También conocido como esputo, es una mezcla de saliva y moco que se desprende de los pulmones cuando se tose.
El esputo con sangre proviene de algún lugar dentro del cuerpo, ya sea a lo largo del tracto respiratorio o del sistema digestivo.
A veces, el esputo teñido de sangre es un síntoma de una afección médica grave.
Cuando se expectora sangre con poco o nada de esputo, se debe buscar atención médica inmediata.
Toser sangre puede ser un síntoma bastante confuso y alarmante y puede ser causado simplemente por un sangrado en la boca o en el área nasal.
La sangre de estas áreas se mezcla con la mucosa o flema que sale del tracto respiratorio, dando la apariencia de que la sangre es parte de la materia de la flema, sin revelar necesariamente el origen.
Por extraño que parezca, tampoco es raro que la flema teñida de sangre se encuentre en personas que también padecen ciertos tipos de problemas gastrointestinales, aunque parezca estar relacionado con una tos o una enfermedad respiratoria.
Causas
Hay algunas características de la flema sanguinolenta que pueden hacer que sea más fácil saber de dónde viene.
Cuando hay mucosidad sanguinolenta, los signos que señalan la enfermedad, otras condiciones de salud y el lugar del sangrado incluyen el color y la consistencia.
Cuando la sangre proviene de los pulmones, puede tomar una apariencia burbujeante o aireada.
Esto se debe a que la combinación de moco mezclado con sangre y aire puede crear una consistencia más esponjosa.
Una mucosidad sanguinolenta puede mostrar vetas que son muy brillantes con el característico color rojo, si no se ensucian por completo y también un color de óxido más profundo.
Existen muchas enfermedades que pueden producir sangre en la flema.
La mayoría de las flemas con sangre está relacionada con afecciones respiratorias, enfermedades de los pulmones o alguna afección conexa.
Las causas más comunes de la flema con sangre incluyen a las enfermedades comunes del tracto respiratorio:
- Tos prolongada y severa que irrita el tracto respiratorio.
- Hemorragias nasales.
- Laringitis.
- Aspiración pulmonar o la presencia de un material extraño en el pulmón.
- Tomar anticoagulantes.
- Trauma en el sistema respiratorio.
- Las infecciones respiratorias o la inhalación de un objeto extraño son las causas probables del esputo teñido de sangre en los niños.
Enfermedades asociadas
Existen enfermedades que provocan la aparición de sangre en la flema tales como:
Enfisema
El enfisema literalmente se refiere a la dilatación de los alveolos o la destrucción directa de las paredes de estos delicados sacos de aire que se encuentran en los pulmones.
A medida que pasa el tiempo, el daño se vuelve más y más severo, lo que lleva a una disminución notable en la capacidad de respirar.
El enfisema es una de las afecciones de salud más comunes conocidas por producir signos y síntomas de enfermedades pulmonares obstructivas crónicas.
La mayoría de los síntomas de enfisema estén relacionados con la dificultad para respirar.
Aparte de la sangre en la flema, que a menudo se produce como un síntoma posterior de la afección, otros síntomas de enfisema incluyen una disminución en el estado de alerta mental, uñas grises o azules, latidos cardíacos rápidos y dificultad extrema para respirar.
Estenosis de la válvula mitral
Esencialmente, la condición se refiere al estrechamiento de la válvula mitral del corazón, que a su vez puede bloquear el flujo sanguíneo.
Una de las causas más comunes de estenosis de la válvula mitral es la fiebre reumática.
Los síntomas de la estenosis mitral varían, pero con mayor frecuencia incluyen tobillos hinchados, palpitaciones del corazón, dificultad para respirar y una tendencia a desarrollar enfermedades respiratorias con mayor frecuencia, provocando sangre en las flemas.
Neumonía
La neumonía se refiere más comúnmente a una condición adquirida que se caracteriza por una infección de los pulmones.
Puede ser causada por hongos, bacterias o virus y puede contraerse al inhalar o entrar en contacto con algunos de los gérmenes que lo causan.
Los síntomas de la neumonía varían de persona a persona en función de varios factores, como el estado general de salud y la gravedad y duración de la enfermedad.
Más comúnmente, presenta síntomas como fiebre, escalofríos y temblores, dificultad para respirar, y un color verdoso o sangre en la flema que acompaña la tos.
Otros síntomas de neumonía menos comunes o aquellos asociados con casos más severos de la condición incluyen dolor en el pecho, dolores de cabeza y confusión.
Cáncer de pulmón
Quienes fuman tienen un mayor riesgo de desarrollar el cáncer de pulmón, aunque la exposición química, el consumo de alcohol y la presencia de afecciones preexistentes como el enfisema también pueden aumentar la probabilidad de la formación de uno de los muchos tipos de cáncer de pulmón.
Los síntomas del cáncer de pulmón normalmente no están presentes hasta que la enfermedad ha empeorado.
Algunos de los síntomas más característicos incluyen una tos que empeora y es persistente, acompañada de pequeñas cantidades de sangre en la flema al toser.
Embolia pulmonar
Cuando un coágulo de sangre, aire, grasa o incluso células tumorales causan un bloqueo en una arteria que se encuentra dentro de los pulmones, la afección se conoce como embolia pulmonar.
Si bien los coágulos sanguíneos se encuentran entre las causas más comunes de embolia pulmonar, los parásitos e incluso el líquido amniótico se han asociado con la aparición de embolias.
