Es una forma de pensamiento en el cual la persona se encuentra atrapada con una idea determinada, la cual con muchísima frecuencia aborda a la mente.
Es un trastorno obsesivo compulsivo. La obsesión se expresa de diversas maneras como el orden, la limpieza, el dinero, el cuerpo y una relación de pareja, esta última es uno de los motivos más frecuentes de consulta a psicólogos y psiquiatras.
Causas
Existen varias teorías acerca de las causas que provocan el trastorno obsesivo compulsivo, entre las principales teorías, se encuentran las siguientes:
- Biológicas: Puede ser el resultado de algunos cambios en la química natural del cuerpo o de las funciones cerebrales.
- Genéticas: Puede estar relacionado con un componente genético, aunque aún no se han podido identificar los genes que lo causan.
- El entorno: Se ha sugerido que algunos factores del entorno pueden afectar directamente, como las infecciones, pero carece de investigaciones concluyentes.
Características
Algunas personas tienen ideas que dan vueltas en su cabeza y en las que no pueden dejar de pensar, se quedan “anclados” en el pensamiento.
Eso se manifiesta en una dificultad de pasar a la acción y retomar una nueva idea, repercutiendo en forma negativa en la vida diaria de las personas.
Es posible que el individuo no pueda tomar una decisión sobre algo que está deteriorando su vida diaria.
También se puede obsesionar y concentrar en una persona un objeto material o un hábito, hasta el punto de idealizar o magnificar concentrando toda la atención en ello.
El ser humano no debe guiarse en la vida por el corazón y las emociones, más que por la cabeza o viceversa, se necesita un equilibrio entre ambos: la razón y la emoción.
En la persona que sufre del trastorno obsesivo compulsivo, su mente domina todas sus acciones, es normal tener miedo a sentir dolor, tristeza, rabia, pero teniendo siempre el control y actuando con seguridad al momento de tomar decisiones en la vida diaria.
El miedo a equivocarse o a arriesgarse, paraliza e impide que se actúe cuando es necesario por lo que se debe tener un gran control sobre las cosas.
Por otro lado, también es posible que un exceso de racionalidad lleve al individuo al extremo opuesto, con la ocurrencia de episodios de desconcierto y descontrol, como una válvula de escape a la explosión de las obsesiones que lo encadenan.
En algunas personas, la obsesión genera mucha ansiedad y llegan a padecer un trastorno obsesivo compulsivo.
El trastorno obsesivo compulsivo se convierte en una perturbación de la ansiedad, que se caracteriza por algunos pensamientos molestos, permanentes y recurrentes, que pueden producir temor, inquietud o preocupación.
La presencia de conductas repetitivas, que se denominan compulsiones o “rituales”, que son provocadas para reducir los altos niveles de ansiedad.
Consecuencias de las obsesiones
- A nivel somático: Se producen síntomas como los dolores de cabeza, insomnio, contracturas, problemas de tipo digestivos, dolores musculares por rigidez o tensión.
- A nivel psíquico: Se presenta conflictos para identificar las emociones, problemas para lograr la concentración, para memorizar y rigidez de pensamiento, entre otras.
- A nivel de la vida diaria: El individuo deja pasar oportunidades, pospone sus tareas, no toma decisiones por las dudas, no hay cambios significativos en la vida y se produce un estancamiento, malestares diarios, una sensación de hallarse atrapado en una etapa de la vida y no poder salir.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo que detonan las apariciones del trastorno obsesivo compulsivo son los siguientes:
- Antecedentes de tipo familiar: El hecho de proceder de familias que sus padres o familiares hayan presentado el trastorno, aumenta el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
- Ocurrencia de acontecimientos estresantes de la vida: Si se han experimentado incidentes que hayan sido traumáticos o estresantes para el individuo, el riesgo puede incrementarse. Estas reacciones pueden llegar a desencadenar los protocolos, los pensamientos y la angustia emocional, características de este trastorno.
- Otros trastornos con relación a la salud mental: El trastorno obsesivo-compulsivo generalmente está relacionado con otros trastornos de la salud mental, como por ejemplo la depresión, los trastornos de tics, el trastorno de ansiedad o el abuso de sustancias.
Síntomas
Las personas que experimentan este trastorno poseen pensamientos intrusivos muy desagradables, que llegan a invadirlo de manera involuntaria generándole un alto nivel de malestar y ansiedad.
Esos pensamientos invasivos provocan altos niveles de ansiedad y la persona se ve obligada a realizar algunas acciones o rituales que lo liberen de esos pensamientos.
Al hacer eso, es posible que experimenten una sensación de tranquilidad temporal.
Pero al poco, ese ritual o esa demostración no le serán suficientes, y la necesidad vuelve a aparecer acompañada de un estado de angustia, de manera que la persona se ve compelida a tener que repetir esas acciones en repetidas ocasiones.
