Es el compuesto orgánico con alto contenido de nitrógeno que se forma en el cuerpo durante la descomposición de las proteínas y el amoníaco.
Es bastante inofensivo, pero grandes cantidades pueden ser peligrosas y la urea se transmite constantemente por los riñones en la orina.
Las proteínas se descomponen en sustancias más simples conocidas como aminoácidos, que luego se metabolizan aún más en un proceso conocido como desaminación.
Esto proporciona energía para el cuerpo o los aminoácidos se pueden convertir en carbohidratos o grasas según lo requiera el cuerpo.
La mayor parte de la deaminación ocurre en el hígado con pequeñas cantidades que se procesan en otros tejidos como los riñones.
Durante el proceso, varios compuestos se forman como subproductos. La urea es uno de estos productos junto con el amoníaco.
La urea no afecta el pH de los fluidos corporales y es bastante inofensiva en niveles bajos a moderados. Por otro lado, el amoníaco puede alterar el pH de la sangre y alterar la homeostasis.
Además de ser un subproducto de la degradación de proteínas, las bacterias en el intestino también pueden producir amoníaco que luego se absorbe en el torrente sanguíneo. El cuerpo convierte cualquier amoníaco en urea.
Exceso de urea en la sangre
La urea no es el único producto de desecho nitrogenado en la sangre.
Varios productos de desecho se vuelven altamente tóxicos para el cuerpo si persiste en el torrente sanguíneo por más tiempo del que debería o se acumula a niveles más altos que lo normal.
A pesar de que una gran cantidad de toxinas son responsables del síndrome clínico, la urea y la creatinina, un compuesto asociado con la degradación muscular, están principalmente implicadas.
Hay dos términos asociados con altos niveles de urea en la sangre.
El primero es la azotemia, que significa un nivel elevado de desechos nitrogenados en la sangre: nitrógeno ureico en sangre y creatinina.
El segundo término es uremia, que se refiere a los signos y síntomas clínicos, así como a otras anomalías bioquímicas observadas con niveles elevados de urea.
La azotemia es prerrenal o postrenal. En la azotemia prerrenal hay un trastorno con flujo sanguíneo al riñón, por lo que los productos de desecho nitrogenados no se pueden filtrar.
Con la azotemia postrenal, el bloqueo del tracto urinario más allá del riñón que impide la excreción de urea y otros desechos.
¿Que es la uremia alta?
La uremia alta es una acumulación de urea y otros productos de desecho nitrogenados en la sangre que generalmente son excretados por los riñones hacia la orina.
Con la uremia alta, los signos y síntomas clínicos de este problema subyacente se hacen evidentes debido al impacto de los productos de desecho nitrogenados en otros sistemas y la interrupción de otros procesos metabólicos.
Dependiendo de la gravedad de la acumulación de desechos, la condición puede variar de ser asintomático o incluso conducir a la muerte.
Causas de la uremia alta
La uremia alta se observa principalmente con la enfermedad renal crónica, particularmente la enfermedad renal en etapa terminal (ESRD, por sus siglas en ingles).
La incapacidad del riñón para filtrar de manera eficiente la sangre de productos tóxicos le permite acumularse en el torrente sanguíneo. Esto se puede observar con una variedad de enfermedades sistémicas y renales, que incluyen:
- Glomerulonefritis.
- Piedras urinarias.
- Enfermedad poliquistica en los riñones.
- Nefropatía IgA.
- Hipertensión.
- Diabetes mellitus – nefropatía diabética.
- Lupus eritematoso sistémico (LES).
- Síndrome de Goodpasture.
Signos y síntomas
El síndrome de uremia alta no solo está asociado con los productos de desecho nitrogenados como la urea.
Al afectar múltiples síntomas y procesos metabólicos, otros compuestos, electrolitos e incluso hormonas interrumpen la homeostasis.
Algunos de los signos y síntomas que se observan con la uremia alta no están relacionados con los productos de desecho nitrogenados, sino que surgen del trastorno primario que a menudo es la insuficiencia renal.
Estos signos y síntomas no son específicos de la uremia, sino más bien de la enfermedad renal crónica:
- Náuseas y vómitos.
- Retención de líquidos (edema).
- Deshidración.
- Pálidas y amarillas apariencias enfermizas de la piel.
- Picazón de la piel (prurito) y erupciones cutáneas (dermatitis).
- Respiración dificultosa.
- Edema pulmonar (líquido en los pulmones).
- Alta presion sanguinea.
- Inflamación del intestino, en particular las porciones superior e inferior – esofagitis, gastritis y colitis.
- Acidosis metabólica.
- Anemia.
- Insuficiencia cardíaca congestiva.
- Cardiomiopatía (corazón agrandado).
- Trastornos hemorrágicos.
- Niveles altos de potasio (hipercalemia).
- Altos niveles de fosfato (hiperfosfatemia).
- Bajos niveles de calcio (hipocalcemia).
- Neuropatía periférica.
- Miopatía.
- Encefalopatía.
Opciones de tratamiento
Para cuando haya desarrollado uremia, sus riñones estarán extremadamente dañados. La diálisis es la principal opción de tratamiento para la uremia.
La diálisis es cuando la eliminación de residuos, líquidos extra y toxinas de su torrente sanguíneo se maneja de forma artificial en lugar de hacerlo por medio de sus riñones. Hay dos tipos de diálisis:
Hemodiálisis
Una máquina se usa para eliminar los desechos de su sangre.
Diálisis peritoneal
Se inserta un catéter (tubo pequeño) en el abdomen. Un líquido de diálisis llena su abdomen. Este fluido absorbe los desechos y el exceso de fluido.
Eventualmente, el fluido eliminará los desechos de su cuerpo cuando se drene.
Trasplante de riñón
Un trasplante de riñón es otra opción de tratamiento si llega a la insuficiencia renal en etapa terminal. Un trasplante de riñón es cuando se extrae un riñón sano de un donante vivo o fallecido y se coloca en su cuerpo.
Se le recetará un medicamento antirrechazo a largo plazo para evitar que su cuerpo rechace el riñón del donante.
Actualmente, los investigadores están trabajando en lo que se llama «medicina regenerativa». Este tipo de tratamiento puede ayudar a las personas con enfermedad renal y uremia en el futuro.
Utiliza células que pueden ayudar al cuerpo a sanar sus propios órganos. Es posible que algún día también pueda ralentizar la progresión de la enfermedad renal.