Es una enfermedad inflamatoria que provoca dolores y rigidez muscular en los hombros y las caderas.
El término mialgia se refiere al dolor dentro de los músculos. La polimialgia causa dolor y tensión en los músculos.
Obtener un diagnóstico correcto es clave para garantizar el tratamiento adecuado y el manejo de los síntomas, ya que puede haber cierta confusión con otra enfermedad denominada fibromialgia en vista de que los síntomas de ambas condiciones son similares.
Aunque la polimialgia eventualmente es una enfermedad que desaparece por completo, es importante realizar un monitoreo constante, ya que podría desencadenar en arteritis de células gigantes.
Es esencial que la persona que padece de polimialgia reciba asesoramiento y orientación profesional cuando se trata del dolor crónico, para poder manejar los síntomas de manera efectiva.
Causas de la polimialgia
La causa es incierta, pero se cree que la polimialgia se desarrolla debido a un problema con el sistema inmunológico.
Esta es una enfermedad autoinmune en la cual el sistema inmunológico del organismo arremete por error contra los tejidos conectivos sanos.
Factores de riesgo de la polimialgia
La polimialgia es una afección que es más común en las mujeres que en los hombres, y generalmente ocurre en personas de edad avanzada. Es extremadamente raro en personas menores de 50 años.
Síntomas de la polimialgia
Inflamación
La polimialgia no muestra signos tradicionales de inflamación, aunque algunas investigaciones recientes sugieren que la polimialgia también puede incluir inflamación.
Dolor
La localización del dolor en las personas con polimialgia suele sentirse en los músculos del cuello, de los hombros, de la espalda y de las caderas.
Salud mental
La polimialgia puede causar depresión relacionada con el hecho de vivir con una afección crónica dolorosa.
Rigidez matutina
Esta condición puede hacer que los músculos y las articulaciones se sientan rígidos. El síntoma principal es la rigidez muscular en la mañana que dura más de 45 minutos.
Otros síntomas
Las personas con esta afección también pueden tener síntomas similares a los de la gripe, dolores de cabeza, altas temperaturas y sudoración, cansancio extremo (fatiga), pérdida de apetito y por consiguiente pérdida de peso, además de presentar una visión borrosa,
Aproximadamente el 15 por ciento de las personas que padecen de polimialgia, desarrollan una afección potencialmente peligrosa llamada arteritis de células gigantes, la cual es una inflamación de las arterias que irrigan la cabeza.
Diagnóstico
Debido al amplio diagnóstico diferencial y los posibles estados de enfermedad que simulan los síntomas, los médicos que evalúan a los pacientes con polimialgia deben obtener una historia detallada y realizar un examen físico completo.
Deben centrarse particularmente en los sistemas musculoesqueléticos, vasculares y neurológicos.
El médico en el examen físico, revisará cual es el rango de movimiento, la fuerza y cuáles son las áreas dolorosas del paciente.
Diagnosticar la polimialgia puede ser difícil, el médico deberá asegurarse de que el paciente tiene polimialgia y no otra afección, ya que muchas otras condiciones pueden causar también dolor y rigidez, como la artritis reumatoide y la fibromialgia.
Es posible que el médico recomiende:
- Realizar exámenes de laboratorio como pruebas de sangre en la búsqueda de signos de inflamación, presencia de daños musculares y de problemas de hemogramas.
- Realizar biopsias musculares y de vasos sanguíneos (en la sien), para detectar algún daño.
- Realizar rayos X, resonancias magnéticas y exploraciones de ultrasonido para obtener imágenes detalladas de las articulaciones y tejidos blandos que rodean las articulaciones.
Los análisis de sangre generalmente pueden diagnosticar polimialgia. La mayoría de las personas con polimialgia tienen niveles elevados de proteínas inflamatorias en la sangre.
Los glóbulos rojos también pueden mostrar cambios que son característicos de la inflamación.
El médico también puede realizar otras pruebas para descartar otras enfermedades inflamatorias, como practicar una biopsia o una prueba de sangre para el factor reumatoide. Estas pruebas son estándar para personas con polimialgia, pero no para personas con otras afecciones.
Tratamiento
El tratamiento para la polimialgia va a estar dirigido al alivio del dolor y los corticosteroides son el tratamiento de elección para la polimialgia.
Los corticosteroides son tan efectivos para tratar la polimialgia que si los síntomas no mejoran después de usarlos, la polimialgia podría no ser el diagnóstico correcto.
Los pacientes con polimialgia deberán tomar un tratamiento a largo plazo con corticosteroides (de 18 meses a dos años) para evitar que los síntomas vuelvan.
Sin embargo este tratamiento con corticosteroides puede tener efectos secundarios graves en esta población de edad avanzada. Los esteroides pueden causar fragilidad de la piel, diabetes, osteoporosis, trastornos cognitivos y debilidad muscular.
Inicialmente el médico recetará una dosis alta de prednisolona, que se reducirá gradualmente con el tiempo.
Si el paciente desarrolla arteritis, pueden ser necesarias altas dosis de corticosteroides para controlar la afección y prevenir la pérdida de la visión.
La polimialgia eventualmente desaparecerá, pero esto puede demorar hasta cinco años. La nutrición adecuada, la actividad, el descanso y los regímenes de medicación son importantes para controlar la afección.
Se debe tratar de incluir en la dieta los alimentos que son ricos en tiamina, piridoxina (B6 y las vitaminas B1).
La piridoxina se encuentra tanto en la carne de pollo, huevos, granos germinados, cuajada, zanahoria, repollo, plátanos, semillas, cereales.
La tiamina está presente en el maíz, el arroz integral, el salvado, las patatas, las judías, las lentejas, las grosellas negras, el espárrago, el hígado.
Para evitar el ablandamiento de los huesos (Osteoporosis), a los pacientes se les recomiendan suplementos minerales que contienen calcio.
La dieta de alimentos ricos en calcio, debe incluir queso, requesón, almendras, apio, col, lechuga, albahaca, semillas de sésamo, yogur, kéfir.
Una vez que desaparece la rigidez, una persona puede regresar a sus actividades diarias, incluido el ejercicio, según lo tolere.