Isocoria: Definición, Afecciones Relacionadas, Causas, Síntomas, Diagnóstico, Tratamiento y Prevención

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Básicamente se refiere a la igualdad en el tamaño de ambas pupilas.

Cuando se observa el ojo, existe un disco coloreado que se conoce como el iris. Esta estructura es un músculo circular y en su centro, tiene un orificio vacío que permite el acceso de la luz hasta el ojo. Este agujero vacío se conoce como la pupila.

En situaciones normales, las pupilas deben tener el mismo tamaño en los dos ojos y se denomina isocoria. En este caso, deben constreñirse y dilatarse simultáneamente.

Pero existe una afección donde el tamaño de las pupilas es diferente y se denomina anisocoria.

Es importante saber que la anisocoria como condición puede ser normal, sin embargo, hay casos en los que la presencia de la anisocoria indica una afección médica subyacente.

Cuando la anisocoria se presenta al nacer, pueden no estar asociados con otros trastornos y si otros miembros de la familia poseen una afección similar, entonces la diferencia de las pupilas podría ser genética.

Hay pequeñas variaciones en el tamaño de las pupilas, aproximadamente en el veinte por ciento de las personas sanas. Las variaciones del diámetro son menores a 0,5 mm y la diferencia puede ser de 0.05 pulgadas (1 mm).

Cuando esta condición no está relacionada con otras, se le denomina anisocoria fisiológica. En estos casos, las variaciones que se presentan en el tamaño de las pupilas serían menores a un milímetro.

Cuando estas variaciones que se presentan en el tamaño de las pupilas son superiores a un 1 mm y cuando se presenta no vuelven a su estado de isocoria, puede ser un signo de trastornos más graves que requieren de atención médica.

Causas

La anisocoria puede estar causada por ciertas condiciones fisiológicas, como resultado de un deterioro de las neurofibras eferentes que controlan la pupila y por lesiones físicas o por medicamentos. Como es el caso de:

  • Aneurisma en el cerebro.
  • Una hemorragia causada por un traumatismo craneal.
  • Un tumor en el cerebro.
  • Presión en el interior del ojo alta.
  • La hinchazón del cerebro que provoca un aumento de la presión intracraneal, causada por una hemorragia intracraneal, un accidente cerebrovascular agudo o un tumor intracraneal.
  • La aparición de una infección de las membranas que rodean el cerebro como meningitis o encefalitis.
  • Migraña.
  • Crisis convulsivas, producen una diferencia del tamaño de las pupilas que puede persistir tiempo después de finalizado el ataque convulsivo.
  • La presencia de un tumor, una masa o un ganglio linfático que causa presión sobre un nervio pueden provocar disminución de la sudoración, una pupila pequeña o un párpado caído todo en el lado afectado, como es el caso del síndrome de Horner.
  • Una cirugía de cataratas.

Hay causas, como por ejemplo, el uso de gotas para los ojos y otras drogas como productos químicos, pueden alterar el tamaño de la pupila.

Síntomas de anisocoria

El único síntoma perceptible de la Anisocoria es un tamaño desigual de las pupilas.

Asociado al tamaño diferente de las pupilas pueden presentarse síntomas asociados a enfermedades subyacentes como:

  • Pérdida de la agudeza visual y la incapacidad de ver pequeños detalles (visión borrosa).
  • Diplopía o visión doble.
  • Presentar cierta sensibilidad en los ojos a la luz.
  • Cuadros febriles.
  • Cefaleas.
  • Pérdida de la visión.
  • Presencia de vómitos.
  • Dolor en los ojos.
  • Presencia de rigidez en el cuello.

Diagnóstico

En el diagnóstico tiene como objetivo determinar si la anisocoria es el resultado de razones patológicas o simplemente es una afección fisiológica.

En el momento en que se realiza la historia médica, se revisarán cuando se notó por primera vez esta afección.

Si se presentó con anterioridad, si sufrió un trauma reciente o se practicó alguna cirugía y posteriormente se realiza el examen físico.

Los aspectos claves en este examen físico son el tamaño en mm de la pupila en la luz, el tamaño de la pupila en la oscuridad, la reactividad de la pupila a la luz y a la oscuridad.

Las características adicionales como la posición del párpado, ptosis, ataxia, dolor, diplopía, entumecimiento, disartria o debilidad ayudan a generar un diagnóstico diferencial.

Es importante diagnosticar esta condición de manera adecuada, ya que el diagnóstico diferencial implica descartar la presencia de las siguientes enfermedades:

  • El síndrome de Adie.
  • El botulismo.
  • La intoxicación alcohólica.
  • Una aneurisma cerebral.
  • Un tumor cerebral.
  • La diabetes.
  • La encefalitis.
  • Una infección como herpes.
  • Lesiones en el iris.
  • La iridociclitis.
  • La isquemia.
  • Un envenenamiento por plomo.
  • Una hemorragia intracraneal.
  • La esclerosis múltiple.
  • Enfermedades presentes en la retina.
  • La tuberculosis.
  • Un trauma.
  • La neoplasia.
  • Las prótesis oculares.
  • La sífilis.
  • La queratitis.
  • Trastorno degenerativo neurológico.
  • La siringomielia.
  • La aniridia.