Las embolias pulmonares son el resultado de la trombosis venosa profunda, donde un coágulo de sangre que se forma en las partes inferiores de las piernas se desplaza hacia arriba para alojarse en las arterias de los pulmones.
Por lo general, la tos que puede contener sangre en la flema y el moco, los síntomas de una embolia pulmonar incluyen un aumento de la frecuencia cardíaca, una mayor frecuencia de respiración y dificultad para respirar.
A veces, pueden aparecer mareos, sudoración y piel azul con menos frecuencia.
Tuberculosis pulmonar
Aunque la tuberculosis pulmonar puede parecer muy similar a la neumonía, es diferente en muchos aspectos.
La infección pulmonar se relaciona específicamente con un tipo de bacteria, conocida como M. tuberculosis.
Esta bacteria puede permanecer latente durante largos períodos de tiempo, y solo se vuelve activa días o incluso semanas después del contacto inicial con la bacteria.
Los bebés, las personas de edad avanzada y aquellos con un sistema inmune comprometido son más propensos a desarrollar casos graves de tuberculosis pulmonar.
La pérdida de peso, fiebre, fatiga, sudoración, dolor de pecho, sibilancias y dificultad para respirar son algunos de los síntomas más comunes de la enfermedad.
La tos cargada de moco que contiene sangre en la flema es un síntoma de la tuberculosis pulmonar.
Bronquitis
La bronquitis está caracterizada por la inflamación e hinchazón de las vías respiratorias que conducen a los pulmones, ocurre en dos formas, aguda (períodos cortos de tiempo) o crónica (ocurre con frecuencia por períodos de tiempo más largos).
Si bien ambas formas de la enfermedad son conocidas por provocar tos y producir moco, la bronquitis crónica obstructiva es aún más grave y está asociada con sangre que contiene flemas o moco.
Aparte de este síntoma revelador, también se presenta fiebre, fatiga y sibilantes, dolor e incomodidad en el pecho.
Lupus eritematoso sistémico
La relación del lupus eritematoso sistémico con la flema sanguinolenta puede parecer algo confusa.
Sin embargo, la condición autoinmune en realidad cuenta con una amplia gama de síntomas que abarcan casi todos los sistemas fisiológicos del cuerpo, incluido el tracto respiratorio.
Los síntomas de la condición predominantemente femenina incluyen fiebre y fatiga, pérdida de cabello, llagas en la boca, síntomas en el sistema nervioso, síntomas en la piel y arritmia.
Pero además, presenta sangre en la flema.
Edema pulmonar
Cuando se acumula líquido en los alveolos que se supone que contienen aire en los pulmones, el resultado es un edema pulmonar y se asocia comúnmente con insuficiencia cardíaca congestiva.
La afección se caracteriza por la incapacidad del corazón para bombear sangre por todo el cuerpo como debería, lo que puede provocar que los fluido se dirijan hacia los espacios alveolares en los pulmones que normalmente se supone deben llenarse de aire.
Además de la ansiedad, la inquietud y la disminución de los niveles de alerta, otros síntomas de un edema pulmonar incluyen sudoración, piel pálida, silbidos o ruidos de gorgoteo al respirar y sangre en las flemas.
Fibrosis quística
La fibrosis quística es una enfermedad hereditaria que se caracteriza por la formación y acumulación de moco en el tracto gastrointestinal, los pulmones y otras partes.
El moco a menudo es espeso y pegajoso y, aunque es muy común, se considera una afección grave y potencialmente mortal.
Debido a que la fibrosis quística puede afectar tantas partes del cuerpo, los síntomas varían ampliamente.
Cuando el tracto gastrointestinal se ve afectado, el dolor abdominal y las náuseas pueden persistir.
Cuando el sistema respiratorio se ve afectado, puede producirse congestión y tos con sangre. Sin embargo, un inventario completo de síntomas variará mucho de persona a persona.
Síntomas graves
- Tos con flema con mayor cantidad de sangre y con muy poco esputo.
- Dificultad para respirar.
- Debilidad.
- Mareo.
- Transpiración excesiva.
- Frecuencia cardíaca rápida.
- Pérdida de peso inexplicable.
- Fatiga.
- Dolor de pecho.
- Presencia de sangre en la orina o en las heces.
Estos síntomas están asociados con afecciones médicas graves.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza basado en la historia médica y el examen físico respectivo. Usualmente se realizan estudios de imágenes como:
- Radiografías de tórax, para observar las vías respiratorias.
- Tomografía computarizada de tórax para obtener una imagen más clara de los tejidos blandos.
- Broncoscopia, para detectar la presencia de obstrucciones o anormalidades en las vías respiratorias.
Se puede ordenar un análisis de sangre y en caso de observar algún tipo de anormalidad en la estructura del pulmón y las vías respiratorias en general, puede ordenar una biopsia.
Tratamiento
El tratamiento de las flemas con sangre dependerá de la enfermedad subyacente que lo causa.
Los tratamientos para la flema con sangre pueden incluir:
- Antibióticos para infecciones como la neumonía bacteriana y la tuberculosis.
- Antivirales, para reducir la duración o la gravedad de un virus.
- Antitusivos para calmar la tos prolongada, por recomendación médica ya que pueden llegar a provocar obstrucciones en las vías respiratorias, prolongando y empeorando la infección.
- Beber agua suficiente, para ayudar a fluidificar y eliminar la flema.
- Cirugía en los casos en que la flema con sangre este provocada por un tumor o un coágulo de sangre.