Esto induce un verdadero caos en las actividades diarias, paralizándolas porque la persona debe dedicarle tiempo a la realización de estos procedimientos varias veces en el día.
Las obsesiones algunas veces sustituyen las conductas satisfactorias y útiles, pudiendo ser altamente desorganizadas por actos globales.
Debido a que las obsesiones pueden distraer a la persona que lo padece, suelen ser ineficientes al momento de realizar las tareas cognitivas que necesitan mayor concentración, como realizar operaciones numéricas o leer.
Diagnóstico
Dependiendo de las características existen diferentes criterios de diagnóstico:
Las características fundamentales del trastorno obsesivo compulsivo son: obsesiones recurrentes acompañadas de actos compulsivos (criterio A).
Tan severas que pueden producir que el individuo pierda tiempo (más de una hora al día) o que ocasionen una angustia notable o un perjuicio significativo (Criterio C).
Y mientras dura el trastorno, en algún momento, la persona reconoce que sus obsesiones o compulsiones son irracionales y muy excesivas (Criterio B).
Si un desorden del Eje I está presente, el contenido de estas obsesiones no está limitado a él (Criterio D).
El trastorno no está asociado a efectos fisiológicos de una sustancia de forma directa como las drogas o medicamentos o a una patología (Criterio E).
Los síntomas de las obsesiones son ideas, impulsos o pensamientos insistentes, reiterados y no deseados que se experimentan y que dan origen a altos niveles de ansiedad o desesperación.
Las características de los pensamientos de intrusión de las obsesiones están en conflicto con los ideales del individuo (ego distónicas).
Es decir, que el individuo tiene la sensación de que el asunto de la obsesión le es extraño, no puede controlarlo y no se asemeja a la clase de pensamiento que él desea y espera tener.
Por otro lado, el individuo posee la capacidad de reconocer que las obsesiones son producidas en la mente y no están impuestas desde el exterior.
El individuo ignora todos los pensamientos o se deshace de ellos, pero las obsesiones lo invaden cuando se intenta pensar o hacer otras cosas.
Entre los pasos que se siguen para el diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo pueden mencionarse:
- Debe realizarse una exploración física, para descartar la existencia de otras patologías que estarían causando los síntomas y detectar cualquier complicación vinculada.
- Los análisis de laboratorio que incluyen, además de un hemograma completo, un control sobre la función de la tiroides y pruebas para detectar el uso de alcohol y drogas.
- Una evaluación psicológica que implica analizar los pensamientos, los sentimientos, los síntomas y los patrones de conducta. Así como una evaluación con los familiares y amigos.
Tipos de obsesiones
Obsesiones de contaminación:
Estas obsesiones pueden provocar temor o sensación de repulsión al palpar o estar muy cerca de elementos o circunstancias que pudieran provocar contagios o algún daño al individuo o a cualquier otro.
Por lo general, las situaciones que causan las sensaciones son: La suciedad, el miedo al contagio de un virus o bacterias y las secreciones corporales,.
Los productos de características tóxicas, los limpiadores domésticos o las medicinas que por su obsesión cree que puedan llegar a intoxicarle o envenenarle, tocar insectos o animales.
Así como también visitar lugares o tocar objetos que pudieran haber sido tocadas por personas enfermas o “contaminadas”, (como el pomo de la puerta, baños públicos, hospitales, entre otros) y terror excesivo a contraer una enfermedad.
Obsesiones de acumulación:
Es la necesidad de acumular o coleccionar cualquier tipo de objetos que están deteriorados o son inútiles, sin ningún valor económico o sentimental, con la convicción de que algún día pudieran necesitarlos y se angustiaran si no los guardan.
Obsesiones de orden:
Cuidado en colocar las cosas de una forma precisa con simetría.
Realizar las cosas con mucha precisión y en la correcta disposición.
Ubicar los objetos de manera que estén siempre perfectamente ordenados, evitando al maximo los errores o las improvisaciones en la realización de cualquier acción.
Obcecación con temas religiosos, morales o de enorme escrupulosidad, es decir, un miedo excesivo y una preocupación constante de no cumplir alguna regla de tipo religiosa o moral, como los pensamientos impuros.
También perpetrar actos contrarios a las pautas de creencias religiosas que profesa, no proceder de una manera moralmente correcta o con rectitud, hay una repetición constantemente de imágenes o de pensamientos religiosos.
Obsesiones impulsivas agresivas:
El individuo presenta pánico al actuar de forma impetuosa de manera involuntaria, ocasionando de esta forma daños a sí mismo o a otros.
Empujar o herir a alguna persona, hacerse daño de forma involuntaria o suicidarse, decir obscenidades, palabras inadecuadas a otras personas, ridiculizarse o perpetrar un delito.
