoréxicas en su deseo de abstenerse de comer.

Estos casos, que son de muy rara ocurrencia, el cese de la alimentación no se debe a problemas de imagen corporal, sino al temor extremo que tiene el paciente de comer algo que le cause náuseas o vómitos.

Muchos enfermos desarrollan ansiedad social o se vuelven agorafóbicos, que es el miedo a abandonar la casa.

Temen que puedan terminar en un lugar o una situación, donde no puedan llegar al baño a tiempo para vomitar.

También pueden tener miedo de ver a otra persona vomitar, que es otro efecto secundario común para aquellos que tienen emetofobia. Estos temores pueden llevar a sentimientos de ansiedad, pánico y pérdida de control.

Sin embargo, cuanto más trata de evitar una persona este tipo de situación, peor y más complicado se vuelve el miedo.

Y lo que es particularmente trágico acerca de la emetofobia es que los niños que la padecen temerán ir a la escuela y evitarán ir a la casa de un amigo, los adultos se perderán el trabajo y evitarán salir a comer con amigos y familiares, todo por una condición que rara vez ocurre.

La mayoría de nosotros probablemente podríamos contar con una mano la cantidad de veces que hemos vomitado en nuestras vidas, sin embargo, el temor de que pueda suceder en cualquier momento es suficiente para que surja este tipo de temor en los emetofóbicos.

Diagnóstico

Lo que pasa con la emetofobia es que a menudo es una fobia complicada de diagnosticar y tratar debido a otras fobias y trastornos de ansiedad que pueden desarrollarse con el tiempo junto con ella.

Por lo tanto, es importante, si busca ayuda, que sea tan abierto y honesto con su consejero como sea posible acerca de todos sus síntomas para recibir el diagnóstico más preciso posible, lo que puede conducir a recibir un tratamiento más efectivo.

La emetofobia puede ser uno de los temores más difíciles de vencer, pero con el tiempo se puede superar.

Tratamiento de la emetofobia

La emetofobia se puede tratar con una combinación saludable de psicoterapias y medicamentos. El procedimiento de tratamiento utilizado principalmente incluye:

Terapia cognitiva conductual

La terapia cognitiva conductual puede ser útil para tratar la emetofobia, ya que ayuda a modificar los pensamientos que en realidad podrían estar causando la fobia.

El terapeuta puede usar terapias como la hipnosis que puede ayudar a aquellos que tienen emetofobia, al igual que ciertas técnicas de relajación.

Tales tratamientos pueden reducir los sentimientos de incomodidad y ansiedad de un paciente.

A través de sesiones de la terapia cognitiva conductual, el terapeuta también enseña y ayuda a la persona a reconocer la fobia. Eventualmente, la persona puede aliviar toda la angustia.

El objetivo principal del tratamiento es sacar estos pensamientos negativos y modificarlos en otros positivos.

Al revertir las creencias que han estado gobernando la vida del paciente, se logra reducir la tendencia del paciente a evitar ciertas situaciones y a enfrentar cada situación de forma desafiante.

Medicinas

Los medicamentos de uso común en el tratamiento de la emetofobia son medicamentos contra la ansiedad y antidepresivos.

Estos ayudan a bloquear las sustancias químicas del cerebro, como la serotonina.

La serotonina es un compuesto presente en las plaquetas de la sangre y el suero que contrae los vasos sanguíneos y actúa como un neurotransmisor, que ayuda a mantener el buen humor y el temperamento de una persona.