El miedo a la noche u oscuridad tiene numerosas terminologías no clínicas, tales como escotofobia o ligofobia.
Esta fobia normalmente está relacionada con los niños pequeños. Sin embargo, los informes de casos sugieren que los especialistas son muy propensos a tener adultos como pacientes de nictofobia.
La fobia también ha demostrado ser seriamente disruptiva e incapacitante para pacientes adultos.
El nombre médico para el miedo a la oscuridad, la nictofobia, se deriva de la palabra griega para oscuridad o negrura «nyctus», combinada con «phobos», que significa miedo extremo.
La nictofobia se define entonces como un miedo extremo a la oscuridad, que es lo suficientemente severo como para interferir con las actividades diarias de un individuo, el rendimiento escolar o laboral y la sensación de bienestar.
Este es un trastorno que se caracteriza por la aparición de cuadros de ansiedad clínicamente significativos producidos por escenarios nocturnos, donde el ambiente está oscuro o no existe suficiente luz.
Este problema usualmente provoca una ansiedad que elude automáticamente esta situación, que suele ser muy discapacitante.
Y es que si una persona con nictofobia es expuesta a tan temida situación y no logra evitarla, inmediatamente presentará como respuesta crisis de ansiedad, miedo exagerado o crisis de angustia.
Por lo tanto, sus actividades diarias van a estar condicionadas a espacios con mucha iluminación, y si en cualquier momento inevitablemente el ambiente se vuelve oscuro, el individuo no pudiendo evitar esta situación, presentará un cuadro de ansiedad.
Esta ansiedad le causará mucha incomodidad en las personas que le acompañan y le impedirá vivir de una manera calmada y satisfactoria cuando se enfrenta a estas situaciones que son inevitables a veces.
La nictofobia, sin embargo, es un problema que se puede encarar e inclusive superar, si se realizan las acciones oportunas y el individuo invierte su esfuerzo para lograrlo.
Causas de la nictofobia
Los estudios realizados sobre la condición sugieren que generalmente emerge alrededor de los dos años de edad, lo que indica que el miedo a la oscuridad o los ambientes oscuros no es necesariamente una cualidad innata en los seres humanos.
Diferentes factores pueden ser considerados responsables de desencadenar la nictofobia, como pesadillas intensas que podrían ser más traumáticas si la persona se despierta en la oscuridad.
Muchos niños realmente temen a la oscuridad o creen que hay monstruos escondidos debajo de su cama, y a veces, la nictofobia también puede representar otra forma de miedo que se encuentra en el subconsciente.
Así un individuo sin presentar nictofobia en la infancia es posible que experimente un miedo intenso a la oscuridad en la edad adulta.
Algunas de las causas que se presumen provocan el miedo a la oscuridad incluyen:
- Una condición mental y psicológica previa podría desencadenar miedos y fobias inusuales.
- Abuso mental, físico o emocional en la infancia.
- Experiencias traumáticas reprimidas pueden surgir en temores irracionales.
- Pesadillas intensas.
- Ver demasiadas películas con ambientes oscuros, aterradores, con temas de suspenso o de terror.
- Depresión.
- Insomnio y dificultad para dormir.
Síntomas
La sola idea de estar solo en la oscuridad puede provocar escalofríos por la espina dorsal de una persona nictofóbica.
Con mayor frecuencia, un paciente con nictofobia muestra una cantidad de síntomas además del estrés y la ansiedad.
Normalmente, la víctima suda y tiembla cuando se la deja sola en la oscuridad. El paciente también podría quejarse de vómitos y náuseas debido al miedo extremo.
El solo hecho de que uno no sea capaz de ver nada en la oscuridad lo obliga a conjurar los peores escenarios posibles en sus mentes sobre lo que podría suceder en la oscuridad.
Las personas con miedo a la oscuridad tienden a ponerse nerviosas durante la noche o en un ambiente oscuro.
Es posible que prefieran dormir con una lámpara de noche encendida cuando están en casa. Los nictófobos también pueden ser reacios a salir de sus casas cuando cae la noche.
Cuando se sienten obligados a permanecer en la oscuridad, además de la ansiedad, esas personas también pueden experimentar:
- Aumento de la frecuencia cardíaca.
- Transpiración excesiva.
- Temblores.
- Falta de aliento, dificultad para respirar.
- Nauseas y mareos.
- Opresión en el pecho.
- Pérdida de conexión de la realidad.
El miedo conductual y emocional a los lugares oscuros puede incluir:
- Sentimientos de impotencia, depresión y ansiedad.
- Una sensación de desapego.
- Evitar cualquier situación que implique estar en la oscuridad.
- Pánico intenso cuando está en espacios oscuros y cerrados.
- Una intensa necesidad de huir, escapar de situaciones oscuras.
- Sentir que se puede morir o perder el conocimiento
El individuo podría ver cosas y formas extrañas en la oscuridad o podría tener dificultades para manejar situaciones que generalmente no son atemorizantes.
Tratamiento de la nictofobia
Una de las formas más populares de tratamiento para la nictofobia es la terapia cognitivo-conductual, más conocida como la terapia de exposición.
Esta forma de tratamiento tiene como objetivo desensibilizar los sentimientos de miedo a la oscuridad al exponer lentamente al paciente a condiciones oscuras.
Esto se combina con medicamentos contra la ansiedad que ayudan a aliviar síntomas como migrañas y ataques de pánico.
La terapia se usa para desafiar con eficacia las creencias temerosas sobre la oscuridad y reemplazar las ideas negativas con mensajes positivos.
Los métodos de autoayuda se les enseñan a los pacientes con nictofobia para lidiar con sus propias creencias temerosas.
Los pacientes y sus familiares deben recibir educación adecuada sobre la fobia para enfrentar la situación.
Se necesita recurrir a medidas para lidiar con la oscuridad fuera de los parámetros de su propio hogar.
Estos pueden incluir métodos de tratamiento como hipnosis, yoga, técnicas de relajación muscular, terapia de conversación y ejercicios de respiración.
La terapia de conversación incluye alentar al paciente a hablar o cantar en la oscuridad; esto generalmente ayuda a olvidar su miedo a la oscuridad.
La psicología de la energía, un método nuevo e innovador para tratar los miedos y las fobias también se puede utilizar para tratar eficazmente la nictofobia.
También se le puede recomendar al paciente que use una luz nocturna mientras duerme por la noche al inicio del tratamiento, sobre todo en el tratamiento de los niños.