Se deben realizar pruebas de laboratorio, electrodiagnóstico, diagnóstico por imágenes y pruebas farmacológicas, para localizar la causa subyacente de la enfermedad, como:

  • Análisis sanguíneos como conteo sanguíneo completo para diagnosticar o descartar las enfermedades asociadas por las características de la sangre y la fórmula leucocitaria (glóbulos blancos).
  • Punción lumbar para realizar el examen del líquido cefalorraquídeo.
  • Tomografía computarizada en la cabeza.
  • Electroencefalograma.
  • Resonancia magnética (RM) en la cabeza.
  • Tonometría ocular, utilizada con el fin de descartar glaucomas.
  • Radiografía en el cuello.

Una vez confirmada la anisocoria, se deben descartar todo tipo de exposición a ciertos agentes farmacológicos extrínsecos.

Tratamiento

La anisocoria es una condición benigna, por lo que, no presenta ningún tipo de complicación posterior.

Pero esta afección puede causar algunos problemas en la visión y además puede ser causa de una infección en el ojo y otros problemas de tipo oftálmicos.

Consecuentemente, cuando un paciente es diagnosticado con esta afección, se le debe prescribir un tratamiento adecuado.

Usualmente se recomiendan procedimientos de ceratina que el paciente puede adoptar para el tratamiento de esta afección:

Terapias específicas para la anisocoria:

Se recomiendan ciertas terapias oftálmicas, las cuales el paciente debe seguir para ayudar a reducir los efectos de esta afección, controlando este problema desde el núcleo.

Suspensión de medicamentos:

Si la causa de la contracción o dilatación de la pupila es una reacción a medicamentos farmacológicos específicos, como inhaladores para combatir el asma o gotas oftálmicas.

Entonces el tratamiento simplemente es suspender la aplicación de estos medicamentos ya que es posible que al eliminar el medicamento se remediará la afección.

Ausencia de tratamiento:

Para la aparición de una midriasis eferente idiopática, no se requiere de alguna prescripción de tratamiento, ya que no existe ningún tratamiento disponible para corregir la atrofia del esfínter del iris o cualquier malformación congénita.

Adoptar un estilo de vida saludable:

Para controlar los efectos adversos que pudieran suscitarse con la afección, es importante adoptar un estilo de vida saludable.

Con el fin de mantener el sistema inmune, evitando infecciones y cualquier otro problema oftálmico que pudiera sucederse debido a la afección.

Cuando la anisocoria es causada por alguna enfermedad subyacente entonces se debe:

Determinar cuál es la causa de la condición. La anisocoria posee una amplia gama de circunstancias que pueden causarla. Puede presentarse como el resultado de una parálisis nerviosa oculomotora, problemas como glaucoma, encefalitis, tumores, entre otros.

No es posible curar esta afección hasta que se establezca la causa y se apliquen los tratamientos y terapias apropiadas. La prescripción de un tratamiento inadecuado solo pueden empeorar la situación.

En caso de que se detecte la anisocoria, se sugiere tratamiento según lo que haya causado la afección. Cuando existe la sospecha de que la anisocoria es una consecuencia del síndrome de Horner, el tratamiento para este trastorno se basa en una solución de cocaína al diez por ciento.

En el caso de que esta condición surja como resultado de un accidente cerebrovascular reciente, debe asignarse un tratamiento para su causa y se debe evitar la aparición de un daño neurológico mayor.

En el caso de que pueda existir un tumor en algún lugar de la columna cervical o en un pulmón, es importante remitir al paciente a un especialista en oncología, para descartar o tratar una malignidad.

El diagnóstico de la existencia de un daño mecánico del iris, puede ser consecuencia de un iris inflamado, traumatizado o rasgado, especialmente si el paciente ha sido sometido a una cirugía en los últimos tiempos.

La existencia de un trauma o un rasgamiento debe ser monitoreado mientras esta afección llegue a sanar y en caso de inflamación se debe administrar medicamentos.

Al tratar la parálisis del nervio motor ocular común, se recomiendan tratamientos para desinflamar el nervio óptico y para aliviar el dolor.

El tratamiento para la hinchazón del tejido cerebral con inyecciones de cortisona en el cerebro puede recomendarse en la cara o en otras áreas. Reduciendo la inflamación, por lo tanto, se recupera la abertura normal de las pupilas.

Prevención

No hay forma de prevenir los cambios en el tamaño de las pupilas, pero se pueden reducir los riesgos de desarrollar la afección, reportando cualquier cambio en la vista inmediatamente al médico.