Un sonido fuerte e inesperado puede causar ataques de ansiedad en una persona que padece esta fobia.
La palabra fonofobia tiene su raíz en la palabra griega ‘phonous’ que significa ‘voz’ o ‘sonido’ y la palabra ‘fobia’ viene de la palabra griega ‘phóbos’ que significa ‘miedo’. La fonofobia también se le conoce como ligrofobia.
Las personas con fonofobia pueden tener miedo a los dispositivos que pueden emitir de manera repentina sonidos fuertes, como alarmas.
Esto puede incluir incluso el miedo a la propia voz o un miedo específico a los teléfonos, los altavoces, entre otros.
Esta fobia está relacionada con la ligyrofobia, que es el miedo a los ruidos fuertes o chillones y la telefonofobia que es el miedo a los teléfonos.
Causas de la fonofobia
- La fonofobia es una fobia específica (o «aislada») y está centrada en factores claves no sociales.
- Un trauma previo de la infancia y físicamente nocivo.
- La crianza, como las advertencias de los padres sobre una amenaza inminente.
- La genética y los factores hereditarios.
- Las experiencias de otras personas, las noticias, en la televisión o en las películas pueden reforzar o desarrollar el miedo.
Las causas médicas pueden subyacer al miedo a algunos sonidos debido a la hiperacusia, que produce una sensibilidad inusual a ciertos tipos o rangos de sonidos.
Factores de riesgo
Los siguientes factores son algunas de las características de los individuos que pueden aumentar el riesgo de fonofobia o miedo a ruidos fuertes:
- La edad de una persona es un factor de riesgo. El riesgo de desarrollar fonofobia o miedo a ruidos fuertes es mayor en niños con una edad menor de 13 años.
- Si alguien en la familia tiene alguna fobia a las serpientes, arañas, entre otras, entonces aumenta el riesgo de desarrollar fobia en los niños. Esto sucede porque los niños crecen viendo a esos miembros reaccionar torpemente a tales situaciones y también pueden adoptar los mismos miedos.
- El temperamento puede ser un factor de riesgo para la fonofobia o el miedo a los ruidos fuertes. La aparición de fonofobia también puede depender del temperamento o fortaleza mental para enfrentar los miedos que tenga la persona. Una persona sensible corre más riesgo de desarrollar fonofobia.
- Un evento traumático en el pasado puede ser un factor de riesgo para la fonofobia. La fobia también puede ser el resultado de un evento traumático que puede tener un efecto duradero en la mente. Los eventos pasados pueden desarrollar un temor permanente en la mente transformándose en fobia.
- La fonofobia aumenta y, a menudo, la sensibilidad al sonido es dolorosa. La fonofobia es un síntoma muy común de un ataque de migraña.
Síntomas de la fonofobia
El nivel de miedo al sonido puede variar de un paciente de fonofobia a otro.
Por lo tanto, diferentes pacientes mostrarían diferentes tipos de signos y síntomas que varían en naturaleza e intensidad.
Algunos pueden mostrar una urgencia para escapar del entorno ruidoso, mientras que otros pueden revelar síntomas leves como sudoración, desmayos, etc.
Las personas que sufren de fonofobia por lo general muestran reacciones extremas.
Los síntomas de la fonofobia pueden incluir uno o más de los siguientes:
- El deseo de huir.
- El miedo intenso a los sonidos fuertes.
- La sudoración excesiva.
- Los latidos del corazón irregulares.
- Las náuseas o mareos.
- Los ataques de pánico.
- Los desmayos.
- La oscilación severa del estado de ánimo después de escuchar el sonido fuerte.
- La falta de aliento.
- La respiración rápida.
- La confusión e incapacidad para articular claramente.
- La falta de concentración.
- Los sentimientos de impotencia.
- La obsesión con el tema de la fobia.
- El miedo o sentimientos de pérdida de control.
- El comportamiento de evitación.
- Los dolores de cabeza.
Diagnóstico
La fonofobia o el miedo a los ruidos fuertes no pueden determinarse mediante ningún tipo de análisis de laboratorio.
Existen pautas de diagnóstico específicas que incluyen entrevistas clínicas para detectar fonofobia o miedo a ruidos fuertes.
La entrevista consiste en preguntas relacionadas con los síntomas y el historial médico.