También se tienen imágenes violentas, belicosas y repulsivas en la mente que provocan daño a otras personas.
Obsesiones sexuales:
Se tienen ideas de conductas sexuales agresivas hacia los demás.
Se ejecutan daños de tipo sexual a otra persona, atacar o violar involuntariamente a otra persona, perjudicar a sus propios hijos o a otros niños.
Recelo a asumir una orientación sexual distinta o a un cambio de sexo.
Otras obsesiones:
Necesidad de recordar ciertas cosas como números de matrículas de automóviles, nombres, los eslóganes, las palabras, las imágenes del pasado.
Inquietud por incurrir en errores o decir algo errado, afirmar algo errado o llegar a omitir algún detalle, una preocupación excesiva por perder objetos.
Tomar en cuenta de forma excesiva ciertos sonidos y que estos ruidos le generen un gran desagrado como el tic tac de un reloj, los ruidos fuertes, los timbres.
Repetirse persistentemente algunas palabras o melodías.
Miedos o algun tipo de superstición, como evitar expresarse con determinadas palabras, o no vestirse con ropas de ciertos colores por recelo a inducir un daño.
Inquietud excesiva por los números que atraen o no la suerte y rumiarlos continuamente de una forma estricta.
El individuo que padece de obsesiones habitualmente trata de ignorar, eliminar cada impulso o pensamiento obsesivo o de cancelarlos con otro tipo de pensamiento o acciones.
Los adultos que padecen de trastornos obsesivos compulsivos, reconocen eventualmente que sus obsesiones o compulsiones son excesivas o irracionales.
Esto no aplica a los niños, porque ellos no poseen del discernimiento suficiente para emitir este tipo de juicios.
Tratamiento
En la mayoría de los casos, el trastorno obsesivo compulsivo comienza desde que la persona es un infante.
Así podemos observar caprichos, perfeccionismo o protocolos en niños pequeños.
Si no se trata a tiempo, su desarrollo puede llegar a ser crónico, aumentando las conductas obsesivas y compulsivas con el paso del tiempo.
En general, estos aumentos están asociados a acontecimientos que han sido estresantes y que se suceden en la vida diaria.
A pesar de lo grave que puede resultar este problema y de las situaciones que genera, pocas personas que padecen este trastorno obsesivo compulsivo buscan tratamiento.
Existen 2 tipos de tratamientos que con el paso del tiempo han demostrado ser muy eficaces en el tratamiento de los trastornos obsesivos compulsivos: como lo son la terapia cognitiva conductual y el tratamiento farmacológico.
Tratamiento farmacológico:
Este tratamiento se refieren a la prescripción de los antidepresivos, como los triciclícos o aquellos inhibidores de la recaptación de la serotonina:
Determinados medicamentos psiquiátricos pueden usarse para controlar las obsesiones y compulsiones propias del trastorno obsesivo compulsivo como:
- La clomipramina (Anafranil): indicado para adultos y niños mayores de 10 años.
- La fluoxetina (Prozac):indicado para adultos y niños mayores de 7 años.
- La fluvoxamina: indicado para adultos y niños mayores de 8 años.
- La paroxetina (Paxil, Pexeva): indicado para adultos.
- La sertralina (Zoloft): indicado para adultos y niños mayores de 6 años.
Tratamiento cognitivo conductual del trastorno obsesivo compulsivo:
Además de recomendar el tratamiento farmacológico se indica el tratamiento cognitivo conductual.
El cual es compatible con el tratamiento farmacológico y se han demostrado que pueden brindar una eficacia análoga o superior y con un índice menor de recaídas.
El tratamiento cognitivo conductual, consiste en exponer lo temido (sea pensamiento o realidad) y a la vez prohíben realizar conductas o rituales neutralizadores, de esta forma se busca que el paciente se exponga a sentir la ansiedad.
La admisión de esta ansiedad que se siente normalmente es un paso en el proceso curativo del tratamiento.
A pesar de la eficacia que ha demostrado, este tratamiento presenta algunos inconvenientes: pueden presentarse recaídas, debido a que los pacientes no culminan el tratamiento porque el método es muy duro para el paciente y muy exigente para el terapeuta.
Esta terapia cognitiva conductual, también puede proponer una terapia de aceptación y compromiso, donde se proponen cambios en algunos aspectos del tratamiento que han logrado que el número de deserciones sea menor.
Ya que el objetivo que se plantea el paciente no es excluir la ansiedad, sino lograr la flexibilidad psicológica, para que la ansiedad no pueda interferir en su vida, ni en los objetivos, intereses y valores.
Se ha valorado los efectos que se obtienen con la combinación de ambos tratamientos:
Farmacológico y cognitivo conductual: proporcionan mejores resultados que cada tratamiento por separado y los estudios han arrojado que no existe ninguna diferencia.