La fonofobia o el miedo a los ruidos fuertes se diagnostican sobre la base de los criterios de diagnóstico establecidos por la Asociación Americana de Psiquiatría en el Manual Estadístico de los Trastornos Mentales.
El manual funciona como un estándar para ayudar a los médicos a determinar la condición de los pacientes.
Tratamientos para la fonofobia
La fonofobia o el miedo a los ruidos fuertes se pueden tratar con terapias clínicas, como la terapia cognitiva conductual.
La terapia ayuda al paciente a aprender y tomar conciencia de su miedo al sonido y a enfrentar sus miedos.
La elección del tratamiento depende de varios factores, incluida la gravedad de la fonofobia, y de la preferencia de los pacientes sobre qué los hace sentir más cómodos.
Las sesiones de asesoramiento con expertos pueden ayudar al profesional a comprender el origen de los temores, que pueden utilizarse para ayudar al paciente a enfrentar sus miedos. Entre los tratamientos más comunes están:
La terapia de exposición que es una forma de terapia cognitiva también muestra buenos resultados en el tratamiento de la fonofobia.
El mejor remedio para la fonofobia o el miedo a los ruidos fuertes es garantizar que no haya tales fuentes o eventos en el entorno inmediato del paciente que puedan causar ruido y desencadenar su miedo, mientras dura el tratamiento.
En esta terapia, una persona es expuesta intencionalmente a su miedo bajo circunstancias controladas para ayudarlo a aprender a vencer el miedo de forma progresiva.
La Programación Neurolingüística está relacionada con el hecho de que nuestra mente percibe las cosas como reales.
La Programación Neurolingüística ayuda a reprogramar nuestra mente para diferenciar entre el mundo real y el mundo virtual y eliminar la fonofobia o el miedo a los ruidos fuertes. Es una técnica efectiva con resultados rápidos.
Algunos profesionales también recomiendan técnicas de autoayuda como la hipnoterapia.
La hipnoterapia puede ayudar a tratar la fonofobia. La hipnoterapia se usa para profundizar en la mente subconsciente para encontrar las posibles razones de miedo y luego tratar de quitar esos miedos del cerebro.
Es una terapia efectiva que puede reducir significativamente los síntomas de fonofobia o el miedo a ruidos fuertes.
Sin embargo, algunos pacientes no están muy cómodos con la idea de permitir que alguien controle su mente.
También ayuda a hacer frente a la fonofobia, cuando se informa a los amigos y familiares sobre los miedos o fobias que presenta el paciente, para que estos puedan ayudar a crear un entorno agradable ante la ocurrencia de la crisis.
Además de las terapias cognitivas conductuales, están las terapias o formación de hábitos para relajarse, terapias de grupo, meditación y como última opción los medicamentos.
Otro modo de tratamiento para la fonofobia o el miedo a los ruidos fuertes es la psicología de la energía.
La psicología de la energía se está convirtiendo cada vez más en una terapia popular para tratar varios tipos de fobias, incluida la fonofobia o el miedo a los ruidos fuertes.
Es una terapia efectiva y segura con efectos duraderos.
Se ha establecido después de unos 2000 años de estudios y se basa en la misma base que la acupuntura. Sin embargo, no se usan agujas en esta terapia.
Es como una terapia de acupuntura mental que funciona directamente en la mente.
La psicología energética para la fonofobia ofrece varias ventajas a los pacientes sin causar ningún tipo de efecto secundario.
Algunas de las ventajas de las terapias de energía son las siguientes:
- Se puede experimentar un cambio rápido en el comportamiento del paciente.
- Se puede tener un mejor autocontrol.
- Se puede responder o tomar otras terapias de manera más efectiva.
- Se puede obtener un mejor enfoque para enfrentar los miedos.
El objetivo principal de los tratamientos para la fonofobia es ayudar al paciente a manejar y a tratar su fobia o miedo a los ruidos fuertes de manera efectiva para que no se deje controlar por sus miedos.
También se pueden desarrollar algunas técnicas por su cuenta para sobrellevar los miedos.
No se debe huir de la fonofobia o miedo a los ruidos fuertes, es necesario intentar y enfrentar los miedos en lugar de evitarlos. Se deben buscar grupos de apoyo.
Los grupos de apoyo le permitan al paciente conocer a otras personas que atraviesan la misma fobia o miedo a los ruidos fuertes.
El poder interactuar con ellos e intercambiar las ideas y las estrategias, es clave para sobrellevar los temores a los ruidos fuertes.